FAN › UN MúSICO ELIGE SU CANCIóN FAVORITA: MARIANO MANZA ESAíN Y “VENUS”, DE TELEVISION
› Por Mariano Esain
Uno no tiene mucha idea de qué es lo que le llama la atención de una canción. A veces tiene que ver con la letra o, si es en inglés, con la mezcla de las palabras y la manera de cantarlas. Otras veces son cuestiones de producción: los sonidos, los arreglos y la parte instrumental. También puede ser algún tipo de energía que tiene el tema, algo que te sorprende en determinado momento, de acuerdo a lo que estás escuchando en esa etapa de tu vida. O son canciones que aparecen en medio de una búsqueda particular, personal: puede suceder que te gusten ciertas cosas y, de pronto, escuchás una banda que aúna todo eso que pensabas que no se podía juntar.
En mi lista de favoritos está “Dancing in the Street”, un clásico de Martha & the Vandellas, bien Motown de los ’60: toda la vida me llamó la atención su producción, más allá de la canción, que está buenísima. Por ahí en ese momento no me daba cuenta de que era eso, pero tiene un sonido de batería muy particular, la pandereta más fuerte que la batería. Otro tema sobre el que podría hablar es “In the City” de The Jam. Yo era fanático de los Beatles, particularmente de su primera época. Y de repente descubrí al punk-rock, con los Sex Pistols y los Clash. El primer disco de The Jam era como tener los dos mundos juntos.
Pero la canción que elegí es “Venus” de Television. Fue un grupo raro para mí, porque apareció justo en el momento en que había descubierto al punk-rock y había empezado a leer sobre el movimiento. Cuando escuché a Television me di cuenta de que no eran una banda de punk-rock. Estaban metidos dentro de esa movida, pero claramente las guitarras eran distintas. No se parecían a nada de lo que había conocido hasta ahí. Se pueden hacer links a Velvet Underground o algún grupo de los ‘60 como Quick Silver Messenger Service. Pero Television era raro y lo que me sorprendió enseguida fue el trabajo de guitarras: el contrapunto que había entre las dos guitarras era algo completamente novedoso para mí.
Lo debo haber escuchado por primera vez en el ‘90, o un poquito antes. Yo tenía 19 o 20. Era una época de mucha búsqueda de música, de tratar de conocer todo el tiempo cosas nuevas. Había leído La muerte joven, un libro de punk-rock que circulaba por entonces, que hablaba de muchas bandas. Y acá era bastante difícil conseguir discos. Estaban las cuevas que vendían discos importados, pero eran carísimos, inaccesibles para alguien que todavía vivía en la casa de sus padres: entonces íbamos a las disquerías a que nos graben casetes con esa música. Y debe haber sido en la de Alfredo Rosso o en la de Marcelo Montolivo, en la que me grabaron Marquee Moon.
Fue como descubrir otro mundo. Tenía que ver con el punk-rock, por una cuestión generacional, pero musicalmente era otra cosa. No fue fácil, tampoco. No fue algo que escuché y enseguida me volvió loco. Estaba buscando algo diferente: después me di cuenta de que esperaba encontrar algo más tipo Blank Generation de Richard Hell, que tiene ese tipo de guitarras pero es más furioso. Igual me impactó de movida el tema con el que abre, “See No Evil”. Los otros me costaron un poco más. Pero cuando por fin entré al mundo que había en Marquee Moon, fue un viaje sin retorno.
Había cosas que no había visto nunca, empezando por el sonido. No me refiero a los timbres, porque es bastante básico: batería, bajo y dos guitarras. No hay mucho más grabado. Los sonidos son bastante parecidos en todos los temas. No es un disco que atrape desde la producción. Pero ahí había una manera de tocar que era única. Sobre todo me llamaba la atención esa cosa de las guitarras, que no hubiese una guitarra líder y una rítmica. Mucha gente piensa que el guitarrista importante de Television es Tom Verlaine. Y, en realidad, es el trabajo de los dos, de él con Richard Lloyd: tienen una especie de contrapunto de guitarras que es increíble. Incluso los solos son mitad de cada uno.
