Luego del puntapié inicial que dieron los Manic Street Preachers, los Die Toten Hosen también quisieron y tocaron en Cuba.
–¿Cómo fue esa experiencia?
¿Estuvieron con Fidel?
–El tipo no paró de llamarnos, y le dijimos “fuck off”, dejá de molestarnos. Ahora en serio, jamás nos encontramos con el hombre. Yo ya había estado en Cuba de vacaciones por algunas semanas y me llamó mucho la atención los dos extremos que se pueden vivir. Por un lado, la Revolución Cubana obtuvo muchos logros para la gente, como educación y salud, pero también es cierto que no hay libertad de expresión y cuando criticás el sistema te mandan a la cárcel sin otro motivo más que ése, sin juicio ni idea de cuándo vas a salir. Me parece que no hay que idealizar el sistema en Cuba, o su revolución. No hay nada romántico en ello, pero tampoco adhiero a los que critican como si todo fuera blanco o negro. Me consta que la gente en Cuba sabe que algunas cosas tienen que cambiar, quieren que cambie y espero que los cubanos puedan controlar este proceso por ellos mismos y no que una vez que muera Castro todos los exiliados regresen de Florida, reclamen sus tierras y que vuelva toda la mierda que tenía lugar antes de la revolución. Los cubanos se merecen algo mejor que eso.