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Los números del rating radial (el prendido o share) demuestran que Terapia Despareja, conducido por Santiago del Moro y Analía Franchín, es el más serio competidor en años para Cuál Es? –show que ha mandado en la segunda mañana por dos décadas–. De hecho ya lo habían pasado en audiencia en ciertas instancias y en las franjas entre 25 y 34 años (según Ibope). La última –y bien calentita– medición trimestral consolida lo que se venía palpitando. El envío de Pop Radio alcanzó el 14,43 por ciento y superó al de Pergolini por más de un punto. No por nada desde Cuál Es? lanzaron una convocatoria para saber de qué lugares los escuchaban y les faltan poco más de una decena de fichitas para llenar su T.E.G. del siglo 21. O sea, a través de su sitio multimedia propio lo siguen en “casi” todo el mundo.

“Yo vengo haciendo radio desde pendejo –se planta Del Moro– lo que sí me se sorprendió es la rapidez con la que se instaló el programa porque empezamos en febrero de 2009. Beto Casella quería que ocupara el espacio después del suyo. Y al principio no teníamos ni nombre. Poco a poco le fuimos agregando cosas. A mí se me ocurrió el nombre porque charlábamos de tantas cosas sobre hombres y mujeres. Y Analía y yo somos disparejos. Hay un juego de palabras porque jugamos a una terapia de pareja pero que al mismo tiempo es dispareja”, explica. Algo singular. Que un prototipo netamente catódico, al menos en los orígenes de la dupla en conducción, le venga a escupir el asado en el retoño más querido de Pergolini (“esto no fue hecho para mí” fueron sus últimas y recordadas palabras al despedirse de CQC).

Lo cierto es que en estas coordenadas, el muchacho de 32 años, que no hace tanto presentaba videos en Much Music, y hoy conduce Infama por América TV con un plafón inoxidable para tratar cualquier escándalo del micro mundo televisivo, copa también en el éter. Así lo indica la planilla que puede ser el infierno y el cielo al mismo tiempo. “Hoy hay tres programas que están compitiendo (el tercero en esa franja es Lalo por Hecho por la 100), los tres en radios líderes, palmo a palmo, casi sin sacarse diferencias. Eventualmente hemos tenido más oyentes que Mario. Un mes sube más uno, después otro. El líder ha sido Mario por varias razones. Pero la competencia real es con vos mismo –dice Del Moro desmarcándose–. Lo particular de nuestro caso es la cercanía con el oyente. Nuestros estudios dan a la calle, yo tiro una consigna, no sé, que venga uno con un sombrero de mono, y a los cinco minutos lo tenés ahí, frente tuyo. Yo siento que el programa está vivo, está caliente.”

–¿Hay un cambio en el gusto del público?

–En nuestro caso es muy heterogéneo. Nos escuchan pendejos de 18 pero también mujeres de 70. Es un programa popular que habla de las mismas cosas y en el mismo lenguaje que la gente. Puede ser un atentado internacional o de cómo te cortas las uñas, pero siempre desde un lugar cero careta. Yo no soy especialista en derecho o en deportes. Soy un pibe común. Hay una gran falta de pretensión en el programa y nos reímos del error. No hay nada guionado. El cachetazo viene todo el tiempo, de los oyentes, de la mesa...

–No va por la música en su caso...

–Conseguir música hoy es lo más simple, si no le sumás algo, es la nada misma. La radio ya no es el único lugar para escuchar lo nuevo. Lo mismo sucede con los canales musicales. A mí cualquier convencionalismo del medio me parece viejo. Hay gente maravillosa que lo hace. El error de la gente joven sería copiar los modelos preestablecidos.

–¿Hay diferencias con el personaje que construís en la tele y el de la radio?

–Es diferente el entorno. Lo que sí siento es que soy un trabajador que se divierte haciendo. La radio te desnuda, no podés estar mintiéndole a la gente cuatro horas por día sobre lo que sos. Yo me horrorizo porque me como las eses, y en definitiva soy yo. Es un programa que no está hecho para que te digan “Qué lindo, sos el mejor”. Eso me parece tan demodé, como hablar desde arriba subestimando al oyente.

–¿Y hay o no renovación?

–El tema es que en la radio el compromiso se genera día a día, lleva más tiempo, se genera una sinergia muy fuerte con el que te escucha, una química especial, y si eso funciona, en una radio líder no van a darle un cheque en blanco a alguien que comienza.

–¿Tenías referentes cuando crecías en Tres Algarrobos?

–No llegaba nada, a lo sumo la AM y era medio un bajón. Por eso no tengo referentes, lo mismo con la tele. Nunca admiré a nadie. Si llegaba algo era porque te contaba uno que venía de Capital. El que más claro la tuvo, que marcó un antes y un después fue Fernando Peña, pero desde otro lugar, artístico, su personaje, esa cosa maravillosa que hacía.

Terapia Despareja va de lunes a viernes de 9.00 a 13.00 hs por Pop Radio FM 101.