SELAH SUE, ESA RUBIA SINCERIDAD
Luego de hundirse en las músicas negras, esta joven belga (que a los 17 rechazó un contrato con una multinacional) emergió con sus propias perlas.
› Por Santiago Rial Ungaro
De Estambul a Buenos Aires llega la suave voz mañanera de Sanne Putseys, una hermosa belga de 23 años que, en inglés, le cuenta al NO cómo fue que aprendió a cantar ragamuffin al estilo jamaiquino: “Me encanta esa música; mi hermano mayor me hizo escuchar muchísimo reggae desde chica, pero es demasiado lento para mí, aunque me gusta escucharlo por la onda que tiene; creo que mi estilo es más cercano al ragga”. Selah Sue –su seudónimo artístico– habla igual que cuando canta: es veloz, clara y honesta, con sensibilidad y dulzura.
“Sinceramente, no estoy para nada influenciada por la música belga: ni siquiera compuse una sola canción en flemish: los acentos son muy duros, para nada musicales.” Se siente más cercana a Erykah Badu y su cóctel de soul, hip hop y dancehall que a las glorias pictóricas flamencas de El Bosco o las chansons de Jacques Brel. A los 17 años, Sanne Putseys ya era un diamante en bruto bastante pulido y con conciencia de lo que no quería hacer: “A los 17 años me vinieron a proponer que firmara un contrato con Universal, pero la verdad es que yo no quería hacer versiones, y aún no me sentía madura para comenzar una carrera en una compañía. De hecho, por entonces mi gran sueño era ser psicóloga o quizá psiquiatra. Estaba tratando de ver qué hacía con mi vida, pero sabía que si hacía música, quería componer mis propias canciones”.
Editado hace casi dos años, su primer disco epónimo demuestra que la chica tenía razón. Y corazón. Producido por los franceses Farhot y Patrice, el disco cuenta en el meloso y logrado Mommy con la producción de Meshell Ndegeocello, ex bajista de Madonna, dueña de una carrera solista preciosa y no demasiado recordada, así como con la participación del aclamado Cee–Lo Green en un dueto en Please: “Soy una gran fan de Meshell, me encanta ese estilo tranquilo, oscuro y profundo, encajaba perfecto para Mommy. Y a Cee-Lo Green me lo propusieron, no había pensado en él porque ni lo conocía ni me interesaba, pero siempre suma tener un nombre importante en una producción, ¿no?”.
De gira por el mundo presentando su disco, Sanne se convirtió en Selah y sabe que a esta altura ya no hay chances de que pueda ser psicóloga. Pero su interés en el tema persiste: “La verdad es que comprender la mente es lo más importante de nuestra vida, ya que todos queremos ser felices. Ultimamente me copé bastante con el budismo, me parece que tiene una psicología muy profunda, con todas esas técnicas de meditación y relajación. Escuchar esos mantras es algo muy cool”. Del Buddha pasa automáticamente al Lama Prince, que la convocó para que abriera su última gira europea. Selah: “Es una muy buena persona y un muy buen hombre de negocios. ¿Sabés que me dijo que quería que cantara en su disco, pero que ya estaba terminado? La verdad es que cantar con él sería un gran plan para todos, ¿no? Prince me parece un Buddha de la música: cuando lo mirás a los ojos, te das cuenta de que es una persona muy dulce”.
* Martes 17 en Niceto Club (Niceto Vega 5510). A las 21.
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