Cuando Diego le dio el Mundial a la Argentina en México ‘86, al convertirse en el verdugo de Bélgica con dos hermosos tantos en las semifinales, Vito De Luca era un mancebo de apenas cuatro años. Sin embargo, en momentos de evocaciones incómodas como éste, el namurense apela a la cédula azzurra que le legaron sus padres. “Si bien soy belga de ley, para el fútbol prefiero ser italiano. No recuerdo nada de ese torneo, pero estaría orgulloso de que Maradona me hiciera un gol.” Tres lustros después de la hazaña, el productor y músico de la nación dividida por flamencos y valones es uno de los nuevos referentes del indie dance global a través de su alter ego Aeroplane, que mañana arribará a Buenos Aires para presentarse por primera vez. “Me dijeron que el público porteño refleja la espectacularidad de su ciudad. Así que para la ocasión ofreceré un show de música brillante y feliz que espero que esté al nivel, con voces y melodías que la gente podrá cantar y recordar”, adelanta el igualmente DJ al NO. “Disco, house... usaré todos los géneros que manejo para hacerlos bailar. Si chusmean en www.soundcloud.com/aeroplane se darán una idea de cómo son mis sets.”

A partir de la salida de su primer sencillo Caramella, en 2007, Vito emprendió un volátil ascenso que alcanzó su clímax con la aparición en septiembre de 2010 de su disco debut We Can’t Fly, título que refleja la manera en que se perpetró. “Estoy muy feliz por el resultado porque fue muy arriesgado hacerlo”, afirma el artista belga. “Tomó dos años su preparación, desde la composición hasta los últimos retoques. Es demasiado tiempo para un álbum. No es la idea, pero aprendí mucho. Se pasó por etapas que incluyeron trabajos en mi ático o con una orquesta en un estudio. Lo grabé en diferentes ciudades del mundo, Londres, París o Los Angeles, aunque nunca en Bélgica.” Más allá de los diferentes rótulos que se usaron para clasificarla, a esta producción la define la hibridez de estilos. House, balearic beat, disco, reggae, rock y la canción italiana colorean una realización que tiene entre sus invitados a Merry Clayton, la voz que junto a Jagger hizo de Gimme Shelter uno de los mayores clásicos del rock. “Además de participar en mi tema favorito de los Stones, Merry es una cantante de soul increíble. Como me encanta su voz, me puse en contacto con ella y funcionó. Fue así de fácil.”

Si bien la edición de We Can’t Fly significó asimismo la salida de su coequiper en Aeroplane, Stephen Fasano, De Luca siguió adelante con el proyecto, que recientemente puso a la venta el disco de remixes In Flight Entertainment. Y es que, además de llevar adelante este laboratorio de sonido, el DJ belga se ganó la fama de gran remixador. Desde Robbie Williams hasta Grace Jones pueden dar constancia de ello. “Cuando hago un remix, trato de ser original”, asegura. “No podés prescindir de tu propia música para comenzar a hacer algo de la nada. Debés tener una idea clara de adónde querés ir. Mis remixes los hago pensando siempre en que serán consumidos en la pista de baile.” Será la primera visita al país de un delegado de la vanguardia musical belga, tras la actuación de Soulwax en 2004 y las posteriores reincidencias de su proyecto paralelo, 2 Many DJs, que tiene en Applause a otro de sus noveles artífices. “La escena belga es chica, pero tenemos una estupenda cultura por la buena música. Están Soulwax y Deus, por supuesto, aunque igualmente destacaría lo que hacen Mustang o Mickey en la emergente escena disco. Ni hablar de la movida techno, que es muy grande.”

* Aeroplane actuará mañana en una edición especial de la fiesta MSTRPLN, en Studio Crobar, a partir de las 24. Av. Libertador 3886, Paseo de la Infanta. Arco 17.