HABLA DERRICK GREEN, DE SEPULTURA, QUE TOCA EN EL QUILMES ROCK
Sin ningún hermano Cavalera en la formación, Sepultura visitará la Argentina con un disco inspirado en La naranja mecánica. El cantante yanqui (y negro, como Obama) Derrick Green se declara un defensor del comunismo cubano y los logros de la revolución. Cavalera no chilla.
› Por Juan Ignacio Provéndola
En 1990, el planeta se conmovía porque el comunismo estaba empezando a desatarse los cordones a la altura de Berlín y, acá, a la vuelta, decir un peso era como decir un dólar. Los fanáticos que ese año asistieron al desembarco criollo de Sepultura pueden dar fe de cuán lejanos quedaron esos tiempos sin tener que revolver tantas efemérides.
Ese furioso debut en la Federación Argentina de Box, cuando la banda refundadora del thrash metal estaba a punto caramelo (cerraban la gira de Beneath the Remains y se preparaban para Arise, dos de sus más emblemáticos discos), parecerá una foto sepia al lado de la formación menos brasileña de la banda pesada más brasileña que tocará el 28 de marzo en el Quilmes Rock junto a Iron Maiden: ya sin Igor Cavalera en batería, de la alineación que agradeció la influencia de nuestros V8 en el álbum debut Morbid Visions de 1985 sólo sobrevive el bajista Paulo Jr, acompañado ahora por el austríaco Andreas Kisser, el norteamericano Derrick Green y el baterista Jean Dolabella.
El predicamento de Sepultura en estas tierras tuvo su cosecha en letra no sólo cantada (ANIMAL, por caso) sino también escrita (chequear la biografía Embajadores del tercer mundo del periodista argentino Ariel Torres). Pero la música ya no es la misma: el grupo, con disco nuevo, tocará por novena vez en la Argentina, pero ya sin los hermanos Cavalera, reagrupados por su cuenta en otro proyecto musical. Derrick Green, sucedáneo de la voz que dejó ausente Max en 1996, se muestra entusiasmado por otra visita más de la banda a un país que conoce por Boca, “de los que, como buen hincha del Palmeiras, no tengo el mejor recuerdo, ya que nos ganaron la final de la Copa Libertadores 2000”.
–Tanto Max como Igor fueron una parte muy importante del grupo, y siempre lo serán. Fueron el comienzo de lo que hoy es Sepultura, y gracias a ellos la gente comenzó a interesarse realmente por la banda. Pero una reunión sería una movida comercial, no por la música sino por dinero. Sería volver en el tiempo, no crear nada nuevo. No manejamos la idea de incluirlos. Sería la muerte de la banda. No es realista, no creo que nunca llegue a pasar. No sólo por los que somos Sepultura ahora sino por los hermanos Cavalera también. Igor ahora es DJ, hace mezclas. Nadie ha hablado con Max en años. Estamos todos muy distanciados de ellos. Lo de las reuniones siempre fue un rumor. Cada uno está feliz con lo que hace, y juntarnos no sería especial, sería simplemente un desastre.
–Sí, totalmente intencionada. Hace referencia a la forma de comportarse de Alex y su pandilla. Tuvimos un intenso proceso de investigación a la hora de escribir las letras. No sólo del libro, en el cual basamos nuestro trabajo, sino del autor, de su óptica y su interpretación. Anthony Burgess fue un previsor muy acertado del mundo violento que se estaba avecinando, escribiendo el libro La naranja mecánica en 1962.
–Me lo habían comentado. La gran diferencia es que ellos lo hicieron basado en la película, y nosotros en el libro. El libro tiene un capítulo que no está presente en la película, y en el que se describe de una forma mucho más profunda a Alex. Creo que eso nos diferencia claramente.
–La vida misma es el purgatorio: la lucha constante, las subidas y bajadas, la superación de las dificultades, la incertidumbre. Ahí se encuentran la raza humana y, por supuesto, Sepultura. Se trata de estar juntos, de gira, escribiendo, presentando el álbum nuevo.
–Estoy tremendamente feliz al respecto. Es muy importante no sólo para la gente negra sino para el mundo entero. Y lo será más aún si logra hacer entender al pueblo americano que tiene que involucrarse, y saber hacia dónde se dirige Estados Unidos. Si bien los políticos suelen ser más de lo mismo, a Obama lo veo muy realista, sabiendo que los cambios no se producen de un día para el otro, que hay que estar unidos y trabajar de forma constante.
–El bloqueo a Cuba es una mierda. La gente tiene una idea distorsionada del comunismo cubano, al igual que la tiene del capitalismo de Estados Unidos. Se están haciendo buenos esfuerzos en Cuba. Hay mucha cultura, buena educación y los mejores médicos del mundo; todo ello gracias al comunismo. El gobierno cubano nos invitó y nos anticipó que no había dinero, pero accedimos porque la causa fue mucho más fuerte. Tocamos muy cerca de la embajada norteamericana; que, por supuesto, estaba cerrada. Fue una experiencia muy fuerte que queremos volver a repetir, pero con músicos de la isla.
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