FAN › UN MúSICO ELIGE SU CANCIóN FAVORITA: LITTO NEBBIA Y “COMO DOS EXTRAñOS”, DE LAURENZ Y CONTURSI
› Por Litto Nebbia
“Como dos extraños” fue escrita en 1940.
Ocho años antes que yo naciera.
Música del gran bandoneonista y arreglador Pedro Laurenz (1902-1972).
Palabras de José María Contursi (Katunga) (1911-1972).
Tengo un afecto total por esta canción.
Para mí es uno de los más grandes ejemplos de una buena canción original, inteligente y despretenciosa a la vez.
Una melodía rica e inspirada, que permite volver a versionar el tema a través del tiempo, sin que pierda su esencia.
Esto sólo sucede con las grandes canciones.
Ubica al personaje dentro de la adversidad de la gran ciudad, con un sentido de realismo que transforma la soledad en algo épico.
Sucede que Laurenz, entre otras cosas, escribió “Mala junta” y “Esquinero”.
De Contursi es la letra de “Gricel” y “Toda mi vida”, también por citar algunas.
En el momento que apareció “Como dos extraños” no tuvo mayor suceso.
Es una de esas canciones que aguardan que el público crezca y las re-descubra.
Esto habla de la solidez que tiene su construcción melódica y las imágenes de la letra.
Con estas condiciones, pasa a ser una canción sin tiempo ni frontera.
Cualquiera la reconoce como una canción argentina, pero su temática es universal.
Hace muchos años comencé a incluirla en mis presentaciones, tocándola en mi estilo personal. Al inicio, muchos de mis seguidores creían que era uno de mis nuevos temas.
Un día le mostré al gran Roberto Grela (uno de los guitarristas más originales para el tango) mi versión de “Como dos extraños”.
En ese tiempo yo estaba produciendo un álbum homenaje a la obra de Laurenz, junto a su hija María Cristina.
Grela, que había sido gran amigo de Laurenz, lógicamente intervino en este álbum.
Cuando escuchó algunos giros armónicos que acostumbro a usar en mi música (inversión de bajos, acordes de paso...), me dijo: “Está bien, pibe, a Pedro le hubiera gustado mucho cómo la tocás...”.
Esto me emocionó, pero también me dio mucha gracia.
Uno puede darle un toque personal a cualquier canción, siempre que haya captado la raíz original de su clima, el latir.
A veces escucho versiones de temas clásicos, donde el intérprete, para lucirse, termina desvirtuando la obra original, y uno piensa... ¿para qué la cambió si estaba tan linda?
Esta primera versión mía, cantando María Cristina Laurenz, fue a parar directamente a ese álbum homenaje.
Al poco tiempo la volví a grabar cuando produje el primer álbum de Adriana Varela, y también la interpretamos en forma instrumental para el álbum de Antonio Agri, La conversación.
Luego se vino un concierto al aire libre de la Orquesta del Tango de Buenos Aires, dirigida por los maestros Carlos García y Raúl Garello.
Allí la canté con ellos, pero recién la grabé en un disco mío en mi álbum Seguro de 1992, tocando Néstor Marconi el bandoneón.
El corolario afectivo de tanto apego por esta canción fue cuando la grabamos con Roberto “Polaco” Goyeneche para su último álbum, Amigos.
El tema se fue divulgando cada vez más y al poco tiempo comenzó a ser incluido en el repertorio de otros grandes artistas, inclusive de otros géneros, como el caso de Mercedes Sosa. Es tradicional que a muchos intérpretes tangueros les cueste apartarse del repertorio clásico y tradicional.
En las últimas décadas sólo un puñado de nuevas canciones se ha colado en esos repertorios. Alguna de la dupla Piazzolla-Ferrer, algo también de Eladia Blázquez, y sin duda “Como dos extraños”.
Definitivamente es una obra que tiene el don de gustar, de llegar afectivamente. Sin embargo, si tienen la posibilidad de oír la versión instrumental de Laurenz, que todavía se encuentra por ahí en algún CD compilatorio de su obra, notarán que la armonía y la rítmica interpretativa difiere de cómo se ha metido hoy día el tema en el conocimiento popular. Mucho han contribuido en esto las interpretaciones de Goyeneche o de la Varela, el arrastre rítmico que le dimos en tantas versiones con Agri o Morgado en la guitarra.
También, seguramente, alguno de esos giros armónicos que Grela pensaba le gustaría a Pedro.
Allí donde estén, Laurenz y Contursi, gracias por esta canción.
Una buena canción sabe esperar...
Me acobardó la soledad
y el miedo enorme de morir lejos de ti...
¡Qué ganas tuve de llorar
sintiendo junto a mí
la burla de la realidad!
Y el corazón me suplicó
que te buscara y que le diera tu querer...
Me lo pedía el corazón
y entonces te busqué
creyéndote mi salvación...
Y ahora que estoy frente a ti
parecemos, ya ves, dos extraños...
Lección que por fin aprendí:
¡cómo cambian las cosas los años!
Angustia de saber muertas ya
la ilusión y la fe...
Perdón si me ves lagrimear...
¡Los recuerdos me han hecho mal!
Palideció la luz del sol
al escucharte fríamente conversar...
Fue tan distinto nuestro amor
y duele comprobar
que todo, todo terminó.
¡Qué gran error volverte a ver
para llevarme destrozado el corazón!
Son mil fantasmas, al volver
burlándose de mí,
las horas de ese muerto ayer...
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