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Lo que siempre caracterizó a Hernán Aramberri (aun cuando era un ilustre desconocido de los ‘80 que planeaba sin éxito un disco junto a los Tit Bits) fue su irrefrenable pulsión por la docencia. A través de cursos y seminarios para marcas, o bien de clases con sus alumnos particulares, siempre fue una referencia no sólo en la batería acústica sino, también, en tecnologías aplicadas a la música. “En 1992, cuando empezaron a entrar al país los instrumentos de percusión electrónica, vinieron muchos músicos profesionales porque yo estaba trabajando con una marca”, reseña. Además de Oscar Moro y Walter Sidoti, también aportó su calibre a Marcelo Blanco (Los Pericos), en Electronauta (el primer disco de Juana la Loca, producido por Daniel Melero), La Zimbabwe y Los Auténticos Decadentes.

“Me tira más el instrumento acústico, la batería, porque es una enseñanza a largo plazo. Uno no deja de aprender nunca si es que quiere perfeccionarse constantemente. Con la tecnología es diferente, porque las cosas cambian permanentemente y no nos podemos extender demasiado sobre nada. La cuestión conceptual de este aprendizaje es saber Midi, un lenguaje para programar máquinas que tiene que ver con la música y con el que quedás pedaleando en el aire si no lo conocés.”

Con el tiempo, sus talentos al otro lado de la mampara fueron conduciendo hacia lo que hoy se conoce como Bourbon Records, estudio y productora craneado en principio por Damián Torrisi (que también trabaja para Solari) y sostenido actualmente de a dos. Y ni siquiera, porque para su último trabajo se asociaron a su vez con Pablo Sbaraglia, otro Fundamentalista con estudio propio. “Hicimos un disco para los productores de la versión latinoamericana de High School Musical. Fue un desafío, porque ellos se manejan con estándares muy altos”, cuenta. “Estas conexiones se dan porque se genera un circuito de producciones y de laburo que está bueno. Y que nos modifica los roles: hace poco, por ejemplo, le grabamos un DVD a Pablo en Boris, un boliche de jazz por Palermo. Ahí fue Bourbon con su estudio móvil, y él sólo se dedicó a ser artista.” Similar trabajo hicieron con Pampa Yakuza, el año pasado, en El Teatro de Colegiales, y recientemente acaban de grabarle un disco de estudio a Buenos Aires Karma.

“Empezamos a hacer más cosas a partir de la suspensión del show en Junín, porque de otra manera siempre estoy corto de tiempos. De todas formas, lo que nunca trato de desatender son las clases de batería. Es una vocación que pelea cabeza a cabeza con Los Fundamentalistas. Ahí estoy con 25 personas, pero en la clase es un mano a mano con el alumno y eso no quiero desatenderlo nunca.”