EL GRAN CUCHá, CUCHá
El NO escuchó, enteritos, 101 discos de la escena independiente argenta grabados en los últimos 400 días. La eliminatoria clasificó a 24 y de ellos, seis llegaron al podio. Qué manera de cuchar...
› Por Cristian Vitale
No se encuentra todos los días alguien que componga desde lo profundo de las entrañas. Pongamos que Las Pelotas sea el ejemplo mainstream; el otro, su correlato under, podría ser Las Trampas de Lily. Sólo les falta dar el salto: la desalmada Buenos Aires y sus melancólicos personajes urbanos lo agradecerán.
Integrantes: Duffy (bajo), Miguel Jancich (voz, guitarra y armónica), Fernando Jasen (batería), Marcelo Merlino (teclados), Palmer (guitarra).
Manifiesto: “Creemos en el poder del rock and roll. Confiamos en la música que no se rinde y en los artistas que no descansan. El rock es una de las pocas cosas que nunca te van a defraudar en este mundo: el poder salvador del sonido. Tenemos un propósito: ir hacia atrás, a lo más profundo, a los orígenes, a las raíces. Recolectar elementos perdidos en la música vieja y valiosa y llevarlos hacia el futuro, lo más lejos que podamos. Queremos cabalgar la tormenta eléctrica de Neil Young, perseguir los sueños de Patti Smith, hacer canciones de mercurio como Bob Dylan. Soñamos con que nuestro sonido ‘setentoso’ sea comprendido de una puta vez y que no se lo confunda con otras cosas. Queremos que el mensaje llegue claro”.
Trío tucumano con nombre de animé japonés, que cruza herencias británicas con tradición criolla. “Los Beatles y Yupanqui”, según ellos. Sebastián Díaz Romero, el que canta y compone, es una especie de Spinetta andando por los cerros del Tafí. Muy bueno.
Integrantes: Sebastián Díaz Romero (guitarra y voz), Leandro Díaz Romero (bajo y programaciones), Joaquín Franco (batería).
Manifiesto: “Una imagen, un contexto lumínico, infinito... José Miel es una puerta, un retorno a casa, una ínfima posibilidad de crecer (los tallos llegarán hasta el cielo). El dulce viento vedado de sombras caerá; el amor es una imagen entre mis manos. ¿Quién disfrutará el placer de dejarse llevar? He dicho, refundamos la intuición como única forma de aproximación al conocimiento. La melodía sufrirá dulzura”.
Un licuado de ingredientes y condimentos sin excesos –ni escasez– dan un plato rico, nutritivo. Equilibrado. Un poco de jazz-rock a la Jade (Miniatura), cierto lirismo conceptual (El lunar) y –mucho– vuelo poético transforman a este trío de Santa Fe en un hallazgo, digno de impregnar oídos ambiciosos.
Integrantes: Francisco (guitarra y voz), César Cantero (bajo y coros), Pablo Guarnieri (batería y percusión).
Manifiesto: “¿De qué estamos hablando cuando pronunciamos el vocablo Toponauta? ¿Qué encierra esta mezcla de topo, qué subterráneo se arrastra, y astronauta, qué lejos y alto se admira? Ni más ni menos que la más primaria paradoja de la experiencia vital. Los extremos que, en franca contradicción, en vez de rechazarse, se agrupan para dar forma a cualquier ser o evento, constituyéndolo de esta manera en un ente complejo, capaz interesante y (como todo producto de una contradicción) inmensamente pasional. Si bien la imagen puede funcionar como simbolismo entre la lucha del instinto versus la razón en el ser humano, o la lucha entre su virtud y sus más bajos instintos (y etcéteras), el neologismo, en realidad, intenta abrazar el concepto de ‘hombre total’, del que habla Erich Fromm; y sostiene la absurda, y por esto mismo divina, naturaleza de la vida”.
Los sutiles punteos que eyectan las guitarras de los hermanos Defelice (Manuel y Rafael) sumado a un teclado solvente, muy climático, piloteado por Ezequiel Iturrieta y la versátil base Larreta-Marcos convierten a este quinteto de San Isidro en un elixir sonoro dignísimo de escuchar, al menos una vez en la vida. Si el debut suena así, confortablemente atrapante, el cielo del futuro está lleno de estrellas.
