Jueves, 20 de enero de 2011 | Hoy
LOS SUECOS DE THE RADIO DEPT. EDITARON CLINGING TO A SCHEME
Johan Duncanson, compositor y cantante del grupo más prolífico del indie pop escandinavo, parece hablar de otra cosa cuando se refiere al gobierno xenófobo de Suecia, pero en realidad también está hablando de rock.
Por Luis Paz
Suecia tiene su propio 17 de octubre y desde bastante antes que la Argentina. El 17 de octubre de 1904 fue fundado el Partido Moderado, una denominación eufemística para lo que en verdad es una coalición liberal–conservadora que incluye a lo más derechista entre expresiones políticas de “centro”: liberales, demócratas cristianos y conservadores, alineados por su simpatía con la libertad de mercado, la privatización de los servicios, la reducción del aparato estatal y el “reajuste” (más bien el recorte) de los beneficios sociales logrados durante la extensa tradición gobernante de la socialdemocracia desde la década de 1930. El líder del PM es Fredrik Reinfeldt, primer ministro sueco desde 2006. “Más allá de que no haya dado señales inequívocas de ser xenófobo, lo odio de un modo casi ridículo. Podría darte razones durante horas, pero realmente no estoy de humor: me siento muy bien en este momento y no lo quiero arruinar”, tira la bomba y esconde la mano Johan Duncanson, fundador, compositor y cantante del grupo más prolífico del indie pop escandinavo, el más elípticamente político del pop de Europa del Norte y uno de los más queridos por la comunidad subterránea del noise pop: The Radio Dept.
Hace sólo unos meses, la editora local Casa del Puente publicó aquí, licenciada por Labrador, su tercer y más reciente disco: Clinging to a Scheme (“Ajustándose a un esquema”), un álbum de fotografías de pop ensoñado (dream pop), ruidismo electrónico y guitarras brillosas. Un disco deudor del synth pop de Pet Shop Boys, la poesía oscurecida de Saint Etienne, la búsqueda coral de la psicodelia, el uso ambiental de guitarras a la My Bloody Valentine, las bases rítmicas a la Joy Division y la síntesis de una electrónica que no apunta directamente al baile. Clinging to a Scheme es su más breve, complejo y logrado disco, pero también el hecho cúlmine de un camino de 15 años en el que publicaron más de ¡20 EP! “La intención de hacer discos preexiste a la banda. Todo lo que tiene que ver con la composición, la grabación, el diseño de una portada y el salir a tocar es motor fundamental en nuestra vida”, explica Duncanson y suma en sus palabras a sus compañeros Martin Carlberg y Daniel Tjäder.
Sin embargo, aun con ese caudal productivo, siendo una de las dos o tres bandas indie con mayor proyección en Suecia (un mercado siempre en desarrollo) y habiendo sido elegidos por Sofía Coppola para la banda de sonido de su película María Antonieta, los miembros de The Radio Dept. están “prácticamente en bancarrota”. Las razones son variopintas: pese a su currículum, se resisten a ser “cooptados por una discográfica major”, lo cual les acorta las chances; no temen definirse ideológica y políticamente en un país partido en dos (en las últimas elecciones, el PM sacó el 48 por ciento de votos y la izquierda socialista, el 46); y además lo poco que ganan lo gastan en giras por sitios tan remotos y disímiles como Taiwán, Rusia, Indonesia o Perú.
Recién en 2011 girarán por los Estados Unidos –sus dos visitas anteriores se redujeron a sólo dos shows en cada ocasión– y, si todo va bien, en la segunda mitad del año podrían hacer su primer tour sudamericano. “Nos encantaría ir a la Argentina. Mis conocimientos sobre tu país –admite Duncanson un poco al teléfono, un poco vía mail con el NO– se resumen en cuatro palabras: gauchos, tango, fútbol y carne. Hay cosas diferentes en cada país, que tienen que ver con la cultura; y otras que son iguales, relacionadas con los problemas: pobreza, corrupción, violencia. La estupidez se globalizó y se ve claramente en el Síndrome del Big Mac... ¡todos quieren el suyo!”
