Walas, ese loco lindo de calzas de leopardo y panza al aire que pone su voz y delirio al servicio de Massacre, confirma que existe un nuevo rock “con una nueva ética, estética y pensamiento” en la Argentina. Y así lo firma en el segundo volumen del proyecto Geiser, del cual es curador. Geiser es “un semillero de artistas, vehículo para nuevas bandas, una ventana para el gran público, para que estas semillas crezcan y fecunden de la mejor manera posible”, pregonan en su web.

En Samsung Studio fue presentado un adelanto del segundo compilado, Los perros ladran, con canciones de La Perla Irregular, The Omelettes, Anastasia, The Siniestros y Los Reyes del Falsete (que ya habían estado en La muerte del ego, el volumen 1 curado por Leo García), entre otras bandas. Walas suponía que de él se iba a esperar más distorsión y power, pero buscó un compilado “multiestílistico”. Sorprendido por el talento de las 21 bandas participantes, diferenció dos criterios en su elección: “El artístico y el del compromiso con el entretenimiento –destacó–. La mitad de las bandas que están en el compilado van a tener hits y desarrollo; las otras son puramente artísticas, son jodidas. Les dije que no esperen ser hiteros sino ser una buena banda. La diferencia entre el temazo y el hit es que ambos son éxitos, pero el temazo no lo podés pasar en la radio”.

Walas reconoce un par de factores por los que se dieron estos nuevos cambios en el rock: “Por un lado ya pasó de moda el rock de los festivales, donde estaban las modelos y Flavio Palmiero. Después hubo un cimbronazo cuando se separaron las grandes bandas: Los Piojos, Bersuit, Attaque, sumado a las muertes de Pappo y de Spinetta. Ahora necesitamos reconstruirlo de las ruinas. Incluso el factor Capusotto fue decisivo: Pomelo y toda la crítica inteligentísima sobre el rock nos puso un espejo que mostró que definitivamente teníamos que cambiar. Todos esos factores hicieron que haya un nuevo rock, con una nueva ética, estética y pensamiento en la Argentina”.