Integrantes: Manuel y Rafael Defelice (guitarra y voz), Ezequiel Iturrieta (teclados), Maxi Larreta (batería) y Cristian Marcos (bajo).
Manifiesto: “El gato Manjarlo 1 es el archienemigo de Tuna Freaks. Y ahí está él, mirando con esos ojos socarrones y desafiantes en la tapa de su primer disco (que además lleva su propio nombre), como queriendo recordarles para siempre que no descuiden ni un minuto sus espaldas o se transformarán en su propias miserias. En un ser sin luz, vacío. Pero los Tuna Freaks han decidido combatirlo con dos sus grandes armas: música y poesía. Y sus canciones hablan de furia, de odio, de vacío y resurrecciones, cuestiones que fascinan al gato y lo vuelven aún más dañino. La palabra y el rock como bandera inspiradora, como combate contra todo lo que no nos deja brillar y nos araña la espalda”.
La oferta de bandas estón sigue siendo muy poblada dentro de la escena under. Generalmente, los clichés del sub sub género se repiten, cansan, rozan el extremo de la previsibilidad. Por suerte, en medio del montón, aparecen bandas como La Mocosa que salvan las banderas. Comenzaron haciendo covers de los Rolling, siguieron con un disco interesante (Un viaje al norte), y ahora viene la etapa de la consolidación. Para abrazar el sol –y no quemarse– escuchar Como ayer y Yo me voy, dos temazos.
Integrantes: Juampi (voz y guitarra), Juan Caro (guitarra), Ignacio Serrat (batería), Pety (bajo), Damián Bertone (teclados).
Manifiesto: “La Mocosa ha sido ubicada dentro del ámbito del rock stone o barrial a través de estos años, ubicación que es bienvenida si tenemos en cuenta que The Rolling Stones han atravesado por una gran variedad de estilos musicales en sus discos, cuestión que La Mocosa tiene como prioridad, o sea, no encerrarse dentro de un estilo y sumar a sus trabajos discográficos la gran posibilidad de variantes que la música propone. La Mocosa ha editado un demo y dos discos oficiales de manera totalmente independiente, no reniega de las compañías discográficas mientras se respete al artista y sus decisiones, entiende que para llegar a ciertos sectores es fundamental tener difusión y eso lo brindan las compañías, son muy pocos los casos de bandas que han trascendido desde la independencia, aun sin esa difusión la banda alcanzó un buen nivel de convocatoria y venta de discos”.
Doce tracks y una constante no siempre fácil de lograr: están grabados casi de una toma. Canciones lindas, imprevisibles, transportantes y el sonido a sitar que transforma a El secreto en un tema de excepción. Banda inspirada, sin dudas.
Integrantes: Matías Martinelli (voz y guitarra), Christian Mabróstomos (guitarra), Diego Pozzi (bajo) y Mariano Porcado (batería).
Manifiesto: “En Bambú hay una gran búsqueda de un sonido crudo y de respetar el formato de la canción y las melodías simples, tratando de rescatar la esencia de lo que es la banda en vivo. Se intentó hacer la menor cantidad de tomas posible y editando casi nada para que así suene natural, como una forma de rescatar el método con que trabajaban las bandas en décadas pasadas cuando los discos se grababan tocando en vivo y dándole mucha importancia a la calidez y al espíritu del momento”.
“Ruge el V8 de madera inmortal.” Frase clave y efecto esperado: rock pesado, aceroso, rudo, bien tocado. Batti, Mariano, Andy y Nacho conforman parte de una dinastía que resiste el fin, desde las trincheras. Si existe Levas –o toda banda que se le parezca– es porque hay larga vida para el rock pesado argentino. Causa y efecto a la vez.
El demo inicial lleva las siglas precisas: RNR. Producido por Mini de Villanos, el disco debut de la banda huele al barrio cuna de sus integrantes (San Telmo), pero sin el aroma a gringo. Más bien se impregna del empedrado que brilla cuando las luces se apagan. Canciones de amores y desamores, alguna colación fiestera y un lema que se sostiene en hechos: “Porque nuestra sangre es la misma y por mis venas suena tu rock”.
Joyita de Indice Virgen. Dúo conformado por el ex Giradioses Roger Delahaye y Florencia Zavadicker, fina cantante de Astrolabio. Electrónica, pero al servicio de la canción y una voz que estremece a cualquiera cuando de ella fluyen frases tipo “duermo para verte soñar / violar el espacio aéreo de tu boca”.
