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Así como Francis Ford manifestó un oído de vanguardia a la hora de musicalizar sus películas (Apocalipsis Now, Los marginados, La ley de la calle), Sofia reveló en ese punto quizá el único rasgo coincidente con el cine de su padre. Para Las vírgenes suicidas recurrió a los franceses Air y ahora en Perdidos en Tokio, la banda sonora incluye de nuevo a Air, pero además Death in Vegas, Sebastien Tellier, My Bloody Valentine, The Jesus and Mary Chain y Phoenix. Durante toda la película, sin embargo, lo que flota con notable intensidad es la música compuesta, grabada y producida por el gran Kevin Shields (ex My Bloody Valentine, actual Primal Scream). Son cuatro nuevas canciones del notable guitarrista, las primeras que compone desde que dejó de guiar la senda de My Bloody Valentine.