INEVITABLES
Variación libre de la vida de Lewis Carroll que ahonda en el ambiguo vínculo que mantenía con las niñas, en especial con Alice Liddell, a quien fotografió muchas veces en poses sensuales con la anuencia de sus padres. La obra se desarrolla sobre el telón de fondo del colonialismo inglés de fines del siglo XIX. Por un lado, el conflicto dramático de Carroll y Alice, a lo largo de la vida de la niña, que luego reaparecerá en escena cuando ya es una muchacha adulta. Por otro se despliegan las intrigas de la reina Victoria y sus amores. Un bufón recorre la escena a la manera brechtiana, denunciando la crisis social y contribuyendo a subir los decibeles de una obra controversial, que reflexiona sobre los misterios de las relaciones entre adultos y niños, tomándolas como síntoma de las hipocresías sociales y del poder.
Domingos a las 20, en el Teatro Liberarte Bodega Cultural,Av. Corrientes 1555, Entrada $ 60 (descuentos a jubilados y estudiantes $ 45).
La elogiada obra de Alberto Ajaka realizará funciones especiales antes de su presentación en el Festival Internacional de Teatro Santiago a Mil (Chile). Una orquesta de cámara de un teatro municipal prepara los ensayos de una pieza de Shostakovich. A ellos se les suman un viejo director olvidado contratado para la ocasión, y un solista argentino-alemán llegado especialmente para la fecha. Entre conflictos gremiales, expectativas de giras, asados fundacionales, dilemas del mundo del arte culto de allá y acá, realidades narcotizadas y amores desenfrenados, intentarán hacer música con lo único que pueden: el gesto, instante fugaz y real. Con Leonel Elizondo, Sol Fernández López, Karina Frau, Luciano Kaczer, Gabriel Kogan, Julia Martínez Rubio, Andrés Rossi, Gabriela Saidón, Mariano Sayavedra, María Villar, Gabriel Zayat.
Hoy a las 2, Sala Escalada, Remedios Escalada de San Martín 332. Entrada: $ 50.
Natasha Khan, británica de origen paquistaní, irrumpió en la escena en 2006 bajo el nombre de Bat For Lashes y con el extraordinario disco Fur & Gold, un álbum oscuro y atmosférico con canciones extraordinarias como “What’s a Girl To Do?”, “Horse & I” o “Tahiti”, y un estilo que recordaba un poco a Björk, otro a Siouxsie, algo de Kate Bush, más cierto misterio absolutamente propio y un entendimiento muy particular del pop. Su siguiente disco, Two Suns, fue un poco decepcionante tras el gran debut. Pero ahora Bat For Lashes vuelve a reclamar su lugar con el sofisticado pop de The Haunted Man, un disco sugerente, lleno de influencias esotéricas y letras que remiten a relaciones y a su propio melodrama familiar. Lo mejor: la desnuda balada “Laura”, la intrigante “Deep Sea River” –una canción de cuna fantasmal– y “Lilies”, que abre el álbum.
Supernova, el cuarto disco de Galápagos, reúne las dos facetas de la banda: temas con estructuras breves y directas, y la experimentación instrumental con toques espaciales. Con influencias que van desde Queens of the Stone Age a Invisible, pasando inevitablemente por Pink Floyd, Galápagos cierra una etapa más ligada a un sonido de trío, y se abre a la exploración total del cuarteto (estable) de guitarra, bajo batería y piano rhodes. La banda está formada por Sebastián Antola: voz y guitarra, Patricio Claisse: bajo, Lionel Fortunato: batería y Andrés Raffo: piano eléctrico. Supernova se consigue online en losgalapagos.bandcamp.com y discos anteriores se pueden descargar en losgalapagos.com.ar/Audio.htm
Con este título del montón pasó por los cines unos meses atrás esta película no tan del montón dirigida por el danés Ole Bornedal (el de las dos notables Nightwatch, original nórdico y su remake norteamericana) y producida por Sam Raimi. El título con el que se originó –aunque en inglés finalmente se estrenó con el igual de anodino Possession– fue Dibbuk Box, que hace referencia explícita a las raíces de la tradición judaica en la que se basa la maldición que ocupa el centro del argumento. Porque esto es, básicamente, El exorcista judío, y no faltan los robos/homenajes al clásico de William Peter Blatty y Friedkin, pero también numerosas escenas originales. Sus protagonistas son un hombre divorciado (Jeffrey Dean Morgan) y sus dos hijas, una adolescente y una nena, que es quien adquiere la caja maldita en una venta de garaje, y pronto empieza a comportarse de manera bizarra y temible, confundiendo los comunes dramas de la disolución familiar y el paso a la adolescencia con presencias del más allá. La secuencia del viaje al barrio judío de Brooklyn en busca de una autoridad talmúdica en espíritus maléficos es de lo mejor de la película.
