EL DEBUT DE BICICLETAS
Complejo, no virtuoso
› Por Roque Casciero
El cantante y guitarrista Julio César Crivelli tenía muy claro su objetivo al formar Bicicletas: “Quería una banda con una estética de canción pop bien clara y, a la vez, que tuviera experimentación con los instrumentos”. “Además, me interesaba que los temas tuvieran contrastes de energía. Y salió eso, aunque de una forma completamente distinta a la que pensaba”, dice. Eso sucedió en agosto de 2001, cuando se formó el quinteto que completan Agustín Pardo (bajo), Mariano Repetto (batería), Ignacio Valdez (sintetizadores) y Federico Wiske (guitarras). Ahora, Bicicletas acaba de plasmar esa música –con influencias de Radiohead, Belle and Sebastian y el Pink Floyd de los ‘70– en un EP con seis canciones llamado Deslízate naranja. “Tiene que ver con lo abstracto. Son dos palabras que suenan bien juntas, decir más sería un exceso”, asegura Crivelli. “Y nos interesó el formato de EP porque cuando una banda es nueva no es muy piola sacar un disco de doce canciones. Elegimos seis que cerraban juntas, porque manejan estados de ánimo que se complementan.”
Aunque la referencia más clara para explicar la música de Bicicletas sea el Radiohead de The Bends, el cantante –que no suena a Thom Yorke, por cierto– desconfía de la comparación: “Hay una sonoridad por ese lado, pero es terrible mencionar a Radiohead, porque enseguida te catalogan. Es como cuando decís que tenés influencia de los Beatles: enseguida se piensa en Danger Four”. La fórmula de Bicicletas es efectiva: canciones simples, revestidas de arreglos que las cargan de un brillo muy diurno. Por momentos se tornan épicas y las guitarras y teclados llegan a un clímax de tensión, aunque la melodía sencilla siempre está. “Una vez leí una nota en la que Adrián Dárgelos decía que buscaban hacer cosas bellas y simples, pero que no le salía”, recuerda Crivelli. “Esa entrevista me abrió la cabeza, porque con mis otras bandas tampoco me salía. No queremos hacer música para músicos. Complejidad en los arreglos sí, pero que no sea puro virtuosismo.”