SALí
› Por Ignacio Navarro
Tiki Bar: Ron, fruta y buenas vibraciones en una terraza hawaiana.
En principio, un buen trago es el que te hace sentir bien; pero también es ambiente, clima y musicalización. Por eso, la sobreabundancia de bares en Palermo a veces deja gusto a repetición y llega el momento de salir a tomar un respiro y disfrutar un poco de la brisa y de algún que otro cigarrín. Una terraza estilo hawaiano es, en este sentido, ideal para hacer chasquear los hielos que quedan en el fondo del vaso y pedir otra ronda de Mai Tais para todo el equipo.
El Tiki Bar se olvida, por un rato, de que Honolulu está a trece mil kilómetros y, haciendo fierros con la imaginación, deja aterrizar en un bar playero con camareras de pollera floreada, junto a unas palmeras petisas, en un contraluz tenue que imita la caída del sol; enfrentado a unos tótems que con gesto adusto custodian un ambiente climatizado, pero por la madre naturaleza.
Gabriel “Barba Roja” Chamiguian, barman con 13 años de trayectoria, sintetiza: “En coctelería la filosofía tiki es variedad de rones, frutas y almíbares”. Importar un sabor que germinó en el Pacífico implica adaptarse a lo que ofrecen estas tierras, por eso Gabriel se está encargando de comprar toda la fruta que sea necesaria, siguiendo las estaciones locales, para reemplazar los sabores exóticos, o todas las variedades de rones que no llegan a nuestro país.
El resultado es, en verdad, muy bueno. La prueba es el PubliK Enemy ($ 35), un trago creado por Gabriel que, sostenido por una base sólida de Absolut Pera, lleva lima, manzana verde, jugo de arándanos y logra una consistencia espesa y un sabor profundo a fruta fresca. El Mai Tai es el trago clásico del estilo Tiki: mix de rodajas de ananá, jugo de naranja, dos variedades de rones (blanco y añejo), un dash de amareto para perfumar y una hoja de menta, una cereza, una rodaja de piña y la típica sombrillita color pastel decoran este coctel frutal y ambicioso, que cuesta $ 33 y deja haciendo loops en el tubo de una ola, en una playa de arena blanca, expulsando el calor y haciendo que los graves del chill suenen un poco más bajos que de costumbre.
El Tiki se encuentra en Niceto Vega 5507 (esquina Humboldt) Teléfono: 47 76 44 78 Web: www.facebook.com/profile.php?id=1278558072
GO Cocktails and Night: profesionalismo junto a las vías.
”Cuando nací, mi abuelo me dedicó un trago”, advierte Gastón Otero, quien comenzó a agitar ingredientes a la tierna edad de 12 años, cuando apenas alcanzaba a mirar al otro lado de la barra pero ya ayudaba a su abuelo, Manolete, un reconocido y legendario barman porteño, a preparar cocktails clásicos con marca de autor. Siguió los pasos del nono, y ahora es un especialista en esto de mezclar y afinar la medida de un sabor que solo se logra ensayando hasta dar con el tono buscado. “Obtenés algo distinto, único”, se complace en decir el comandante y dueño del GO Cocktails and Night.
En las mesas de un zaguán fresco y oscuro, junto al paso a nivel de las vías del ferrocarril y apartados del bullicio del centro, se sirven tragos clásicos y de autor. Gastón es secretario general de la Asociación Mutual de Barmen y Afines (AMBA) y prepara a la perfección cada uno de los 71 tragos que componen la, así llamada, coctelería clásica (Alexander, Martini, Bloody Mary, etc.). También algunos de su propia autoría. El recomendado para apaciguar el sopor del verano es un cocktail alto, refrescante y poderoso que no tiene nombre: asume el de la persona que lo va a degustar. Tres medidas de ron, pulpa de frutilla, helado de chocolate, leche condensada y Baileys: es una bomba de frescura que deja listo para volver a casa y dormir como un rey.
A la hora de tomarse un trago, Gastón aconseja observar con atención la barra, identificar la cantidad y calidad de las botellas en exhibición y, sobre todo, apreciar la forma, el gesto con que el barman de turno manipula los elementos. ¿Obsesión quirúrgica? “Hoy vas a cualquier lado y un pibe te sirve los hielos con la mano”, exclama, indignado. Es una combinación de cantidad y precisión al momento de mezclar, agitar y servir lo que distingue a los buenos de los malos barman. Una buena caipirinha es la que se prepara con lima bien cortada, de forma transversal, con precisión y tacto. El GO asegura tragos encendidos y un ambiente sobrio para el diálogo largo y distendido junto a las vías del tren.