Television influenció a un montón de bandas que vinieron más tarde, desde Luna hasta Wilco, pasando por los Strokes. Pero en esa época, cuando los descubrí, para conocer algo sobre un grupo uno hacía todo lo que estaba a su alcance. Buscaba libros o leía notas en las revistas o suplementos, pero la información circulaba con cuentagotas. Aunque eso también daba más lugar a la imaginación, porque uno iba construyendo una imagen en su cabeza y después la corroboraba o no. Así me fui enterando de la mística de las bandas que tocaban en el CBGB; que Tom Verlaine había sido pareja de Patti Smith; o que Richard Hell había sido uno de sus miembros anteriores. Todo se brindaba a través de pequeños fragmentos. No te venía toda la información junta, no era que te copabas con algo, lo googleabas y entrando a tres páginas ya lo sabías todo. Quizás armar la película de Television te llevaba un par de años.
En esa época tenía mi banda de colegio, Bootleg. Después, al toque, entré en otra que se llamaba Víctimas de Hiroshima. Y recuerdo tener el casete de Marquee Moon en loop en mi casa. Lo escuchaba todo el día. Y “Venus” siempre era un punto alto: tenía un riff de guitarra maravilloso. Tiene algo de circular: te va envolviendo. Todo a pesar de que la banda era súper simple y la producción del disco también: no hay nada más que los cuatro tocando. Pero está hecho de una manera muy creativa. Las guitarras están arregladas de una manera muy original, lo que toca la batería también, a pesar de ser un 4 por 4 derechísimo.
No recuerdo haber visto videos de Television tocando “Venus”. Escuché discos en vivo, y también unos demos anteriores a Marquee Moon, unas grabaciones que había producido Brian Eno. Ahí la versión era diferente y también estaba buena. La verdad es que alguna vez traté de tocarla, pero no pude. ¡Es un moño! El disco lo grabó Andy Johns, que es un técnico que estuvo en varios discos de Led Zeppelin, fue muy importante a principios de los ’70 y tiene un sonido súper claro. A diferencia de los de punk-rock, éste era un disco clarísimo, en el que todo se escucha súper presente. Bien de la época, con un sonido muy seco y muy definido. No es algo que yo haría, pero me encanta que haya sido así.
“Venus” es muy representativa de ese momento de mi vida en el que buscaba de manera constante, donde por ahí todos los meses descubría una banda nueva y le sacaba el jugo. Y esa banda a su vez te servía de puente para llegar a otro grupo. También representa ese momento en el que la música no estaba tan al alcance de la mano. Y uno tampoco había escuchado tanta todavía, entonces estaba mucho más virgen en un montón de cosas. Y muchísimo más abierto a la sorpresa.
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Poco después de debutar en un teatro de Nueva York en marzo de 1974, los Television lograron convencer a Hilly Kristal, el propietario del CBGB, para tocar con cierta regularidad en el legendario antro. Y ahí estaban Tom Verlaine y Richard Lloyd, listos para sincronizar sus guitarras y hacerlas estallar con un brillo único en medio de la escena neoyorquina. Editado en 1977, Marquee Moon marcó el debut discográfico del grupo, pero sentó las bases de su sonido a tal punto que sigue siendo considerado su obra cumbre. En su edición original en vinilo, “Venus” era el segundo tema del Lado A. El álbum ilustrado en su portada con la famosa foto de Robert Mapplethorpe se completó con la participación de Fred Smith en bajo y Billy Ficca en batería. Mientras que el canal VH1 lo ubicó en el puesto 83 de su lista titulada “Los 100 álbumes más grandes del Rock & Roll”, también figura en la posición 128 de los 500 mejores discos de todos los tiempos según la revista Rolling Stone.
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