Domingo, 3 de febrero de 2013 | Hoy
FAN › UN MúSICO ELIGE SU CANCIóN FAVORITA: JORGE LóPEZ RUIZ Y “THE VERY THOUGHT OF YOU”, DE RAY NOBLE
Por Jorge Lopez Ruiz
Mi vida de músico empezó a propósito de un tema que se ejecutaba en una película que vi veintitrés veces en el cine, cuando era chico. La vi 23 veces y no 24, simplemente porque la sacaron de cartel: tanto me había obsesionado. La película es una del montón, aunque eso a uno de chico mucho no le importa: lo que importa es que marcó mi vida desde entonces y para siempre. Se trata de Luz y sombra, y cuenta la historia de un trompetista, basada en la vida de Bix Beiderbecke (aunque probablemente no tuviera nada que ver con su vida real), y protagonizada por Kirk Douglas y Doris Day. La canción es “The Very Thought of You”, un estándar de jazz que hoy es muy conocido. Lo cierto es que cuando la vi por primera vez yo no tenía ninguna relación con la música: entré al cine como entraba a ver de todo, hasta que no me quedaba nada por ver de la cartelera, por puro aburrimiento: mi padre nos había traído a mi hermano y a mí a Buenos Aires desde La Plata, y acá no conocíamos a nadie. Así que deambulábamos sin rumbo por el centro todo el día; no teníamos otra cosa que hacer. Tan aburrido estaba que había rendido libres varios años del colegio nacional, y a los 15 ya estaba empezando a estudiar Derecho. Ya estaba decidido: iba a ser abogado. Pero entonces vi Luz y sombra en algún cine que hoy no existe, de la calle Lavalle, y me encontré con “The Very Thought of You” y cambió mi vida. Dejé la facultad y empecé mi vida como músico, la vida que llevo hasta el día de hoy.
La interpretación que hacía Harry James del tema siempre me volvió loco, creo que ha sido uno de los más grandes trompetistas de la historia. Escucharlo fue una revelación y una suerte de golpe emocional, algo que no solo te conmovía: también te incitaba a meterte en ese mundo. En un gran porcentaje habrá habido algo de esa fantasía que suele inspirar el cine, de querer vivir otras vidas, ser otro: después de todo yo era un adolescente todavía. Pero además, no era el único al que la versión de James que aparecía en Luz y sombra le pareció increíble. En la sala, viendo la película también unas 20 veces o más, estaba, menos por accidente que yo, Bobby Branca, que fue mi primer profesor. El ya conocía y admiraba a Harry James, y así fue que nos conocimos. Nos encontrábamos todo el tiempo en el cine, yo lo veía entrar con su trompeta a cuestas. Un día, tomando un café en Esmeralda y Lavalle, me dijo: “¿Querés que te enseñe a tocar?”. Y de esta manera empecé: él me enseñó a soplar, y me llevó a tocar a todas las bandas que integraba, junto a varios de los más grandes músicos de jazz, como Lalo Schifrin, Pichi Mazzei o el Bebe Eguía. Yo era un tremendo caradura: recién empezaba y tocaba muy mal, pero ellos me aceptaban igual. A Branca hoy mucha gente no lo recuerda, porque un par de años después de esto –estoy hablando de principios de los años ’50– se fue a vivir a Estados Unidos. En poco tiempo yo había comprendido, intuitivamente, que había entrado en un mundo del que ya no iba a poder salir.
Finalmente, mi vida en la música se la debo a alguien más, a un personaje genial que me persiguió a muerte para hacerme estudiar: Astor Piazzolla. El fue quien me hizo estudiar con Ginastera. Lo conocí por estar tocando en la radio y en los bailes: eran los años ’50 y no alcanzaban los músicos para todo el trabajo que había; sobre Corrientes, las confiterías y los cabarets tenían música en vivo desde las dos de la tarde hasta las tres de la mañana. Por la noche, al salir de tocar en un boliche o una radio, los músicos nos encontrábamos en una confitería que llamábamos La Bolsa del Hambre. Era un lugar que quedaba en Suipacha, entre Lavalle y Corrientes, otro café que hoy ya no existe más. Ahí nos repartíamos el trabajo para el día siguiente: andá a tal radio o tal cabaret; y por ahí, si uno no iba, la orquesta no tenía cómo arrancar. Así de febril era Buenos Aires en aquel entonces, se podía ir al Tango Bar, a El Nacional, al Trocadero, a las confiterías Richmond. Todo el tiempo había música en vivo.
En ese mundo increíble, que hoy podría ser material para una gran película, empezó mi vida como músico. Y todo para mí se había iniciado con otra película, una película perfectamente olvidable, de no ser por aquel tema que interpretó todo el mundo, de James a Miles Davis –que admiraba a James– y hasta mi hija, en mi último disco.
Editado dos meses atrás por Acqua Records, el disco Jorge López Ruiz Cuarteto incluye un repertorio de clásicos del jazz, alguna perla de la música popular brasileña y temas propios. Entre otros temas, Jorge Cutello (vientos y voz), Tomás Fraga (guitarra), Germán Boco (batería) y Jorge López Ruiz (contrabajo) interpretan “Blue Monk”, “Subconcious Lee”, “A Marieta”, “Pablo”, “Exactly Like You”, “Whisper Not” y “The Very Thought of You”. Las próximas presentaciones del álbum arrancarán en marzo, empezando el viernes 8 de ese mes en Sheldon, Honduras 4969. Tel: 4832-6195.
Música del alma, Luz y sombra (Young Man With a Horn) es una película de 1950 dirigida por Michael Curtiz (Casablanca) y protagonizada por Kirk Douglas, Lauren Bacall y Doris Day. Basada en una novela de Dorothy Baker inspirada en la vida de Bix Beiderbecke, hoy es más conocida que el texto original, en parte debido a una pequeña controversia generada en torno del personaje de Bacall, como dudoso amor del músico, y sus sugeridas inclinaciones lésbicas. Fue censurada y prohibida en varios países, hasta que se relanzó mundialmente en 1962.
Ray Noble (1903-1978) fue un compositor, arreglador y actor inglés, que junto con Al Bowlly grabó muchos temas de gran popularidad en EE.UU. Entre sus temas más famosos se cuentan “Love Is The Sweetest Thing”, “Cherokee”, “The Touch of Your Lips”, “I Hadn’t Anyone Till You” y “The Very Thought of You”. Este último fue editado en 1934, grabado por la orquesta de Noble (autor de la letra y la música) con la voz de Bowlly. Ese mismo año salió el primero de la infinidad de covers que se hicieron de la canción: uno muy popular grabado por Bing Crosby. En los ’40 se lo pudo escuchar en versión instrumental en la película Casablanca; y a lo largo de las décadas volvió a los charts de la mano de Vaughn Monroe (en los ’60), Little Willie John, Ricky Nelson (en los ’70), Ella Fitzgerald (con Nelson Riddle, en “Ella Swings Gently with Nelson”) y muchos otros. Entre ellos, Frank Sinatra, Nat “King” Cole, Carmen McRae, Billie Holiday, Elvis Costello, Perry Como, Albert King (en clave de blues), Tony Bennett en dúo con Paul McCartney, Etta James, y, más recientemente, Rod Stewart.
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