› Por Juan Ignacio Provéndola
¿Alguien se imaginaría al Indio cantándole odas a Haile Selassie? ¿Y a Skay batiendo rastas al son del ondular de la bandera etíope? Sin embargo, hoy (y precisamente hoy, fecha en la que sale a la venta) tenemos Reggaes Redondos, un audaz tributo que transita un terreno jamás sondeado por la dupla Solari-Beilinson. Todo comenzó cuando el manager de Chala Rasta, Adrián Franggi, escuchó la versión reggae que Negusa Negast hizo de Motor psico en De regreso a Oktubre, el disco homenaje al Oktubre redondo, organizado por Radio Universidad de La Plata. En él, bandas de la capital bonaerense regrabaron aquel álbum emblemático y le sumaron dos inéditos de época, como El regreso de Mao y De esos polvos, futuros lodos. Como acto reflejo, Franggi se contactó con Santiago Palazzo, conductor de La de Dios en Rock & Pop. Y allí, el efecto dominó: desde el programa se lanzó una convocatoria que rozó la media centena de candidatos. “Hubo artistas que no quisieron participar, pero el reggae local respeta mucho a Los Redondos, porque le enseñaron mucho al movimiento del rock en general”, destaca Palazzo, parte del trío organizador, con Franggi y Sergio Manzzi.
Luego, a los autopostulados se les sumaron invitados especiales como Maikel de Kapanga (regrabó Motor psico con los ahora Dread Negast y aportó en Vencedores vencidos, de Kai Lalai); Guillermo Bonetto de Los Cafres (Jijiji con Holy Piby) y Pablo Molina (Superlógico). Y después, algún cruce raro: el guitarrista de Molina es amigo de la novia del saxofonista del Bahiano y el cantante de la pelada se sumó cuando la lista de buena fe ya estaba cocinada. El ex Pericos sumó su lectura de Aquella solitaria vaca cubana a contra reloj y cerró la quincena de versiones. El lustrado final quedó en manos de Hernán Sforzini, percusionista de Holy Piby, dueño de Afro (estudio de Lanús, fetiche de muchas bandas del género) y uno de los responsables del Album Verde, el tributo reggae-criollo a Los Beatles.
“El disco se construyó a partir de tres pilares fundamentales: el respeto, el profesionalismo y la admiración. Si Patricio Rey lo escuchara, creo que nos felicitaría”, arriesga Sergio Manzzi, reflejando el orgullo que sienten por el trabajo realizado. Y eso que los contactos con los guardianes de la figura de Patricio Rey no faltaron: al Indio y a Skay les hicieron saber sus planes por diversas vías y la Negra Poli dio el visto bueno tras escuchar Esa estrella era mi lujo por Karamelo Santo, mientras se cortaba el cabello en la peluquería de la esposa de Goy.
También fue tentado Walter Sidoti (batero redondo), imposibilitado de participar por cuestiones de agenda, pese a su entusiasmo inicial y su conocimiento del género, ya que integró una banda reggae en España. Y Rocambole no sólo autorizó que incluyeran en el arte algunas creaciones suyas sino que agradeció el trabajo gráfico de Juan Manuel Gordillo, al destacar que “sólo un buen artista es tan respetuoso con la obra de otro”.
Si bien hubo presentaciones preliminares a fines del año pasado y en el reciente festival Carlos Paz & Love, prometen una oficial en lo inminente. Mientras tanto, el disco se consigue en [email protected]. ¿Por qué un método de difusión tímido, casi silencioso? Según Palazzo, porque quieren ofrecerlo de boca en boca, “como Los Redondos en sus comienzos”.
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