SHOW INTERNACIONAL: BLUR EN TECNóPOLIS
› Por Yumber Vera Rojas
Por segundo año consecutivo, Damon Albarn volvió a trepar a lo más alto del podio de la Encuesta del NO. Y esto comprueba no sólo su arraigo en la Argentina, sino que es uno de los músicos británicos más prolíficos de los últimos tiempos. Si bien en 2014 se apropió de los rubros “Disco extranjero” (Everyday Robots) y “Show internacional” (Gran Rex), en esta ocasión fue protagonista nuevamente del recital de la temporada, aunque con Blur. Tras su reencuentro con Buenos Aires en 2013, en el que básicamente celebraban una reunión cuya continuidad era toda una incertidumbre, incluso para sus propios integrantes, el grupo londinense regresó para presentar uno de los batacazos de 2015: The Magic Whip.
Es que el octavo álbum de estudio del cuarteto fue tan inesperado como tremendo, al punto de que rankeó, en la mayoría de las encuestas internacionales, entre los mejores de 2015. El repertorio dejó en evidencia el estupendo arrebato creativo de la banda, a partir de la afinidad y el equilibrio labrado en sus shows tras su vuelta a los escenarios en 2009. Lo que demostró una vez más en un Tecnópolis colmado y bramante (11/10), al igual que en la Plaza de la Música de Córdoba (10/10), donde un inspirado Albarn se tornó en el capitán de un acorazado sonoro compacto, solvente, festivo y, sobre todo, contemporáneo. Flamantes canciones como Go Out o Lonesome Street convivían con sus clásicos de forma armoniosa, y ése fue uno de los rasgos admirables del recital, considerando que su anterior álbum, Think Tank, apareció hace ¡12 años!
Esa noche destacaron, además, la diversidad y generosidad del repertorio, el buen sonido –algo que merma últimamente en festivales y recitales porteños–, la puesta en escena, los músicos de respaldo, el equilibrio de las cuatro piezas de la banda y la impecable vitalidad de Albarn a sus 47 pirulos, aunque saltó tanto en Córdoba que en Villa Martelli reconoció que le dolían las rodillas. Pero igual fue para adelante.
No obstante, aparte del memorable recital de Blur, otros shows despuntaron en 2015, según los músicos encuestados. Varias cabezas por detrás, el showzaso de los modern souleros ingleses Jungle en Niceto Club, los esperadísimos debuts de The Residents y Helado Negro en la misma sala, el despliegue de St. Vincent como favorito del Lollapalooza, el concierto de DIIV en Club Aráoz, y las vueltas de Morrissey, Faith No More (ambos al Luna Park) y Sting (que inauguró el DirecTV Arena). Sin duda, fue un año intenso. Intensísimo.
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