Dom 12.12.2010
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A comer

Desayunos y meriendas

Bardepán: Patio, wifi y medialunas.

La esquina de Delgado y Virrey Arredondo, en Colegiales, hace rato que congrega bon vivants. La Prometida promete comida rica y cumple, todos los días, medio día y noche. Pero desde hace ya un tiempo, al lado y con su propia entrada (aunque unido por un pasillo interno), está Bardepán. Como un hermano menos convencional del restó, el lugar es puro hogar: mesas para 30 personas distribuidas entre un hermoso patio y alrededor de la cocina y olor a pan casero en constante producción.

El proyecto comenzó hace más de un año, primero como una propuesta de cenas especiales con chefs rotativos, pero ahora ya establecido con su propio espacio. La apuesta es absolutamente diurna y la tentación irresistible es quedarse a comer medialunas en medio de una paz absoluta. También se pueden comprar para llevarse a casa siete tipos de panes y productos envasados orgánicos como té, yerba mate, miel, aderezos de todo tipo, aceites y más.

Mientras en La Prometida se siguen ofreciendo almuerzos y cenas variados (desde tagliatellis de tinta de calamar hasta ceviche, pasando por matambre casero), en Bardepán la gracia es el desayuno, la merienda o un brunch: hay ensaladas y sandwiches de todo tipo. El hit, sin lugar a dudas, es la simpleza consumada en un delicioso té orgánico y pan casero con manteca.

Ideal para ir con amigos a ponerse al día, en pareja a compartir el diario o solo, con un buen libro. El local ofrece, también, la posibilidad de reserva para reuniones especiales y se han celebrado ahí desde cumpleaños hasta casamientos igualitarios.

Pasa una señora con su pequeño perro y elige una mesa en un rincón del patio. Unos metros más allá está ese cantante cool que se cansó de Palermo. Es una tarde tranquila. La energía reclama aventurarse a probar algo de pastelería de la casa. Todo es delicioso.

Amenamente lleno de muchos vecinos del barrio de Colegiales y buena parte de la colonia artística local, desde hace un tiempo, cada vez más gourmets llegan hasta Bardepán aunque no les quede de paso. Vale la pena hacer el viaje.

Bardepán queda en Virrey Arredondo 3486 y está abierto todos los días desde las 9 de la mañana hasta las 8 de la noche. Reservas: 4554-1435.


Tragos de comedia

Maipo Cocina: Wine Bar & Cocktails, After Office teatral.

Que en el primer piso del Teatro Maipo hay un restaurante ya no es novedad (si no lo sabía, anote), pero sí que hay nueva carta, cambio de look y, sobre todo, que llegó la propuesta de After Office. No hace falta ir a ver una obra para disfrutar de esta barra que se ofrece, generosa, tanto para los que van al Maipo o al resto de los teatros de la zona como para los que sólo están por el centro y no se quieran perder del placer de acodarse y beber algo.

El Maipo Cocina, para la hora de cenar, tiene en cuenta las necesidades de su potencial público de comensales y favorece a los espectadores de todos los teatros de la zona con un descuento del 20 por ciento sólo con mostrar la entrada de la obra a la que concurrieron ese día. Con horario ideal para un post-bordereaux, se sirve cena hasta tarde, después de las funciones y hasta bien entrada la madrugada.

Pero fuera de la nueva y accesible carta con variados platos y la exquisita selección de vinos, ahora el Maipo tiene tragos cuando cae el sol. Desde las siete de la tarde, cuando las luces se ponen tenues fuera, adentro del local comienza la vida y el ruido a autos de la calle queda atrás: es subir la escalera al primer piso y encontrar un mundo colorido de coctelería, buena música y confort.

El bartender Martín Pinta juega con alquimia de los tragos clásicos y también propone nuevas mezclas y sabores. Cocktails de autor o no, a todo se le pueden sumar algunos pequeños platos para acompañar, dulces o salados, factoría del chef Rodolfo Pasqualetti y el pastry chef Enrique Valdez.

Entre las barras que saben servir un buen Manhattan en Buenos Aires, que son pocas, podemos sumar ahora a la del Maipo Cocina. Y si el bebedor quiere salir del clasicismo y emprender una aventura, puede probar hermosos delirios como el Casanova (Sake, Champagne Extra Brut, Cynar, Pepinillo), embriagarse dulcemente con el Creamsickle (licor de banana, Triple Sec, jugo de naranja, crema cruda) o viajar un poco con el Jamaica me Crazy (ron dorado, Tía María, jugo de naranja). Salud.

Maipo Cocina queda en Esmeralda 443, piso 1º, y está abierto de jueves a domingo desde las siete de la tarde al cierre. Reservas: 4394-5552 o en [email protected]


Cenar peruano

Restaurant Moche: gastronomía inca en Palermo Hollywood.