GO Cocktails & Night atiende en Otamendi 165 (esquina la vía). Teléfono: 49 01 26 28. Web: www.manolete.com.ar
Todo mundo: en Placita Dorrego, el mejor clericó en la vereda.
Un ombú estira su sombra de media tarde sobre decenas de turistas de tez blanca que, acalorados, apuran con entusiasmo jarras enormes de cerveza rubia. Entretienen el gusto y la mirada con un show sensualísimo de tango. Las mesas de Todo mundo, restobar estratégicamente ubicado en el epicentro de la marea extranjera, están repletas.
Como un arcano de cierto equilibrio, el clericó es un trago que combina las propiedades nutritivas y la frescura natural de la ensalada de frutas con un costado fiestero y nocturno a manos de un buen torrontés, la sidra o el champagne. Una jarra loca de litro y medio, en donde danzan los colores multifrutales (durazno, banana, ananá, cereza, frutilla, y si es estación, kiwi y uvas), bien helada y lista para ser atracada, de a pares o en grupo, pero nunca solo. Se trata del clericó Todo mundo que trae una montaña de fruta navegando en blanco chardonnay, ginebra y cointreau. Sale 70 pesos y alcanza para poner a cantar a tres, y a bailar a dos empleados en relación de dependencia que salen del microcentro a probar suerte con un contingente de alemanas alegres.
Pero lo mejor del clericó es que se deja comer y beber en un mismo movimiento. Las cucharas invitan al juego y la distracción de intentar pescar las frutas que fueron a dar al fondo del vaso, diversión que a su vez propone el gesto ganador y canchero de ofrecer la mejor frutita a el o a la compañera de jarra. Los más caros llevan champagne ($ 85), y suman burbujas a esta verdadera fiesta del sabor.
El continente más viejo sigue enviando sus comitivas en efecto retroactivo: flujo turístico y rica herencia culinaria. Mónica atiende en Todo mundo desde hace 6 años y conoce a fondo el ritmo del consumo de la zona, sostiene que el clericó es un poco menos solicitado que la jarra de cerveza tirada, pero ciertas noches de calor, después de la medianoche, comienzan a florecer las jarras multicolores en las mesas del bar.
Todo mundo está en Anselmo Aieta 1095 (Esquina Humberto I, Plaza Dorrego). Teléfono: 4362-2354
L’atelier de Celine: cervezas y licores importados, sabores nuevos desde el viejo mundo.
Es una apuesta romántica super cool o no será nada, pero quien fracase en el deck de este restó francés que abrió hace sólo un mes, a la luz de las velas, en un ambiente inclinado al susurro amable y los movimientos lentos, ocupará su lugar en una antología de los que arruinan el momento. La bella Alia, anfitriona y dueña —junto a Celine— de L’atelier de Celine, escucha con ojos azules bien abiertos las preguntas, y responde en español perfecto a cada una de ellas. Celine es la chef y Alia la presentadora, ambas llegaron desde Francia hace dos años y decidieron cambiar sus vidas de profesionales liberales independientes por los pasajes empedrados de San Telmo, o por algo más que un puñado de euros. Alia se enorgullece en señalar que ellas mismas se encargaron de lijar, pintar, decorar y acomodar el salón y la terraza que conforman el establecimiento. Verdadera mano de obra francesa.
En su mayoría productos de importación, la carta de bebidas que propone L’atelier de Celine se compone de una larga lista de licores, cervezas y vinos traídos especialmente desde diferentes países de Europa. La medida de Port Rojo de Rozes (Portugal, $ 35) o la Menta Verde de Marie Brizar (Francia, $ 28), son algunos de los licores que saltan caprichosamente de un país a otro en la carta. Varios miembros de la Comunidad Económica Europea encuentran su sabor. La Boris es una cerveza elaborada en Francia, en una presentación que deja ganas de más, de 250 cl., sale $ 14 y tiene un sabor dulce, suave y fresco. La Mared Sous, una rubia de Bélgica, cuesta $ 25 y convoca un sabor amargo, fuerte y profundo. Desde Italia, llegan los frappuccinos: banana con dulce de leche, muy tentador, $ 18.
L’atelier de Celine es un restobar especializado en cocina francesa, pero durante el día también funciona como almacén, o boutique gourmet, y ofrece un gran surtido de embutidos, quesos, fiambres y bebidas que llegan, desde Europa, hasta su mesa.
L’atelier de Celine está en Carlos Calvo 242. Teléfono: 43 61 12 69. Web: www.latelierdeceline.com.ar
fotos: Pablo Mehanna
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux