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La ciudad de Athens, en el estado sureño de Georgia, Estados Unidos, ha sido cuna y moisés de una cantidad de bandas locales y visitantes. Desde Otis Redding y Ray Charles (cuya versión de Georgia on my Mind es, de hecho, el himno oficial de ese estado) hasta los recientes Elf Power o Flat Duo Jets, pasando por gigantes alternativos como R.E.M y pop como B-52’s y proyectos modernistas como Neutral Milk Hotel, esta pequeña ciudad de tres mil habitantes le ha dado al indie un playlist eternizado que ya atraviesa más de 50 años de música y cultura joven; y que ha revertido así, con tanta luminosidad musical, un pasado oscuro de tierra algodonera, esclavismo y violencia en tiempos de la Guerra de Secesión.

Originalmente, la ciudad fue conocida como Farmersville (el pueblo de los granjeros), pero en 1888, Arza Parish cambió su nombre en honor a la ciudad de Atenas, en Grecia, por tratarse de una ciudad que funcionaba como polo educativo de la región, con su escuela primaria, su secundaria y su instituto para maestros. Inevitablemente, todo el afluente de jóvenes ayudó a que allí se gestara, hacia mediados de la década de 1970, un nutrido movimiento artístico que tendría en la música independiente su punto de cristalización.

El epicentro sonoro de la ciudad fue, sin dudas, el 40 Watt Club, uno de los puntos de reunión y expansión de los movimientos punk, pospunk y new wave, tanto como el CBGB del Lower East Side neoyorquino o el Whisky a Go Go del Sunset Strip angelino; y uno de los locales de conciertos más importantes del sur estadounidense, inclusive hoy, ya en otra dirección. El sitio era el galpón deportivo de un colegio de la zona, pero en 1978 fue usado por primera vez para conciertos de rock. Desde entonces, pasaron e hicieron carrera (también) allí Afrika Bambaataa, Bad Brains, Cibo Matto, Eddie Vedder, Flaming Lips, Fugazi, Guided By Voices, Hüsker Dü, Iggy Pop, Jon Spencer Blues Explosion, My Bloody Valentine, Nirvana, Patti Smith, Pavement, Sebadoh, The Strokes, Tortoise, Violent Femmes o Wilco, por mencionar sólo a los más queridos.

El propio sentido del Do it yourself de sus administradores (el local entró en funciones con un inodoro y un lavabo usados, donados) contagió y agrupó a toda la incipiente escena independiente de los primeros años ‘80, que conformaron el caldo con el que se alimentaron, más recientemente, bandas como Of Montreal, Deerhunter, Elf Power, Flat Duo Jets, como picos de un terreno en el que ahora se cultivan bandas indies y de calidad.