El ejemplo de Blues Motel sirve para demostrar lo complicado que resulta ser una banda independiente en la Argentina. Hace 15 años que vienen tocando -arrancaron en 1988 reinterpretando sonidos de los ‘60– y recién esta semana festejan como un gran triunfo poder llegar a El Teatro. “Subimos escalones poco a poco, pero en firme. Cuando las cosas te cuestan, les das más importancia. Si todo nos hubiera llovido del cielo, por ahí nos hubiéramos separado al primer tropiezo; pero cuando te curtís, no te caés con pocos golpes. Terminás siendo una especie de Rocky, te llueven trompadas de todos lados, una huevada de golpes que nadie normal soporta, y al final das vuelta la historia. La diferencia es que lo nuestro no es una película yanqui de mierda. Tenés que levantarte en serio.” El que ejemplifica es Adrián Herrera, guitarrista de la banda. “Nos motiva sobremanera tocar en un lugar en el que no toca cualquiera, donde estuvieron Las Pelotas, Skay, Molotov. Es importante, y más sin tener difusión ni alta rotación.” Entre otras novedades, Blues Motel planea presentar tres canciones nuevas que serán parte de su próximo disco. “Se me hace difícil catalogar los estrenos porque lo bueno que nos pasa siempre es que los ensayamos, hacemos demos, los arreglamos y al final, en el estudio, terminamos de encontrarle la vuelta justa hasta casi redescubrirlos como si fueran nuevos.” El violero parece contestar a ciertos viejos fans que le criticaron a la banda abrirse a nuevos rumbos, luego de un prolongado culto stone, por ejemplo, en Mientras las guitarras suenen (1995). “De Malbec para acá llegamos a algo parecido a un estilo bien definido. Por ahí en este momento tenemos la idea de hacer algo más rockeado... Malbec tenía muchos medios tiempos y queremos que el próximo sea más al palo, que acompañe esta sensación de estar levantando vuelo, siempre tratando de buscarle otra vuelta al rocanrol, desde lo musical y desde las letras. Escapar de los lugares comunes que escuchás siempre.”

Blues Motel toca mañana a las 21 en El Teatro, Lacroze y Alvarez Thomas.