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Cuando ya había pasado el boom de las radios clandestinas pero todavía faltaba para la explosión del streaming libre y casero, Atómika irrumpió como una de las piedras angulares de la transición entre esas eras marcadas por la misma búsqueda: la de democratizar un éter siempre condicionado a complejas tramas de leyes y regulaciones que asfixian a los emprendimientos sin capital pero propician el arribo de advenedizos que, tal como se ve actualmente, ralearon emisoras históricas.

Atómika fue fundada una tarde de octubre de 2003 en la que Federico Di Paolo, Martín Butera y Adrián Cordara treparon a un edificio del centro de San Martín para colocar una antena clandestina. Durante un tiempo transmitieron desde una pequeña oficina rodeada de estudios de abogados, hasta que se trasladaron a su búnker emblemático, sobre la calle Yapeyú. En ese lugar proclamaron a San Martín como República Separatista y clavaron la bandera de esa radio anarquista y revulsiva que el próximo sábado 1/10 celebrará sus 13 años de aire con una fiesta en Melonio (Montevideo 175).

“Atómika es un hormiguero hermoso por el que pasan entre 60 y 80 personas cada semana, y no sólo periodistas sino también poetas, borrachos y locos”, define Federico Di Paolo, quien sintetiza: “Se sentó desde Osvaldo Bayer hasta el más reventado del barrio”. El estudio principal se llama Fabián Polosecki, a quién Di Paolo considera “un buscador de historias y un artesano de la profesión”. Dos rasgos, búsqueda y artesanía, que siempre caracterizaron a esta emisora inquieta, creativa y autogestiva.

Uno de los activos de la historia atómika fue la estimulación a diversos músicos para que hicieran sus propios programas. Desde Walter Meza, de Horcas (que ya venía de una experiencia en la vecina Frecuencia Zero de Villa Ballester) hasta la neófita Miss Bolivia, con Apágalo, pasando por Flavio Cianciarulo (en cuyo programa se dio el primer reencuentro cadillac pre-regreso), Fidel Nadal y el principal abanderado de la división: Hugo Lobo. El líder de Dancing Mood conduce casi desde los orígenes de la radio el ciclo Hombre Lobo, en el que suele transmitir desde otras locaciones (bares, fundamentalmente) e invitar músicos con quienes, si pinta, zapa. No se lo pierdan.

Las decisiones estructurales de la radio se deciden en los Congresos Atómikos que cada año reúnen a absolutamente todos los miembros de la emisora (de conductores a técnicos) para debatir y deliberar. Y el financiamiento viene de una autogestión que toman como postura política y que articulan vendiendo almanaques o realizando fiestas como la de este sábado en Melonio. A partir de las 23 tocarán Sin Conexión, Los Culos y una banda sorpresa, estarán los DJs cumbieros Facu Vera y La Romi, habrá stand up de Javier López, Ezequiel Alvarez y Mariano Panaia y proyectarán la película Tenemos un problema, Ernesto, de Diego Recalde. Todo por sólo 50 pé y con conducción de Marcelo Pocavida, otro célebre músico de pasado atómiko.

A pesar del festejo, Di Paolo rechaza hacer balances: “Tal vez nos falte el reconocimiento del círculo careta de ‘la radio’”, dice. Aunque concluye: “Tampoco lo necesitamos porque somos más que una radio. Atómika es un centro anarcokontracultural sonoro y siempre libre”.