Jueves, 4 de septiembre de 2014 | Hoy
EL COMPROMISO ESTá SALIENDO DE LA CAVERNA
El combo rockero platense presentaba Posguerra cuando apareció Ignacio Guido, nieto 114 y familiar del batero, que tocó en Casi Justicia Social.
Por Brian Majlin
Hace unas semanas, con la aparición del nieto 114 –que resultó ser Ignacio “Pacho” Hurban / Guido Montoya Carlotto, nieto de la Abuela emblemática Estela de Carlotto– se instaló la idea acerca de la transmisión de valores e ideas por los genes, porque Pacho era un músico sensible a las causas populares. Del otro lado de la luz, otro nieto toma la palabra y, aunque también con genes Carlotto y con sangre Falcone, no duda en decir que no, que jamás se los forzó –desde la familia– a la militancia, y que cada cual hizo como pudo. Y sin embargo, algo se coló entre los deseos de Juano Falcone, cuando a los 15 años, “interpelado por el rock”, decidió que, con Diego, su amigo de siempre, tendrían una banda. Y sería rock y compromiso.
“Siempre nos interesó aportar, desde la cultura rock, una mirada crítica ante determinados sobreentendidos del sistema”, explica Juano, baterista y letrista, antes de la presentación de Posguerra, el cuarto disco en once años de trayectoria de La Caverna, banda platense que forjó con su grupo de amigos a la vera del “vacío cultural de los ‘90 y de las bandas de resistencia que daban voz a causas invisibles” y que les gustaban entonces, como Los Redondos o La Renga. La relación con la responsabilidad social y su función como “comunicadores” –explica Diego, cantante y guitarrista– fue siempre su norte. El horizonte está en la posibilidad de ser simplemente músicos, sin el peso de la subsistencia mediante otras tareas.
Las redes sociales, por otro lado, les permitieron crear una comunidad de unos cuantos miles de seguidores que, en sólo 15 minutos, voltearon la web de descarga del disco. Una descarga que, aclaran, tiene más de “aceptar el nuevo paradigma de que la industria del disco ha muerto y ahora las compañías van por los shows y derechos de autor, que de postura”. Un ejemplo demoledor: hicieron mil copias físicas, tuvieron 5 mil descargas.
¿Es un deber el compromiso?
Diego: –No es pancarta, no es dogma, no es deber: es un punto de vista. No estamos esperando rockeros con pasamontañas sino comprometidos.
En Posguerra, a diferencia de los anteriores, se comprometieron con lo íntimo. El disco es el resultado del desamor y de la crisis de los 30, admiten. Es la cultura rock que se pone reflexiva, que ha madurado: “Le perdimos el miedo a pensar que uno también es un loser que se emociona y pierde”.
El compromiso es también reflexionar hacia dónde va la escena rockera post-Cromañón. Juano fue miembro de Casi Justicia Social, la banda post–Callejeros de Patricio Santos Fontanet, y referente en la causa. “En lugares más chicos o sin nombre, la informalidad sigue existiendo –advierte Diego–. Se caen techos de escuelas, hay quilombo en El Teatro de Flores... sale menos una multa que mantenerlo cerrado, es la lógica perversa del que sólo piensa en la guita.”
¿No hubo un aprendizaje?
Juano: –Queremos contribuir a un país en el que no se repita, pero si no se desmantela el patrón, para mí lo de Flores es otro Cromañón. Es un sistema perverso que fagocita a los pibes en nombre de escatimar gastos y generar desde la corrupción. Desde el tipo que decide abrir, el inspector que recibe la coima, el gobierno que desmantela el sistema de inspección dos meses antes de Cromañón...
¿Pero ahora toman precauciones ustedes?
Diego: –Seguimos creyendo que no nos corresponde, pero sí: todos los de la generación post-Cromañón revisamos nuestra conducta propia y la ajena; nadie nos cuidaba y nadie nos cuida. No nos corresponde, pero uno se encarga igual porque puede pasar en cualquier lugar donde se junten 50 personas. Tenemos esa responsabilidad también.
El compromiso se cuela en la charla otra vez. “Nacer y crecer a sabiendas de que hay gente que no está porque puso lo que había que poner para cambiarlo todo, en algún momento de tu vida te aborda”, dice Falcone y da paso a la descontractura que humaniza la lucha: cuando conocieron a Pacho, confiesa, lo que les interesó fue sencillo: si le gustaban Los Redondos, si miraba Los Simpson, “esas cosas fundantes de las personas”.
* Viernes 5 en La Trastienda Club, Balcarce 460. A las 23.30.
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