MASSIVE ATTACK Y LA DOBLE RESISTENCIA
Adiós a las armas
Mientras las tropas de Estados Unidos e Inglaterra se disponen a atacar Irak, la ¿banda? de Robert “3D” del Naja publica su primer disco en cinco años. Obra decisiva de la nueva resistencia pacifista, el onírico “100th Window” responde al sonido de las bombas. Escuchen...
Por Pablo Plotkin
lLa resistencia de Massive Attack se abre en dos frentes. El más explícito y coyuntural es el que Robert 3D del Naja (esto es, Massive Attack) afronta como líder mediático de Stop the War, una organización británica que se opone a la invasión a Irak. El otro foco de resistencia, menos urgente en términos de militancia pero quizás más perdurable, está en sus discos. Compuesto y tocado en estado de refugio nuclear, 100th Window busca respuestas en las ruinas y en los sueños. Massive Attack reza, duerme y teme, pero también sugiere que el miedo no es patrimonio exclusivo de las víctimas. La coherencia del ciudadano pacifista Del Naja no funciona en esta otra forma de insurrección: Massive Attack se defiende con narcosis y plegarias; Stop the War –como corresponde– se manifiesta a las puertas del Parlamento inglés. Pero aunque se consuman como placebos de protesta estética, las canciones de 3D no aluden a otra cosa que a las miles de formas del peligro y a la búsqueda febril (a veces inanimada) de respuestas.
El punto de partida de ese viaje neblinoso que es 100th Window (título que alude a la Internet como panóptico del mundo moderno) es pura sensación de vacío. Situado en un mañana desolador, “Future Proof” habla de amigos ausentes y fantasmas hambrientos. El proceso de desintegración de Massive Attack como banda quizás haya tenido algo que ver. En el 2001, luego de la partida de Adrian Mushroom Vowles, 3D y Grant Daddy G Marshall se encerraron durante un par de semanas con los Lupine Howl, banda resentida y psicodélica integrada por los expulsados de Spiritualized. Al cabo de esas sesiones abarrotadas de alcohol y música sombría, 3D se dio cuenta de que el material no servía para nada. Entretanto, Daddy G fue padre y se alejó del proyecto. Del Naja, solo, empezó a hacer nuevamente el disco. “Algunos dijeron que este álbum es autoindulgente porque las canciones son muy largas. Pero, ¿qué carajo es eso? Pasar años en un estudio vaciándote y sufriendo es lo menos autoindulgente que se me ocurre”, le dijo al diario español El Mundo.
Como siempre, Del Naja supo rodearse de voces más dulces que la suya. Sinead O’Connor, pitonisa invitada, canta canciones de redención y autoyuda. En “A Prayer for England” (“Una plegaria por Inglaterra”), la irlandesa ora por la salvación de “los chicos ingleses”, acechados por los asesinatos y el reclutamiento militar. Acá no hay plan de evasión: en todo caso, lo de Massive Attack es una siesta en el refugio atómico, con sueños malos incluidos. Ese hip hop onírico (¿quieto?) tiene mucho que ver con las películas de David Lynch y la literatura de Ballard. Ese espacio de confort y a la vez de peligro al que accedemos al caer dormidos. Pero la guerra no es sueño. “Todo el tiempo es tiempo de guerra”, canta 3D en “Small Time Shot Away”.
La preciosa voz del rasta Horace Andy, viejo amigo de Del Naja, aporta devoción y esperanza. Pero las cosas parecen estar difíciles en este choque de elementos entre el metal (las armas) y el vidrio (el hombre). El disco se diluye en ese ambient fotofóbico y orquestado, en el que 3D termina rogando por un poco de insensibilidad. Cortisona, almohadas, cloroformo, leche materna, lo que sea. “Te ves genial con esas manchas de sangre”, es lo último que se dice, con menos ánimo de aterrar que de generar una empatía en medio del pánico. “Tenemos derecho a mostrar nuestra opinión y a decir que no tenemos ganas de que maten a nadie en nuestro nombre”, señala el ciudadano Robert del Naja, 36 años, criado en Bristol por un padre napolitano, ex graffitero del colectivo de agitación The Wild Bunch (que dio origen a Massive Attack) y votante arrepentido de Tony Blair.
