FAN › UN MúSICO ELIGE SU CANCIóN FAVORITA: MARíA JOSé DEMARE Y “CONTIGO”, DE SABINA
› Por Maria Jose Demare
Sabina debe ser el único de quien compro todos los discos sin escucharlos antes: siento que él para mí es un referente, una influencia, que todo lo que dice y escribe me hubiera gustado haberlo dicho y escrito yo. Por el lugar desde el cual habla creo que es quien mejor me representa.
Como me pasa con muchas de las cosas que me fascinan, escuché a Sabina desde sus primeros discos pero sin que nadie me lo recomendara, un poco por accidente. Me gustaba mucho Aute y él cantaba muchas cosas de Aute; de algún modo eran parecidos, pero Sabina era mucho más cercano, con una cosa más callejera, menos sofisticado. Con Sabina además me pasa lo que me pasa con Woody Allen en el cine: siento que voy creciendo junto con ellos, que cada cambio que van haciendo en sus obras se corresponde con un cambio que voy haciendo yo también en mi vida. Con Serrat me pasó que, aunque me gustaba mucho, y me sigue gustando, ya no me toca tanto en lo personal, tomamos caminos distintos, empezó a hablar de cosas que yo sentía que no me pertenecían. Mientras que con Sabina siento que hace veinte años que pasamos por las mismas cosas: él no se quedó en las cosas que decía antes, y cada vez que toma un rumbo nuevo para mí es como que me acompaña, o que yo lo acompaño a él, que me pega siempre en ese lugar común que compartimos.
Y si entre todos sus discos y todas sus canciones –todos sus discos y todas sus canciones me matan– elijo “Contigo”, porque es la canción de Sabina que expresa como ninguna otra la idealización del amor. Sabina es un romántico y yo siento que también soy una romántica. En su canción, él dice: “Yo no quiero un amor civilizado,/ con recibos y escena del sofá;/ yo no quiero que viajes al pasado/ y vuelvas del mercado/ con ganas de llorar”. Todas expresiones del rechazo a la rutina, al matrimonio, a cierta vida de pareja y ciertas formas de convivencia que son parte de la vida real pero que no tienen tanto que ver con el amor, y que él condensa también diciendo, en otro verso, simplemente: “Yo no quiero que elijas mi champú”. Yo he vivido grandes amores y he vivido ese momento en que siento que me muero de amor y eso es lo más grande que puede haber. Aunque uno sepa que la vida después es otra cosa, que la gente muchas veces termina en esas relaciones en las que se coge porque se tiene que coger, se besa porque se tiene que besar, pero no hay pasión. Nadie lo dice como Sabina: “Yo no quiero domingos por la tarde / yo no quiero columpio en el jardín / lo que yo quiero, corazón cobarde / es que mueras por mí. / Y morirme contigo si te matas / y matarme contigo si te mueres / porque el amor cuando no muere mata / porque amores que matan nunca mueren”. Los amores que no te mataron son olvidables.
Cuando escuché la canción en el ‘96 yo estaba viviendo un gran amor, vivía un amor que me desbordaba y la letra calzó justo, era eso exactamente lo que yo estaba sintiendo: que es posible morir de amor. Alguna vez, una noche en Clásica y Moderna, Amelita Baltar me lo presentó a Sabina y lo saludé brevemente, pero aunque hubiera conversado con él largamente creo que no le hubiera hablado de esta sensación que me producen sus canciones: no soy una fan cholula de él, creo que tengo una conexión muy profunda con lo que dice, con la manera en que eso que dice va encontrando nuevas formas de expresión con los años. El va creciendo y yo voy creciendo con él y creo que por ahora seguimos en un punto de encuentro permanente.
María José Demare presenta su nuevo CD, Ella, con un repertorio tanguero de la década del ‘40 (Manzi, Cátulo Castillo, Cadícamo, Discépolo, Mores; además de Sandro y Cacho Castaña) este martes 23 de noviembre a las 21 en Velma Café, Gorriti 5520. Tel: 4772-4690.
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