–Mirá, en Suecia hasta los festivales públicos tienen un sponsor detrás, pero me parece que lo interesante es que no todo esté en manos de las compañías. Acá el Estado te da un apoyo económico para que puedas hacer un festival, mínimamente, y después salís a buscar sponsors para que sea más grande y poder sumar actos de bandas más grandes. Creo que eso te permite elegir los sponsors y decidir en qué condiciones van a ser parte del festival. Y, artísticamente, el miedo a no gustarles a todos va a aparecer sin importar qué compañía o gobierno apoye el festival.
The Radio Dept., como muchos otros grupos, es también exponente de una época. Surgió en 1995, como un dúo conformado por Duncanson y su compañero de estudios Elin Almered, pero este último la abandonó al poco tiempo y Duncanson la revivió recién en 1998. Su nacimiento tuvo lugar en el momento más álgido de la industria discográfica y en el de mejor relación de ésta con el show bizz, cuando un artista nuevo todavía podía (siempre con el apoyo de los inversores y el hype) juntar buen dinero con un primer disco y generar un recorrido sustentable. A 15 años de aquello, su modelo de “autogestión asistida” aparece como una de las pocas opciones para una banda no dispuesta a resignar en lo artístico: “Creo que no queremos ser una gran banda”, decía Martin Carlberg en una entrevista reciente con el sitio Spinner. “No es interesante porque en el sueño de tener una banda estaba incluido el modo en que la banda iba a funcionar. Queremos vender 10 mil copias de nuestros álbumes, eso es perfecto para nosotros, ése es el tipo de banda que queremos ser”, daba su mirada el multiinstrumentista. Por eso la elección y el sentirse tan a gusto en Labrador, un sello “que te respeta económica y artísticamente”.
De todos modos, es claro que aunque la intención no sea hacer de The Radio Dept. una banda grande, mínimamente tienen el interés en poder sobrevivir siendo una banda pyme. Y cualquier pyme se inscribe dentro del marco regulatorio de una industria. Al margen de las cuestiones por las que, al final de este artículo, Duncanson despotricará contra la Europa actual, es cierto que en ese continente, como en los Estados Unidos, existen fuertes modelos de negocios asociados a la música independiente. El hacelo vos mismo, allí, ha nacido y se ha ido reconfigurando en una suerte de estado de bienestar para bandas, público y productores con su ética y estética particulares, lo que podría resumirse como “una escena”.
Sellos, pequeñas y medianas salas de conciertos, publicaciones, blogs, marcas de indumentaria o de deportes asociadas a las actividades de esas escenas, productores y grupos de trabajo integrales (estudios, diseñadores, fotógrafos, vestuaristas y un largo etcétera con el motivo de pertenecer, sí, pero a un modelo cultural más rico y abarcativo), todos son parte integral en ciertos territorios de un modelo que aquí no se ha terminado de aplicar salvo en pocos casos: Redondos (Skay y Solari por separado, también), los Babasónicos post-majors con Crack y Bultaco, lo de Andrés Ciro y Divididos con 300producciones, toda la experiencia de La Renga y los tandems que algunos sellos emergentes establecen con otros partícipes de la cultura underground. O también, por qué no, ese modelo keynesiano-libertario con el que funciona la UMI. “Hay gente creativa en distintos aspectos y es interesante y redituable poder fomentar las relaciones con ellos, aunque más no sea para hablar. Pero si te querés mantener al margen de la industria, o todo lo al margen que podés mantenerte sin tener que dejar la música y salir a conseguir otro laburo, vas a precisar de un amplio abanico de profesionales y artistas con la misma idea”, dice Duncanson, casi tirando una recomendación.
En ese sentido, fundamental para la mantención de este proyecto ha sido la blogósfera. The Hype Machine es un motor que, a diario, rastrea en más de mil blogs especializados de todo el mundo (todo el mundo con acceso a los servicios de banda ancha, por supuesto) y arroja rankings con las bandas sobre las que más información, críticas, entrevistas y avisos de shows se publican. Desde la aparición en Suecia de Clinging to a Scheme, en abril de 2010, The Radio Dept. ha pasado muy pocas semanas fuera del Top 10 y eso generó un volumen de información para Labrador fundamental para que el sello británico se lanzara a licenciar el disco en lugares recónditos (esa sí que es Argentina) o a extender sus esfuerzos a mercados de la Europa del Este, el Asia central y Oceanía.
