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Un par de meses atrás se supo que el cuasi legendario Cream de Liverpool cerraba sus puertas hasta nuevo aviso, en medio de voces que anunciaban la debacle de la industria dance tal y como se la conocía. Desde entonces, la compañía de la crema apunta todos sus cañones a su sede en Ibiza y al todavía muy rentable Creamfields. “Cream sigue en el frente de la cultura joven global”, aclaró James Barton, el jefe del club. Pese a la caída del peso, Buenos Aires sigue apareciendo como una plaza interesante en el planisferio electrónico, y es por eso que, con menos figuritas extranjeras pero con un cartel ciertamente tentador, el festival se hace en la Argentina por segundo año consecutivo (con entradas que valen –¡ay!– 35 pesos). Después de la experiencia barrosa en San Isidro (¿se acuerdan lo difícil que era bailar ahí?), los organizadores aseguran que, esta vez, el predio montado en el Dique 1 de Puerto Madero estará preparado para soportar lluvias. Además de Timo Maas, vendrán el patriarca house neoyorquino Frankie Knuckles, el inglés Pete Tong, Nick “El Crudo” Warren, Satoshi Tomiie, Sister Bliss (cantante de Faithless) y latinoamericanos como los recomendables Fabricio Penacha y Anderson Noise (Brasil), Israel Vich (Perú) y Mixing Nómade (México). Además de los DJs argentinos más ilustres (Cattáneo, Zuker, Alfonsín), habrá bandas en vivo: Babasónicos, Altocamet, Miranda!, Leo García, Adicta, Pura, Intima, Pornois y Macchine Marafiotti, entre otros. La cosa empezará a las 15 del sábado y seguirá (para el que aguante) hasta la mañana del domingo.