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Jueves, 17 de diciembre de 2015

EL GPS DESVIADO DE LOS ANIMALES SUPERFORROS

“Hablamos de lo bueno de la vida”

En Córdoba es mi Europa hay pop lúdico y excéntrico, lindante al absurdo.

 Por Lola Sasturain

Los Animales Superforros funcionan a tal punto como grupo de amigos que de tanto joder sin parar nunca terminan de entender cuándo se habla en serio y cuándo no. “Todavía no los implementamos, pero somos tipos que podrían usar chascos: almohadones tirapedos y esas cosas”, comentan entre risas. Como delata su “primer disco serio”, Córdoba es mi Europa, además de la clásica formación rockera (guitarras, bajo y batería), todos tocan sintes, samplers y los más diversos instrumentos. Tiene que ver con el concepto de la banda y su manera de hacer música: “Pasa por sacar la mirada por un rato de Europa. Capaz me están influyendo un montón de cosas que pasan en Córdoba, ¿y? El chiste es cambiar el foco. No se refiere solamente a la provincia, es la idea de cercanía lejana. La instrumentación es Córdoba y es Europa. Psicodelia y electrónica y charango y bombo leguero y flauta”.

Algo parecido pasa con su nombre, que refiere a la banda galesa de pop flashero Super Furry Animals. “También los citamos medio inconscientemente con esto del eclecticismo, con tener un disco que abarca mil géneros entre tema y tema, que es lo mismo que hacen ellos: algo electrónico, algo folk, algo medio gracioso, algo serio”, dicen sobre la banda de Gruff Rhys. Los Animales Superforros, banda psicodélica-delirante-autóctona, tiene integrantes de varios lados, con base en Buenos Aires: Juan Tortarolo y Maxi Urrutia son porteños, Eche Silvapobas y Franco Peralta del sur y Coque Jaramillo, colombiano. Venir de diferentes lados los impulsa al mestizaje y al desprejuicio. “Coco, por ejemplo, trajo un tiple colombiano, instrumento folclórico mezcla de guitarra y charango, con doble cuerdas, que tira muchos armónicos. Hay un tema de Atahualpa en el que pide que todos tiren el tiple al río; a él no le gustaba el tiple, jajá, pero a nosotros sí.”

Meta y ponga, su primer corte, está basada en el tiple y tiene un videoclip polémico en el que se mezcla lo adorable y lo degenerado, como en el tema mismo: “Sí, habla de eso, no de meter y poner cosas en la heladera”. El disco está repleto de canciones así: agridulces, divertidas de una manera casi surrealista, con mullidos colchones electrónicos sobre los que retozan apaciblemente melodías saltarinas con su amplio abanico de instrumentos. Un pop lúdico y excéntrico pero que nunca peca de solemne ni de excesivamente grandilocuente. Cuando la cosa parece que se va a poner seria, siempre vira al absurdo.

Córdoba es mi Europa, mayoritariamente producido por Tortarolo (voz, percusión, sampler y sintes) y por Monoto Grimaldi (guitarrista de Miranda! y amigo de la banda, que de hecho lo publicó a través de su sello, En Grandes Discográficas), es un disco para gente curiosa, de mente abierta y hedonista, que gusta de los placeres simples y las instrumentaciones complejas: “Creemos que tenemos un mensaje positivo. Hablamos de animales, de naturaleza, de mujeres... las cosas buenas de la vida”, concluyen.

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