El escrutinio más clásico en años. Si a los 12 votos que obtuvo Chaos And Creation In The Backyard de Paul McCartney le sumamos los 8 de A Bigger Bang –sostenidos por Gardelitos, Juanse, Jóvenes Pordioseros y la ortodoxia stone–, y la misma cantidad de “votos en blanco” que comparte el segundo puesto, los Rolling y lo que queda de los Beatles llegan casi a quórum propio en el senado del rock. Un dato nada menor, que marca una especie de “giro sesentista” en el paladar rockero argento. La tendencia retro se acrecienta si se adicionan los dos votos del magnífico Prairie Wind, de Neil Young, y los tres que sumó Howl, de Black Rebel Motorcycle Club, un disco que no es más que folk en homenaje al poeta Allen Ginsberg. Todos estos votos, más alguno perdido de Robert Plant y Van Morrison, suman ¡35!, entre 110. Entre lo más moderno –dada la tendencia–, la fauna rocker rescató a Sistem Of A Down, con Mezmerize (tercer puesto, con cuatro votos), y el potente Out Of Exile de Audioslave, quinto con tres. Mala elección, pese a la aclamada presentación en Argentina de White Stripes y su disco Get Behind Me Satan –sólo lo votó Adrián Herrera, de Blues Motel– y también de los archipromocionados Gorillaz de cuyo disco (Demon Days) apenas se acordó Gaspar de Los Umbanda. Más lejos quedaron trabajos que, años atrás, hubiesen ameritado otra atención. Nadie eligió a Bjork (Drawing Restrant 9). Ninguno reparó en Billy Idol con Devil’s Playground. Tampoco en el regreso de New Order –Waiting for the siren’s call–. Ni en el mismísimo Don’t Believe The Truth que, según Noel Gallagher, fue el mejor disco de Oasis después de Definitely maybe. Ah... y Guero, sexta obra de Beck, fue totalmente ninguneada.

Los músicos argumentan su voto

Fernando Blanco
Es un disco que demuestra que aún quedan buenas melodías por descubrir, que aún se puede hacer ungran disco con instrumentos tradicionales o nobles: piano, guitarras, baterías, bajos, cuerdas, etc. Buenas y lindas letras y una excelente forma de cantar y transmitir. Demuestra que se puede laburar sin abusar de la tecnología, sino poniendo a ésta en función de la fibra sensible humana. Por sobre todo, me parece un disco con alta carga humanista.

Juanchi Baleirón
Paul es Paul, y cuando hace discos como Flaming pie o Chaos and creation... definitivamente hace uso de su chapa de número uno. Este disco tiene todos los elementos que me gustan: inspiración, frescura, fuerza, sonido y sobriedad, sin entrar en detalles. La verdad es que yo, como crítico de discos, me moriría de hambre pero tengo que decir que Chaos... es de lo mejorcito de MacCa en los últimos 15 años.

Iván Noble
McCartney le vuelve a recordar a más de cuatro que cuando juega en serio-por los puntos– sencillamente es exquisito. Tanto blablableo seudosociovanguarberrético acerca de esto de la musiquita –en especial si de rock se trata–, tanto hincapié en la credibilidad y celebración de la “actitud” mediante (see... pero el que era del palo era Lennon, ¿no?) afantasman lo único que cuenta: los discos son canciones y las canciones son asuntitos de pocos minutos, que deben maridar de la forma más inolvidable posible tres o cuatro cosas: melodía, armonía, letra, interpretación, y ahí te quiero ver. Ocurre que cuando don Paul se sienta con la guitarra en la panza a hacer canciones, es un tetracampeón de la melodía con clase, un instrumentista del carajo, un hombre orquesta y un cantor como no quedan. Los demás compositores de música popular contemporánea (quizá con excepción de Costello, Wonder y no creo que sigan muchas firmas) juegan por el quinto puesto. Tal vez hacía un tiempo considerable que no hacía un gran disco (desde Flaming Pie) pero aquí está, joven argentino. Yo que usted, corro a comprarlo... mire que hay vida antes de Coldplay (vaya si la hay).

Emmanuel Horvilleur
Escuché el disco una o dos veces y me dejó la sensación de ser un gran disco, con un sonido clásico desde la grabación. Lo autorreferencial en algunas de las canciones, como esa que se parece a Blackbird, muestra lo fan que es de él mismo. Pero creo que eso nos pasaría a todos.

Pepe Céspedes
Me parece un gran disco. Está al nivel de su primera época solista, raramente oscuro para su estilo. Aparte, siempre tiene una vuelta de rosca armónica o melódica que hace que sus canciones siempre tengan belleza, como diría el Bambino Veira. Es el gran maestro y siempre hay que escuchar por dónde va su música. También, me parece despojado y encima toca todos los instrumentos. ¡La melodía al poder!