Jueves, 22 de julio de 2010 | Hoy
LOS RAKAS, DE PANAMá A OAKLAND
“Nos hemos pasado la vida de tía en tía”, dicen Dun Dun Raka y Rico Raka, dos primos panameños que recalaron en Estados Unidos y con una ensalada de dancehall, hip-hop y prestancia marginal, acaban de ganar el Discovery Award en el Latin Alternative Music Conference de Nueva York.
Por Santiago Rial Ungaro
Cualquier Dj más o menos inquieto sabe que, además de pasar “una que sepamos todos” (el síndrome del Eterno Regreso de Una Mente con Recuerdos.. de los ‘80), sorprender con un hit instantáneo es vital.
Con su original mezcla de dancehall, hip-hop y sones caribeños, los temas de Los Rakas parecen destinados a sonar cada vez más en las pistas locales. En la fiestas Zizek, Villa Diamante y Grant C. Dull ya tomaron nota (y no son los únicos). Probablemente no haya que esperar a fin de año para que las simples y efectivas rimas y danzas de Los Rakas –que acaban de ganar el Discovery Award del Latin Alternative Music Conference de Nueva York– sean conocidas por todos.
Dun Dun Raka y su primo Rico Raka son un dúo dinámico de origen panameño que, instalado desde hace unos años en Oakland, Estados Unidos, se lo está pasando en grande cantándoles a sus barrios, a chicas que de tanto fuego que tienen en el cuerpo dan miedo y a su identidad Raka. “Raka” (de “Raka–saca”) es algo así como un “villero”, pero de Panamá. Los dos primos Rakas viven juntos en Oakland, y el que atiende el llamado del NO es Dun Dun, aunque viendo los videos uno se los imagina como los hermanos Bang Bang del cuento de Brian Aldiss: siempre juntos, como hermanos siameses. Pero no: Dun Dun, que en algún momento se hizo llamar “Panamá”, está solo, y atiende con la misma gracia y calidez que tiene para rapear, cantar y bailar: “La vida en el gueto siempre es parecida, aunque Oakland es más tranquilo que Panamá. Panamá es más violento. Mucho más violento, ¿tú me entiendes?”.
Uno de los principales atractivos de Los Rakas es la facilidad con la que alternan el inglés con el español en sus canciones. En apenas seis años, Dun Dun cumplió su versión del American Dream: “No fue tan difícil adaptarme, aunque al principio no entendía el idioma. Yo ‘pensaba’ que sabía algo de inglés... ¡pero después me di cuenta de que no sabía nada!”.
Quizás eso fue una suerte: la música de Los Rakas suena fresca, sin esa carga opresiva que tantas veces hace que escuchar hip-hop sea algo tan denso como volver a escuchar a Don Niembro volverse a equivocar una y otra vez. Formato siempre versátil y mutante, el hip-hop les ha permitido a estos primos hacerse cargo de su identidad Raka. Aunque, una vez más, todos los caminos parecen conducirnos a Jamaica: “Mi madre es jamaiquina –-comenta Dun Dun–, pero, más allá de eso, en Panamá se escucha mucho reggae y mucho dancehall. A Rico y a mí nos encanta el dancehall de la segunda mitad de los ‘80 a los ‘90, Mr Vegas, Supercat. En Panamá apenas escuchaba hip-hop, quizás algún video. Cuando llegué aquí no sabía nada de hip-hop”, admite sin culpas.
Lo interesante de Los Rakas es que no suenan intimidantes, ni resentidos, sino más bien pícaros y conscientes de su identidad. Y aunque seguramente deben haber tenido sus sinsabores como inmigrantes en un país tan abierto como xenofóbico como Estados Unidos, de esa crisis han sabido inventar una identidad colorida, divertida y hasta amable. Incluso cuando hacen cantar a un niño el polémico coro “tengo mi pistola y mi diente de oro” y se los escucha declamar “yo sí soy, yo sí soy Ra-ka”, a uno le viene a la mente el I’m Black and Proud del gran James Brown. Lo de Los Rakas es un juego, una afirmación que, en el plano local, recuerda a Damas Gratis cantando aquello de “a un cheto vamos a matar”.
“Ese coro salió bien rapidito”, dice Dun Dun y no le da mucha importancia a la violencia implícita de la letra de Soy Raka, hitazo en el que se escucha a Rico cantar: “La la la, tú me tienes rabia porque soy de Panamá”. Pero si en la marginación Los Rakas han encontrado un nombre, en esa confusión babélica de no saber inglés estos primos han encontrado un estilo bilingüe, algo que potencia aún más el aspecto lúdico de sus temas: “Al principio yo quería cantar en inglés, no me quería resignar, y me esforzaba mucho, ni quería cantar en español, de puro orgullo. ¿Tú me entiendes? Hasta que un día me miré a mí mismo y me dije: ‘¿Qué estoy tratando de hacer?’”. Dun Dun se ríe y comenta algo con Rico, que parece que acaba de llegar.
El buen humor de Los Rakas fascina también a quienes añoran la Old School del hip-hop original, cuyos rapeos no son tan rápidos y exhibicionistas como los de un Eminem, pero que tienen un sentido del humor mucho más interesante y sano, como en el caso de KRS One, Flavor Flav o Tribe Calles Quest.
Claro que el sentido del ritmo de estos primos viene de su patria panameña. Y es que, aunque Dun Dun comenta que su primo estuvo de visita en Panamá y le contó que está “cada vez más violenta”, él y su primo son hijos del matriarcado panameño, algo que quizá se explique porque, en comparación, la imagen de las mujeres en sus videos hagan quedar a sus pares yanquis y Daddys Yankees como misóginos incurables. “Yo siempre estuve muy relajado en la tarima porque mi tía me mandó a los 9 años a bailar ‘artístico’: danzas folklóricas, típicas del Panamá. A mí no me gustaba, hubiera preferido jugar soccer, pero ahora se lo agradezco. A mí y a mi primo nos educaron mujeres. Nos hemos pasado la vida de tía en tía. Siempre con mujeres. Y las mujeres son delicadas, pero tiene mucha fuerza. ¿Tú me entiendes?” Dun Dun cuenta que se reencontró con su primo Rico en el Carnaval de San Francisco en 2003 y que no, no tienen novias, porque “estamos trabajando muy duro. No le podemos dedicar el tiempo que necesita una mujer”, dice y se ríe. Y juraría que Rico también se ríe con él.
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