Primero fueron los Oasis. Luego Coldplay y tal vez Muse. También Keane, Bloc Party y los Ting Tings. Cada banda británica que apareció de 1996 a esta parte volvió a dejar olvidados a los Manic Street Preachers debajo del felpudo del porche. Hasta ahora, que la gracia de Internet –ese oráculo mágico al que miramos a diario sin que jamás nos diga qué somos– volvió a poner a los galeses en ese “de boca en boca” que, se sabe, a esta altura vale más llamar “de link en link”.

Resulta que al violero y cantante James Dean (Bradfield) y sus secuaces Sean Moore y Nicky Wire se les ocurrió desempolvar (literalmente) un bloc con anotaciones que Richey Edwards les dio meses antes de su mágica (y trágica, claro) desaparición en 1995. Y ojo que no se fue solo: también desapareció entonces el interés por los MSP. En fin, el año pasado la Justicia galesa declaró a Edwards “presunto muerto”, así que a levantarlo (y a la banda), pensaron los otros tres.

Se encerraron en un estudio a insultar a Richey por su caligrafía, prendieron los amplis, one, two, three, go! Y acá, en il postino di questa settimana (o el cartero se cebó y posteó tres veces), está Journal for Plague Lovers, su noveno disco, lujosamente producido por Steve Albini, colaborador de PJ Harvey, Pixies, Nirvana y muchas más bestias como ésas.

Curiosamente, la crónica obrero-académica que solía hacer Richey de su micromundo en cada disco hasta The Holy Bible (1994) suena una década y media después tan actual que parece como si Morrissey y Alex Turner se hubieran encargado de escribir esas letras, y el resto de originar una pantomima con Edwards en el protagónico. Pero es pura casualidad.

“Dejame ir, estoy cansado de verdad”, canta Bradfield en William’s Last Words, una pieza que podría perfectamente haber sido la despedida oculta del vocalista original a los Manic Street Preachers y al mundo. “Son letras bastante impenetrables, incluso para nosotros que lo conocimos”, le dijo Wire a la prensa británica. Richey, si andás por ahí, poneles un mail a los pibes. Y de paso buscate el disco, que baja al toque de la red.