El lugar es pequeño y prolijo, con mesas que no se amontonan y espacio privilegiado en una de las pocas esquinas de Palermo que no están repletas de gente que pasa. Afuera hay una docena de mesas durante el verano y dentro, luz tenue y una acogedora ambientación rústica. Suenan hermosos huaynos. Llega la penera calentita. Es obligación comenzar la noche con un pisco de maracuyá, que le pone a la velada el acento perfecto.

Moche no se parece al resto de los restaurantes peruanos de Buenos Aires. No es la exagerada fusión clase alta que disimula toda tradición en el for export ni tampoco es un chiringuito ruidoso de los que pueblan la zona del Abasto. Los platos de la carta son todos de cocina tradicional, a veces adaptados un poco al paladar local, y no hay chifa (híbrido de cocina peruana y china). Se especializan en la gastronomía de la zona costera del centro y norte del Perú. Todo lo que tenga pescado es fresco y súper delicioso.

Las mesas de algarrobo, los coloridos individuales tejidos y las artesanías que decoran las paredes transmiten sensación de hogar. El lugar, de hecho, fue una casa mucho tiempo atrás y aun se nota: hay dos salones con mesas como para 40 comensales y ni los enormes ventanales logran robar la atención de los platos.

Las entradas son abundantes y suculentas. Para un efectivo viaje estomacal, es interesante probar el ceviche (pescado cortado en cubos que se macera en jugo de lima, cilantro, jengibre y cebolla, con batata y maíz peruano), las papas a la huancayna (papas hervidas y embebidas en una salsa tan inexplicable como deliciosa) o los anticuchos (brochotes que, en este caso, son de lomo en vez de corazón, macerados con ajíes y especias). Para el principal, todo es elegible. No hay peligro de que algo quede fuera del rango de sabores apetecibles. Hay clásicos como seco de gallina o sudado de mero y también variaciones, creaciones del chef. La carta de vinos es acotada, pero bien seleccionada. De todos modos, con este tipo de comida queda mucho mejor la cerveza y hay variadas. Entre las opciones sin alcohol, que no se prive nadie de la jarra de chicha morada. Buen provecho.

Restaurant Moche queda en Nicaragua 5901 y está abierto de martes a domingo de 9 de la mañana a 12 y de 8 de la noche al cierre. Reservas: 4772-4160, [email protected]


Purificarse para volver a empezar

Pequeño comedor vegetariano: restaurante saludable a puertas cerradas.

El lugar se llama Casa La Despensa - Espacio de Conciencia. ¿Qué es? Simple. Una casona grande y luminosa en Colegiales en donde se llevan a cabo diversas actividades artísticas y expresivas. Actualmente abren sus puertas dos veces por semana con clases de la “Raíz en el cuerpo” (un método que combina eutonía, yoga, danza y counselling), los sábados están las “Noches de la Buena Estrella” (con música en vivo, muestras de artistas plásticos, danza y comida sana) y, último pero no menos importante, los jueves y viernes abre el “Pequeño comedor vegetariano”, en donde se cena rico, sano y suculento.

“Soy vegetariana, practico yoga, medito e intento tener una vida en armonía. A partir de eso surgió la idea de compartir mi hogar. En el comedor cocino yo, inspirada en lo que está disponible en las ferias y mercados de la zona. La cocina es amor. Es dar. Es recibir. Sólo hay que llamar y, como con los amigos, quedamos en algo y ahí les damos la dirección para que vengan”, cuenta la cocinera y dueña del lugar, Sol García Costero.

Parte de su filosofía la explica así: “Creemos en la alimentación consciente y escuchamos la estacionalidad de los productos, porque así no sólo comeremos variado sino que aprovecharemos mejor lo que tienen para darnos. Buscamos la armonía entre el cuerpo y el espíritu, molestando lo menos posible al medio ambiente”.

En el “Pequeño comedor vegetariano” ofrecen menú fijo, que incluye entrada, plato principal, agua sin gas, postre y té (el vino y las gaseosas se cobran aparte). Y para que los prejuiciosos que creen que la onda vegetariana los podría dejar con hambre, acá v un ejemplo de la carta de un fin de semana: buñuelos de habas con yogur de limón y menta, canelones al horno rellenos de brócoli y coliflor y crumble de duraznos.

Además, se pueden pedir viandas congeladas para llevar que se encargan por teléfono, o directamente desde la página web: http://ladespensacocina.blogspot.com. Igual, siempre es más lindo ir a los lugares y éste, en particular, es ameno y más que apto para recibir niños.

Pequeño comedor vegetariano queda en Colegiales y abre los jueves y viernes por la noche. Reservas: 4552-5613. Menú fijo: $ 40.

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