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A pesar de que el ébola tiene en vilo a Nueva York, tras registrarse el primer caso en la megalópolis norteamericana, The Drums combate el mal tiempo con buen pop. Y eso lo demostró en su única visita a Buenos Aires, como parte del Personal Fest 2012, cuando retó a un temporal de cabreo casi bíblico con un recital diligente, imprudente y volátil, que convalidó su chapa de grupo mesiánico del indie. “Aunque la primera impresión es muy rápida cuando estás de gira, recuerdo que fue un show muy bueno”, evoca el guitarrista Jacob Graham. “Si bien adoramos los festivales, porque te expone ante mucha gente, la experiencia de un recital propio nos gusta más por su espontaneidad.”

La banda estadounidense regresa esta vez a la capital argentina para repasar holgadamente toda su discografía, además de la mano de su nuevo álbum, Encyclopedia, en el que no sólo se reinventa musicalmente sino que presenta su flamante alineación. “Nunca supe muy bien cómo pasamos de ser un cuarteto a una dupla. Calculo que el resto estaba ocupado con otros proyectos”, ironiza el coequiper del vocalista Jonathan Pierce en la agrupación creada en 2008 en Brooklyn. “Además del cambio de formación, otro de los factores que influyó en el sonido de Encyclopedia fue que lo grabamos en secreto para no sentir la presión de la expectativa, lo que fue muy excitante y liberador para nosotros.”

Luego de que sus dos álbumes anteriores surcaran la cara más luminosa, surfer o canchera del post punk, lo que le valió filiaciones con The Smiths y Orange Juice, el tercer disco de The Drums tomó una dirección musical en la que el tándem se permitió experimentar con la psicodelia y hasta con la electrónica. “Es un disco interesante”, asegura Graham. “Como sólo queríamos divertirnos haciendo música, es un trabajo funcional a la creatividad. Buscábamos algo que fuera directo a nuestros corazones.” Al tiempo que sus letras pasan en un tris del amor a la transexualidad: “Son canciones que, desde un punto de vista muy personal, hablan de jugárselo todo y de conectarse con los demás y con el mundo”.

A un lustro de su coronación como “grupo revelación”, tras la aparición del EP Summertime!, The Drums recuerda ese período con zozobra. “La presión fue bastante grande”, alude Jacob, quien conoció a Jonathan en un campamento religioso a los 12 años. “Nos juzgaban todo el tiempo, al punto de que teníamos que salir a dar explicaciones sobre lo que hacíamos. Fue caótico y complicado mostrar quiénes éramos.” No obstante, pese a que hoy es un referente emblemático del indie contemporáneo, las trabas no acaban para el dúo. “Es extraña esta época, porque los discos no se venden. Si bien agradecemos el apoyo que nos dan, la sensación de que estamos apretados económicamente continúa.”

Viernes 7 en Groove, Santa Fe 4389. A las 19.