El experimento en extremo funk de los Cutaia brothers (hijos de Carlos, ex tecladista de Pescado Rabioso y La Máquina de Hacer Pájaros) quedó eclipsado por un intermedio superador (Dos, 2005) y felizmente sepultado por el flamante Peligro, enorme demostración de tensión primal, de nervio rockero sin etiquetas. Casi de obligatoria escucha.
Tocar blues bien no es soplar y hacer botellas: el cuarteto lo tiene claro y, efecto natural, merece ser incorporado –ya– al tronco Manal, Pappo’s Blues, Botafogo, Memphis, Mississippi. Suena impecable y la versión de Sube a mi voituré está a la altura de su creador, ante tanta versión descortés.
Grapa, Tinto, La última curda, una lámina que, siguiendo las instrucciones, se transforma en un envase de tetra y la apelación constante a los tópicos del tango hacen de Yira una banda para escuchar ciertamente escabiado. Dos por cuatro impregnado por payada, hip-hop, electrónica y presencia inevitable de rock: eso sí, tomen del fino porque las historias losers, casi sórdidas, pueden pegar mal.
Como en los viejos buenos tiempos, el grupo que integran Diego Boris, Alejandro Schanzenbach y amigos lanzó un primer simple con tres temas como premonición del disco que se viene. Nada que agregar a uno de los cinco lemas: “La Tolva es el reflejo de un tiempo que no tiene tiempo”, material escuchable para ayer, hoy y mañana.
Si a un guitarrista que se presenta como ¡melodías y guitarras de la naturaleza! (Diego Saldaña) se le suma una lista de temas que reproduce los doce signos del zodíaco con subtítulos onda Directo a la montaña o Pared melancólica, lo que da –a priori– es un grupo que, al menos, ofrece un vibrador sensorial. Tal cual: Santa Rosa es onanismo folk-rock para escuchar entrada la noche, con una ginebra al lado del codo.
La reproducción del vinilo (lado B de un single) que grafica el disquito determina las intenciones de Brut 69: sonido vintage que huele mucho a la época en que todo estaba por hacerse. O se hacía sobre el vamos. Está bueno –si se suena así– volver a las raíces. Rock and roll directamente apr(he)endido de los grandes.
Los ex Rómulo & Remo no sólo cambiaron de nombre. El disco debut –homónimo– implica un giro sintomático respecto de aquellas primeras apariciones de resonancias punkies. Producción de Mariano Esaín mediante, el sonido de la banda se tornó más prolijo, armonioso y –a veces– acústico. Igual, nadie se olvidó de The Jam y sus estelas.
Paso en evolución de aquel disco (Sessiones de reggae instrumental Vol. I) que ubicó a Sessiones entre una de las bandas con más proyección dentro del reggae sin voz. Calidez, ambiente, relaje y un giro piazzolliano que, al menos, no crisparía los ánimos del gran Astor: Barracas Ska Tango.
En principio, lo más parecido a Héroes del Silencio que se puede encontrar por acá. Cuestión de gustos: pero hay ciertos bemoles que esquivan el mero plagio. Luciano Lima, cantante y nieto de Hamlet Lima Quintana, recreó Zamba para no morir, algo así como un beso póstumo –y eterno– en la mejilla de su abuelo.
Ska nervioso + punk + hardcore + más reggae explosivo = mezcla ideal para dinamitar medio Buenos Aires. Ocho tipos y una conclusión: vitalidad pura para que todas las vírgenes –si queda alguna– dejen de serlo.
Cuando las guitarras llueven así, como en el track que abre el disco (Naturaleza) es imposible abstraerse al resto. Es escuchar y dejarse fluir por esas bellas melodías que el grupo agregó a su punk-rock inicial. Si estás buscando grunge + vuelo (en Argentina), acá está la solución.
Sergio Arce, Alejandro Da Silva Farías, Nicolás Mestrovich, Adrián Mozzo y Leonardo Serignese dejaron de hacerle el coro murguero a Bersuit, La Vela y No Te Va Gustar para cortarse solos. Cada quien tomó un instrumento –además de la voz– y entre todos edificaron trece temas en los que, claro, prima un ensamble de voces interesante.