Hace diez años, cuando Bush I envió sus tropas al Golfo Pérsico, la banda había reducido su nombre a Massive, para evitar cualquier roce con la Tormenta del Desierto. Ahora, en medio de la segunda expedición bombardera a Irak impulsada por otro hijo de la dinastía tejana, 3D confiesa que consideró la posibilidad de rebautizarse Attack Off, perofinalmente no fue necesario. “Todo el mundo sabe que no apoyamos al gobierno ni los bombardeos”, observa quien es, junto a Damon Albarn, cara visible de Stop The War. “Lo único que queremos es fomentar el debate en la sociedad británica. Cuando hablo con mis amigos, me alucina que se encojan de hombros y digan que no saben si están a favor o en contra de la guerra. No, hay que mostrar el rechazo y cambiar la opinión de la gente. Si Occidente cambia sus políticas y les demuestra que no es el demonio, es probable que el terrorismo desaparezca, porque no tendrá razón de ser.”
CRECE LA GUERRA A LA GUERRA
No bombardeen Bagdad
Stop The War, la organización que Massive Attack, Damon Albarn y Asian Dub Foundation lideran públicamente, es el brazo rock británico de los diversos movimientos pacifistas que, relegados a la categoría de “toque pintoresco” por parte de los grandes medios masivos angloparlantes, vienen expresando su oposición a un inminente ataque a Irak. El 21 de enero, STW organizó una manifestación frente al Parlamento inglés que convocó a los artistas enrolados y a los asesores políticos y diplomáticos que operan en el movimiento. Del otro lado del Atlántico, la campaña “Not in our Name” lleva recolectadas unas 4 mil firmas de artistas e intelectuales. Algunos de los músicos que manifestaron su descontento frente al impulso bombardero de Bush II son Yoko Ono, Bonnie Raitt, Tom Morello, Laurie Anderson, Public Enemy, Ms. Dynamite, Ozomatli, Eno, Ani Difranco... Madonna, en tanto, acaba de grabar un video para una canción nueva, “American Life”, a la que sus publicistas promueven como “la más impresionante postura anti-bélica y anti-Bush nacida del corazón de la industria del entretenimiento”. Saldrá a mediados de marzo, época en que el tejano planea tener cocida la mitad de Bagdad. Entre las reacciones pacifistas genuinas y el oportunismo marketinero, se multiplican las voces de protesta. Este sábado habrá marchas por la paz en diferentes ciudades del mundo, en lo que puede suponerse será la primera jornada de una semana crucial en el choque entre el Imperio y los movimientos disidentes. La resistencia se dispersa y se congrega también en Internet, donde se puede participar de algún modo en esta “guerra a la guerra”. El movimiento Stopwars (stopwars.org) convoca a artistas y diseñadores del mundo a que –entre este sábado y el siguiente– aporten iconos anti-bélicos que serán graffiteados en diversas ciudades (en algunas paredes de Buenos Aires, Londres y Madrid, por ejemplo, ya se ven marcas de esta iniciativa). Igualmente, los que quieran enviar mensajes en formato de texto, imágenes, música o video, pueden hacerlo a guerrillaARROBAstopwars.org. “La política exterior de Estados Unidos es el mayor peligro mundial del presente y George Bush, el hombre más peligroso del mundo”, asegura esta “guerrilla cultural contra la guerra”. Pese a ostentar un poderío diplomático y militar casi absoluto, Estados Unidos parece estar pagando un costo político demasiado alto por esta expedición colonizadora a uno de los mayores oleoductos del planeta.