Domingo, 17 de enero de 2016 | Hoy
SALí
Por Rodolfo Reich
A lo largo de los últimos años, Núñez vivió una suerte de revolución inmobiliaria, con grandes torres que llegaron para convivir, a la fuerza, con una fisonomía barrial conformada por casas bajas y calles apacibles. Parte de este fenómeno se tradujo en el nacimiento de un incipiente polo gastronómico, con propuestas para todos los gustos. Entre los muchos ejemplos está No Tan Santos, mezcla de bar y cafetería con parrilla y minutas. Autodenominado “club social”, el lugar abre de corrido desde la mañana temprano, ofreciéndose tanto para un desayuno y merienda, como para almuerzos y cenas.
Más allá de un pequeño salón delantero, sin dudas lo mejor de No Tan Santos es el enorme patio donde se ubican la mayoría de las mesas. Un espacio colorido, veraniego con toques kitsch y festivos. Sillas de mimbre de colores, lamparitas colgantes, decenas de figuras de santos a modo de amuletos y grandes árboles encargados de la sombra crean una atmósfera relajada, ideal para el encuentro de amigos o una comida en familia.
La carta es simple y efectiva. Durante todo el día, salen sándwiches variopintos, sean una hamburguesa casera completa y con papas a $120 o un industrial paty a $80. Los hay también de vacío, bondiola y lomito, todos a $95. Acompañan rabas fritas, buñuelos de espinaca ($60), empanadas ($20) y tostados. El fuerte comestible son las carnes y achuras a la parrilla, en algunos casos con precios algo altos para lo esperable (en especial, sumando el cubierto de $25).
A tono con el barrio, las ensaladas son muy pedidas: salen en un precioso y amplio bowl metálico, con variedades como la del Pacífico, con mix de verdes, salmón ahumado, tomate, croutones y queso parmesano ($159). Postres golosos (flan, chocotorta) y una breve carta de vinos clásicos redondean la propuesta.
No tan santos es la flamante creación de tres amigos abogados. Así, el nombre puede leerse como una mirada irónica sobre la profesión que comparten. Pero lo cierto es que, no aprovechar este precioso patio oculto en uno de los cien barrios porteños, es un verdadero pecado.
No Tan Santos queda en Núñez 1650. Teléfono: 2065-4723. Horario de atención: todos los días de 9 a 24.
Los restaurantes de los grandes hoteles suelen marcar distancia con el público local, el que –con razones fundadas– desconfía de sus precios dolarizados y de una propuesta orientada al turista. Pero, por suerte, cada vez hay más excepciones a la regla, y el caso del Intercontinental, en pleno Microcentro porteño, es una de ellas. Allí, cada mediodía, decenas de oficinistas y empresarios de la zona aprovechan su nutrido buffet para escapar al omnipresente ruido del tránsito porteño. Pero lo mejor es ir de noche, cuando abre su restaurante Terraza del Virrey, un jardín de invierno vidriado ubicado en un patio interno del hotel, con una propuesta basada en carnes, a un precio que sorprende por lo amable, en especial al tener en cuenta calidad y variedad.
El lugar muestra dos cartas: por un lado, todo lo que viene de la parrilla a las brasas; por el otro, lo que sale de la cocina. Entre lo primero, morcillas bombón al verdeo ($55) o un delicioso tentáculo de pulpo y tapenade a $139. Siguen, entre muchas otras opciones, mollejas crocantes ($98), bife de chorizo con ajo suave ($163) y, muy recomendable, el siempre sabroso cochinillo arrollado, por $199. Luego, de los fuegos de hornos y hornallas, el chef ejecutivo Bertrand Eginard da rienda suelta a su creatividad con entradas como el carpaccio de portobellos y berenjena ahumada, con cremoso de queso cabrauntar ($126), un ceviche vegetariano ($95) y las carnes, que van desde entradas como el yacaré a la provenzal ($115) o carpaccio de ciervo ($145) a principales como el estofado de liebre y ñoqui gigante ($185) o la tapa de asado con costra de caracú a $145.
Hay también pastas caseras (unos sorrentinos de influencia norteña, con humita y quesillo de cabra), risotto, pescados. Postres tradicionales como el Balcarce y otros más juguetones como el de coco y piña colada. El lado hotelero aporta lo suyo, con un servicio tradicional y atento, completa carta de vinos, licores, whiskies y cognacs para la sobremesa y un ambiente tranquilo, con cierta elegancia no forzada. Sin dudas, un best value, excepción a la regla que vale la pena conocer.
Terraza del Virrey queda en Moreno 809 (Hotel Intercontinental). Teléfono: 4340-7100. Horario de atención: todos los días de 19 a 24.
Los notálgicos no podrán evitar un suspiro, recordando a la vieja La Tranquera, aquel mítico restaurante ubicado sobre la Av. Figueroa Alcorta que supo hacerse famoso a costa de sus chivitos y corderos caramelizándose alrededor del asador. La Tranquera ya no está más, pero su lugar ha sido bien cubierto por el flamante Dandy Grill, la primera propuesta exclusivamente parrillera de la cadena Dandy.
Dandy Grill define su carta como “comfort food”, término anglosajón de moda que se refiere a esos platos tradicionales que hacen a la niñez y a la cultura de cada uno de nosotros. Seguramente, quien acuñó originalmente esta idea no haya pensado en las parrillas argentinas, pero lo cierto es que el concepto le encuadra a la perfección. Una carne puesta sobre el fuego es posiblemente la más primitiva, visceral y deliciosa de las cocciones posibles.
En Dandy Grill aprovechan el fuego en sus múltiples variables, con preparaciones a la parrilla, pero también sobre chapas, al spiedo y en un precioso horno alimentado por brasas. La carta, armada por divisiones zoológicas, ofrece los cortes más conocidos, pero también otros que salen de lo más habitual. Del cerdo, por ejemplo, bondiola ($180), pechito ($195) y churrasquitos ($180), pero además las uruguayas pamplonas (rellenas de morrón, aceitunas negras, queso y panceta, a $105) o ribs bbq. De la vaca, entraña a $200 o un gran ojo de bife de 600 gramos a $325. El pollo puede salir entero, al spiedo ($210) y suman siempre salmón rosado y pesca del día. Vale la pena empezar con unas mollejas a $145 o un dúo de provoletines (vaca y cabra) a $95.
Entre las especialidades, muchos cortes se repiten, salseados y con acompañamientos. Ejemplo: pechito de cerdo a la mostaza y miel con puré de batatas y cebollas caramelizadas, $230.
Muy buenos precios, en un ambiente amplio, de aires modernos y relajados, apto todo público, donde la parrilla es protagonista (no es casual que ocupe una isla central, a la vista de todos), mientras que, desde un costado, una pequeña y bien nutrida barra despacha caipis y aperitivos sin pausa. En resumen: Dandy Grill ofrece una cocina confortable, de ésas que gustan a todos.
Dandy Grill queda en Av. Figueroa Alcorta 6464. Teléfono: 4784-8119. Horario de atención: todos los días, de 11 a 24. Estacionamiento. No cobran cubierto.
Fotos: Pablo Mehanna
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