Pero todo ese esfuerzo no terminaría de materializar beneficios si los Estados Unidos quedaban fuera del plan. Pero eso ya lo explicó Carlberg en otra entrevista para un webzine: “Creo que gracias al flujo de informaciones a través de los medios, y con mucha más fuerza de los medios digitales, los jóvenes en los Estados Unidos se han ido corriendo de sus tradiciones musicales como el punk, el hardcore, el heavy y el thrash, para entender de un mejor modo las posibilidades creativas y políticas de cierto tipo de pop como el que hacemos con The Radio Dept.”, arrancaba el compañero de Duncanson. “Probablemente lleguemos allí con nuestra gira con unos cinco o seis años de retraso respecto del momento en que deberíamos haber ido, pero entonces las condiciones para que fuera fructífero no estaban. Mi sentimiento es que los oídos de los estadounidenses se ‘ablandaron’ un poco. Para mí Estados Unidos siempre fue muy de rock y ahora tiene un gran acercamiento al pop de corte indie, aunque no sé por qué”, dice.
The Radio Dept. llegó a Labrador de un modo prácticamente olvidado: en 2001 enviaron un par de canciones a la revista Sonic, que cada mes regalaba con cada ejemplar un compilado en CD de bandas nuevas. Los cazatalentos de Labrador los escucharon y convocaron y así pudieron grabar y publicar Lesser Matters, su disco debut. “Creo que la posibilidad de dar a conocer tu obra en los medios tradicionales sigue existiendo, aunque el papel es un soporte muy lento hoy. La gente se informa por los medios virtuales y las revistas confirman esas tendencias e informaciones uno o dos meses después”, evalúa Duncanson. “Me da lástima, porque la idea y el sentimiento del papel son algo hermoso, a mi entender. Ya no se le puede ganar a internet, al menos en lo que tiene que ver con la noticia. Pero de ese modo, las revistas sólo publican grandes artículos de Joy Division, Pixies, Los Beatles, Rolling Stones o Los Smiths”, dice y basta con revisar el revistero 2010: en las tapas de las publicaciones que más venden en la Argentina (de las de cultura rock, claro), se agolpan Richards, Pixies, Michael, Waters, Skay, Solari, Calamaro, Charly y U2.
–Los grandes diarios siempre han sido poderosos y conservadores en Suecia, pero siempre tuvimos gobiernos progresistas que balanceaban su impacto en el pensamiento social. Ahora, en ausencia de esto último, sería interesante tener un medio socialista fuerte para contrarrestar el avance de la centroderecha, pero no lo hay. Me temo que así y con los planes educativos de estos gobiernos, Suecia será más conservadora en adelante.
–La Iglesia Católica tiene muy poco poder en Suecia, aunque no diría que es nulo. Es cierto que el ala política de la Iglesia es parte de la coalición gobernante y que el pensamiento de los popes religiosos tiene tintes de miedo, ignorancia y conservación del statu quo, la Iglesia no es la única fuente de esos sentimientos: aparecen en todos lados y se ve muy claramente en el comportamiento de los empresarios. Creo que eso pasa en toda Europa, detrás de la política inmigratoria de Francia y Alemania y de la participación europea en la invasión a Irak no solamente se juegan intereses culturales, religiosos o de ideas, sino básicamente de dinero. Es triste pero Europa es un continente que asusta: si tenés un mínimo interés por el bienestar de la gente, Europa no te puede conmover.
En el segundo tema de Clinging to a Scheme samplean un testimonio que Thurston Moore (de Sonic Youth) dio para un documental: “La gente ve al rock como parte de la cultura joven, pero cuando el rock es monopolizado por los grandes negocios, ¿cómo reacciona la juventud?”. The Radio Dept. hace uso de aquella frase para interpelar a sus propios oyentes. ¿Cómo creen que deberían reaccionar los jóvenes frente a esa monopolización? “La cita de Thurston es genial y él mismo responde al interrogante en ese documental del ‘91, que veíamos una y otra vez cuando éramos más chicos. Mi respuesta es la misma que la suya: ‘Deberíamos destruir ese nefasto proceso capitalista que está acabando con la cultura joven’”.
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