“Una batalla interna contra nuestras estructuras oxidadas, hacia la liberación del alma.” Así lee el cuarteto (Julián, Mariano, Nicolás y Roberto) el motor inicial de su música. Fusión que se sostiene en el rock, se codea con el chamamé, la murga, el candombe o el axe, pero sin caer en la hibridez.
Cinerama lleva el pulso del mejor pop argentino, que no es mucho. Bebe de Coldplay, se emborracha con alguna medida fuerte de Radiohead y se mira en aquel Charly de Parte de la religión, pero con la intención de saltarlo.
Una amplia franja de estilos que va del bolero al son cubano, pasando por reminiscencias folklóricas –argentinas y latinoamericanas– más un cantante de pasado punk conforman un agradable plato a devorar como previa de una noche de amor. Tangente necesaria para bajar uno, dos, tres, mil cambios.
1) Despertate (Rockas Viejas), 2) Un elefante no es un pájaro (Animabendita), 3) Del otro lado de la tela (La Inundación), 4) Pájaro inflamable (Tacto), 5) Así (Abterno), 6) Tan lejos del sol (Nosferatuz), 7) Paraíso Vacío (Cielo), 8) Entre abismos y laberintos (Mate Rock), 9) Los amantes (Sherman), 10) Revolviendo (SirteTircco), 11) Destino (Mafia), 12) Ama tu ritmo (Michael Mike), 13) El cazador (Mi pequeña muerte), 14) Súper Radio (Grandes éxitos), 15) Iluminud (Maple Azul), 16) ¿Hasta cuando? (Espías secretos), 17) Dejen los problemas (Superflan), 18) Sembrando semillas (El ajenjo), 19) Satanic fields (Zorros petardos salvajes), 20) Impulso (El Natty Combo), 21) La bomba sucia (El perro diablo), 22) Negociando gasolina (La Fuga), 23) Pequeños rostros en piezas (El atolón de Funafuti), 24) Boludo (ídem), 25) Una luz (Chalina), 26) Superstar (Jehuel), 27) Quien no tiene pies (Sin espina), 28) Deliciosamente (Duendes negros), 29) Precipicios de inconsciente (La tanguera violenta), 30) Perseverancia (Razas que amenazan), 31) Paradisco (ídem), 32) Placer (ídem), 33) El Farolito (ídem), 34) Mata razón (La Parva), 35) Cuando despiertes (Cardo Ruso), 36) Que la suerte te acompañe (Nasta Súper), 37) Como al principio (Perro Bocha), 38) Musikadelante (Los Umbanda), 39) Polenta (Sancamaleón), 40) Noches sin dormir (Zelen), 41) Postdata (ídem), 42) Ritmo interno (Zake), 43) Hagamos lío (Ser), 44) Soy así, sólo así, lo lamento (Días felices), 45) Nuestra negligencia resulta sospechosa (La condena de Caín), 46) A voluntad (El Jaguar), 47) No puedo dormir (Otra vez sopa), 48) Grandes éxitos de ayer y oink! (Chancho de Piedra), 49) Por capricho (Claudia Brant), 50) Primogénito (Madre Maravilla), 51) Superjet (ídem), 52) Mundo mestizo (ídem), 53) Celuloidal (Vondir), 54) Explota! (Telefryzer), 55) ¡Por qué tan lejos! (Sexto Sentido), 56) Cinco años en vivo (Timaias Reggae), 57) Punk sex beer (The Maleducates), 58) Very Etnico (Serafino), 59) Latitud (Isla de los Estados), 60) Nublado con sol (Zoft), 61) The tristes (idem), 62) Acá estamos (Algo raro pasa), 63) Mundo nuevo (Negusa Negast), 64) República Diáspora (Los Armenios), 65) La familia ingle (idem), 66) Piensa en algo lindo siempre (Varicela), 67) Automática (idem), 68) Sangre joven (Novesnada), 69) Endorfinas (Fede Arroyo), 70) De cara al viento (Dfolk), 71) Códigos (Viejos sordos), 72) Es lo que hay (Rulomenaye), 73) A full (Billordo), 73) Varietes (Santo Remedio). *) También escuchamos los muy buenos compilados 74) Planeta Oeste, 75) Ska del País, 76) Buenas Vibraciones Volumen III y 77) el de la UMI.
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