EL ESTRENO NO INFANTIL
Piñas y poemas
El boxeador contra el poeta. A eso puede referirse el título de este curioso documental español, sobre la aún más curiosa vida de Arthur Cravan, un boxeador y poeta –o poeta y boxeador–, cuyo nombre está ubicado al pie de página de la historia del surrealismo francés de comienzos del siglo pasado. Un personaje olvidado, que aseguraba ser sobrino de Wilde y supo escandalizar a la vanguardista aunque aún demasiado pacata sociedad artística parisina, y terminó desapareciendo de escena y de la historia –incluso de sus notas al pie de página– en el golfo de México. El realizador español Isaki Lacuesta se topó con el mito Cravan cuando descubrió que había boxeado en Barcelona, y a partir de allí tiró del hilo de sus desventuras hasta desempolvar una leyenda tan escondida que por momentos queda la sospecha que su documental no hace más que crearla.
Presentado en el último Festival porteño de Cine Independiente, Cravan vs. Cravan –un film desparejo, pero siempre interesante– es el único estreno no-infantil en este jueves de vacaciones de invierno. En él, Lacuesta recorre todas las pistas, documentos y teorías sobre Arthur Cravan que compiló durante sus investigaciones, con la ayuda de UN poeta, boxeador y director de cine llamado Frank Nicotra, cuya presencia sirve de voz narrativa del documental. Así juega todo el tiempo con los paralelismos entre la historia de Nicotra y Cravan, alguien cuya ubicuidad ha propiciado la comparación –realizada por el propio Lacuesta– con el Zelig de Woody Allen. Entre las tantas apariciones de Arthur Cravan en los pliegues de la historia con mayúscula, cabe mencionar una que tiene que ver con el inesperado estreno local del documental. Porque Cravan desapareció en un barco que lo llevaba a la Argentina, donde esperaba reencontrarse con su pareja. Ella llegó a Buenos Aires, pero Cravan nunca lo hizo. Salvo su mito, que –con casi un siglo de retraso– llega hoy a la cita. MARTIN PEREZ