London Boulevard se llama este thriller basado en la novela de Ken Bruen, adaptado como guionista y director por William Monahan (Los infiltrados), y protagonizado por Colin Farrell, Keira Knightley, el gran Ray Winstone, David Thewlis y Anna Friel (Sin límites). De vuelta en las calles del sur de Londres tras cumplir una larga condena en prisión y decidido a abandonar su vida de malandra, Mitchel (Farrell) se consigue un trabajo como guardaespaldas de una actriz que vive recluida (Knightley). Como suele suceder y es de esperarse, cuando ya cree estar encaminado hacia su nueva vida, el pasado vuelve para cobrarse unas deudas pendientes. Estreno directo a DVD, sin pasar por los cines.
Detrás de otro título de stock se encuentra Arbitrage, pequeña revelación del año pasado, escrita y dirigida por el debutante Nicholas Jarecki, que abrió el festival de San Sebastián y que probablemente sea nominada al Oscar por la actuación de Richard Gere, que para muchos críticos es la mejor actuación de toda su carrera (y por la que ya está nominado al Globo de Oro). Gere interpreta a Robert Miller, empresario multimillonario y monstruo de las finanzas a quien encontramos metido de cabeza en la primera gran crisis de su larga trayectoria en el mundo de la especulación: su empresa está quebrada y él debe venderla a toda velocidad antes de que el mundo sepa que ha falsificado sus libros contables. Al mismo tiempo, una situación trágica e inesperada con su amante amenaza con destrozar para siempre la fachada de perfección que ha construido por décadas, y que está dispuesto a proteger incluso al precio de entregar el futuro de sus hijos. Una notable historia de codicia en el marco de la crisis financiera desatada en el 2008 con la sombra villanesca y bien real de Bernie Madoff como modelo. Con Susan Sarandon y Laetitia Casta.
Life of Pi se llama la nueva película de Ang Lee (El tigre y el dragón, Secreto en la montaña), y cuenta la bizarra historia de iniciación de Pi Patel, adolescente indio que, en pleno viaje con su familia a Canadá, naufraga y queda a la deriva cruzando el océano Pacífico en un bote no muy grande, en la única compañía de un hermoso, pero hambriento tigre de Bengala. Fuertemente apoyada en la espectacularidad de una serie de secuencias de efectos digitales, Life of Pi navega entre un aroma un poco New Age, de “entendimiento con el universo”, y el asombro visual.
Las grandes estrellas del cine de ayer nomás protagonizan las series de la cada vez más prestigiosa nueva televisión norteamericana, y ahora es el turno de Kevin Costner, que interpreta al sagaz e implacable Devil Anse Hatfield, en esta crónica de dos familias enfrentadas a muerte en la frontera entre Kentucky y West Virginia al terminar la guerra civil. Dos patriarcas –Costner y Bill Paxton, como el religioso Randall McCoy–, amores prohibidos, armas, poder y licor y la fundación de los primeros grandes feudos familiares de EE.UU.: todos los ingredientes para una telenovela, pero indudablemente la telenovela de la temporada, una miniserie en tiempo de western que hunde sus raíces en la historia, con una reproducción de época y lugar –vestuarios y escenografías– impresionante, bajo la dirección de Kevin Reynolds, el viejo amigo-enemigo de Costner, director de aquel desastre de producción que fue la costosísima Waterworld, que marcó el comienzo del fin del estrellato del protagonista de Los intocables. En tres partes, a emitirse en tres días consecutivos, es el primer gran estreno televisivo del año, y un esperado regreso del mejor Costner al género al que debió dedicarse con exclusividad: el western.
Lunes 14, martes 15 y miércoles 16, a las 22 (y repeticiones), por Space
Parte de la propuesta veraniega de Canal 7 titulada “Entrá. La TV Pública a puertas abiertas”, Fernando Martín Peña y Fabio Manes hacen el mismo programa de los últimos cinco años, pero ahora en un horario apto para las visitas de grandes y chicos. Con proyección en fílmico y musicalización en vivo de Fernando Kabusacki y Matías Mango se pasarán dos clásicos del cine cómico mudo: ayer fue el turno de El pibe (1921) de Chaplin; el próximo sábado 19 será el turno de El maquinista de la General (1926), de Buster Keaton y Clyde Bruckman. En febrero seguirá el ciclo, centrado en “divas” del cine. Con entrada libre y gratuita (y la posibilidad de visitar el Primer Museo de la Televisión Argentina).
Sábados 19 y 26, a las 19, en y por Canal 7.
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