La mirada del rock argentino sobre el deporte, hasta el momento, no logró trascender a las canciones de homenaje a Maradona o al tangencial uso de la palabra “gol” para rimar con términos genuinamente rockeros como “alcohol”, “descontrol” o “rohypnol”. Con la fantástica excepción de la banda sureña del conurbano Hey JuDe, cuyo nombre es en realidad la abreviatura de un reclamo: “Hey, Justicia Deportiva”. Los Hey JuDe construyen una obra rockera admirable basada en un concepto único y muy futbolero: sus canciones, arregladas en alegre y fina clave beatle, denuncian las peores injusticias del mundo del deporte. Tanto a espaldas de la prensa musical como del diario Olé, han producido un puñado de EPs sin desperdicio. Como Lobo suelto, Cordone atado, del 2004, que entre trompetas psicodélicas y armonías vocales mccartneyanas repudia la suspensión que sufre el Lobo Cordone, delantero de San Lorenzo, tras un doping positivo de marihuana.

Sin embargo, la obra por la que la banda merecería mejor suerte que ser un favorito de los pubs de Adrogué y Lanús es sin dudas la épica Codesal, la concha bien puta de tu madre, del 2000, que fustiga a aquel árbitro mexicano que cobrara el penal contra Argentina en la final del Mundial Italia ‘90. Se trata de la más perfecta demostración de un verdadero género propio creado por los Hey JuDe: el del escrache deportivo-musical, expresivo y conciso como un temporal de huevazos y stencils en la casa de un ex represor, en el que brilla un inspirado sitar digno de George Harrison. “Turro Edgardo Codesal/ para ti seremos, casi,/ lo que ha sido pa’ los nazis/ un tal Simón Wiesenthal”, advierte, con furia reivindicatoria, su poderoso estribillo. La perlita: en el emotivo coro final, a lo All You Need Is Love, aparece un sonoro y tablonesco “¡hi-jo-de-puta!”, donde se destaca la voz agria y con acento italiano de Enzo Sensini, el hijo menor del defensor argentino al que Codesal cobrara dicha irracional pena máxima hace ya quince años.

Los bonus tracks de los EPs de Hey JuDe apelan a casos deportivos no vinculados con el fútbol; como un desgarrador blues lennoniano sobre las lesiones –Desgarrón, 1998–, un tema beat acerca de la polémica derrota del boxeador Bonavena contra Mohammed Alí –Ringo Stafa, 2001– o la balada dedicada a los tenistas argentinos, que se pregunta: “¿Qué clase de legión/ carece de tesón?”; –Manga de amargos, 2003–. A pesar de que la obra de Hey JuDe apunta a las grandes pasiones populares, hasta hoy su único coqueteo con la masividad fue la aparición de Codesal, la concha bien puta de tu madre como cortina de fondo en el programa de Alejandro Apo, por radio Continental. Pero el fútbol (y el rock) siempre dan revancha. ¡Tribuneros!

* Cualquier parecido con la realidad, es porque la realidad a veces es muy absurda.