YO Sí SOY MARINEROS
Repercusión instantánea para el dúo pop que sacó belleza del dolor.
› Por Juan Barberis
La relación entre su breve historia y la inesperada proyección de sus dos primeros singles, Espero y Oh oh, depositaron a Marineros en un momento de expectativa y ansiedad elevado. “Todo sucedió muy rápido, hasta tenemos club de fans”, dice Soledad Puentes, la mitad de este grupo indie-pop chileno que, aun sin tener su primer disco editado, ya empieza a quebrar las fronteras rocosas del país alistándose por detrás de figuras como Javiera Mena, Francisca Valenzuela y Camila Moreno. “Fue muy fuerte tener que asimilar todo esto. Ahí estamos haciendo malabares entre la vida real y la vida de ensueño.”
Soledad Puentes y Constanza Espina, una de Viña del Mar y la otra de Concepción, se conocieron por unos amigos en común en la primera edición del Lollapalooza Chile, en 2011, y a partir de ese día supieron que tenían que hacer música juntas. “Yo cantaba por gusto, hasta que me rompieron el corazón y tuve que empezar a hacer algunas canciones”, dice Constanza. “Y cuando conocí a Soledad encontré el complemento perfecto para las cosas que quería decir.”
Al poco tiempo, fue Javier Mena quien las puso en contacto con Cristian Heyne, músico y productor clave de la escena chilena (detrás de Mena, Gepe, Camila Moreno, La Ley), y la carrera de Marineros pareció catapultarse. Heyne había escuchado la maqueta de Espero y estaba dispuesto a producir su música. Al día siguiente de conocerlo, Soledad renunció al estudio de arquitectura en el que trabajaba y decidió abocarse de lleno a su proyecto artístico. “Conocerlo fue darnos cuenta de que esto venía de manera seria y que teníamos que ponernos a trabajar duro”, dice Constanza.
La música de Marineros, que a través de los primeros singles logró una instantánea repercusión en Chile y el exterior –el dúo ya tocó en el festival SxSW de Estados Unidos y en Costa Rica– es un viaje de canciones dream-pop oscuras y enigmáticas, con estribillos pegadizos a medio tiempo y guitarras espaciales que se funden con sintetizadores y voces sutilmente procesadas. Según ellas, es una mezcla de las influencias que quedaron macerando desde su adolescencia: desde Spice Girls y Jorge González hasta Sonic Youth y Cocteau Twins, pero con un fuerte sentido pop. “El pop siempre está visto desde el lado negativo, se lo ve como algo liviano, sin valor. Y me parece una discriminación total, porque yo que hago canciones pop... ¡sufro harto!”, evalúa Constanza.
Después de haber lanzado una serie de remixes de su pegadizo simple Cae la noche (con participación del dúo local Sobrenadar), Marineros ultima detalles de su primer larga duración que saldrá antes de fin de año, un trabajo que, según este dúo de chicas al borde de los 30, mezcla amor y existencialismo por igual. “Me da un poco de vergüenza existir, ése es mi mayor conflicto, porque el ser humano hace puras locuras. Estamos tratando de entender qué es lo que estamos haciendo acá, cuál es el fin”, dice Soledad. “Nos inspiramos en ese tipo de cosas, pero tampoco creemos que todo está perdido”, suma Constanza, buscando equilibrio. “A pesar de todo, algo bueno va a venir.”
* Martes 25 en Martes Indiegentes, Niceto Club, Niceto Vega 5510. A las 20.
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