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› Por Rodolfo Reich
Thaisu, 100% tailandés
La gastronomía tailandesa es un gran ejemplo de cocina rápida. Más allá de los intentos modernos de restaurantes sofisticados, esta gastronomía encuentra su espíritu en miles de puestos que dan aroma a las calles de todo el país. Una parrilla al aire libre, un pescado, unas hierbas frescas. Es todo lo que se necesita para una experiencia culinaria trascendental. En su cuenta de Twitter, entre insultos y recomendaciones, Anthony Bourdain aseguró que en Tailandia se consigue la mejor comida del mundo por unos pocos dólares. La propuesta de Thaisu, el primer fast food tailandés en la Argentina, es más modesta, pero igualmente fiel a los sabores asiáticos. La garantía es su chef Udorn Phongsitthisak, uno de los pocos residentes tailandeses en la Argentina. Cocinero también de los eventos de la embajada, está a cargo de su equipo, preparando las sopas, ensaladas, curries y más platos de su patria de origen. En un español entrecortado, Udorn asegura que la gastronomía de Tailandia trabaja con ingredientes que aseguran una vida sana, larga y feliz. Entre ellos, el lemon grass, la salsa de pescado, el cilantro, el jengibre, la lima kaffir, la raíz de galangal, la leche de coco, los ajíes picantes. Cada uno cumple una función específica, y su mezcla sirve para cuidar la piel, la digestión, los huesos, la vista, la fortaleza, y una lista que continúa cubriendo cada aspecto físico y mental del comensal. Productos siempre frescos, cocciones cortas, con muy poca materia grasa. En el nuevo local del microcentro, Thaisu ofrece platos típicos como Tom Yam Het (sopa de hongos y leche de coco), nem ram (arrollado de cerdo y verduras crudas en papel de arroz), Kaeng Khiao Wan Neua (curry verde de carne) y otras delicias. Los precios son económicos, a tono con las necesidades del barrio de oficinas: menús completos por $45 y platos a la carta que rondan los $30. Lo primero que advierten es que, si bien tradicionalmente la cocina tailandesa es muy picante, aquí la elaboran a pedido del cliente. Por suerte, lo que nunca pierde es su intensidad: un sabor logrado a base de fuertes contrastes, la frescura del cilantro, la acidez de la lima, el coco dulce, las distintas pastas de curry, el perfume exótico del galangal. Una experiencia que poco tiene que ver con el Oriente más conocido, sea China, India o Japón. Una cultura propia que muy lentamente comienza a mojar sus pies en las orillas del Río de la Plata.
Thaisu queda en Paraguay 406. Horario de atención: todos los días de 11 a 23. Teléfono: 5252-8424.
Che Chivito, tradición rioplatense
Un grupo de amigos, unos de Uruguay, otros de Argentina, unieron fuerzas en un proyecto común: ofrecer en Villa Devoto el típico chivito canadiense, plato nacido en Punta del Este hace más de 70 años, que luego se extendió a toda la Banda Oriental. Un sandwich de carne, que lleva tomate, lechuga, jamón, queso, huevo duro, cebolla, aceitunas, aderezos y más o menos ingredientes según quién lo sirva. Siempre, acompañado de papas fritas. La receta es tan simple como efectiva. Tiene el snobismo del balneario esteño y la popularidad de las calles de Montevideo. Las claves del chivito original son dos: la calidad de la carne (un refrán dice que “si no hay lomo, no hay chivito”) y el pan catalán. “En nuestro caso, usamos lomo cuando hay disponibilidad, pero en temporada alta a veces recurrimos a la riñonada. El pan nos lo hacen a pedido, tiene menos miga que el típico catalán, pero lo adaptamos al gusto argentino”, cuenta Francisco, la pata uruguaya de la sociedad. Más allá de estos cambios, la autenticidad de esta chivitería está asegurada. No sólo armaron dos stands para representar al país vecino en la fiesta del Bicentenario, sino que proveen de chivitos a los eventos de la embajada uruguaya.
Como su nombre lo indica, Che Chivito se nutre de las tradiciones rioplatenses. Del lado nacional, apuestan por clásicos como la milanesa, la “mondiola” (sandwiches de bondiola), las picadas generosas. Del lado oriental, el fuerte son los chivitos al pan y al plato. El canadiense trae lomo, tomate, lechuga, jamón, panceta, muzzarella gratinada, huevo duro, morrón, cebolla, aceituna, pickles, aderezos y papas fritas. Pero hay varias versiones, de pollo, vegetariana, picante, con huevo frito y más opciones. Siempre, en formato gigante, con una guarnición de fritas generosa, que puede salir encebollada, a la provenzal, con limón y orégano o con morrón, cebolla y ajo. Para beber, hay cervezas uruguayas en porrón (Pilsen, Patricia y Zillertal), además de nacionales en botella de litro. Y como final, un postre Chajá, clásico bizcochuelo con merengue y durazno de la localidad de Paysandú. Todos los días hay en oferta un menú distinto (por ejemplo, un chivito con bebida, café y postre, por $38). Las hamburguesas, mondiolas y chivitos rondan los $30. Buenos precios para una cocina contundente, que tiene aroma a vacaciones.
Che Chivito queda en Av. Beiró 3550. Horario de atención de la cocina: todos los días, mediodía y noche. Teléfono: 4587-6363.
Hola! Siniór, del grill a la boca
Este sandwich, en sus distintas versiones étnicas (shawarma en árabe, gyro en griego, doner kebab en turco), es uno de los platos callejeros más consumidos en el mundo, y Buenos Aires no es la excepción. Se lo suele encontrar en las zonas de influencia medio oriental, por el barrio de Once, el de Flores, y las calles aledañas a la avenida Scalabrini Ortiz. Pero su éxito también provocó su expansión: cada vez hay más locales a lo largo y ancho de la ciudad que ofrecen shawarmas, este plato definido por su carne macerada en especias, cocida luego en un grill vertical a modo de spiedo, y envuelta en un pan pita de buen tamaño. Si bien en otros países suele hacerse con cordero, como manda la tradición, en la Argentina –-tanto por costos como por gustos locales– las preparaciones más habituales incluyen bola de lomo y pollo. Hola! Sinior es un típico puesto callejero, sin altas pretensiones, salvo por la zona donde se encuentra, en medio del Palermo más nocturno, sobre la calle Honduras y a metros de la Avenida Juan B. Justo. Allí, todos los días, desde la mañana y hasta altas horas de la noche, de manera ininterrumpida, tres grandes grills cocinan pollo ($20), vaca ($20) y cerdo ($22). A pedido se va cortando a cuchillo la carne elegida y rellenando los panes. Luego, se agregan verduras a elección –cebolla cruda, tomate, lechuga– y distintas salsas: picante, provenzal, yogurth y pepino, tártara, palta y más opciones. Esto se sirve con una pequeña bolsa cubriendo la base del roll para evitar que los jugos goteen sobre la ropa. No hay más secretos, pero alcanza para convertirse en uno de los platos rápidos más sabrosos que se puedan imaginar. Por efecto del grill, la carne especiada va generando pequeñas capas crocantes de sabor ahumado, lo que unido al pan sin miga, la frescura de las verduras y las salsas, logra el equilibrio justo. Hola! Siniór ofrece además otras especialidades de la gastronomía árabe y armenia, incluyendo falafel (similar al shawarma, pero con unas albóndigas de garbanzo fritas en lugar de carne), un rico keppe de carne picada, también borek (empanada de masa philo y queso), y dulces tradicionales como baklava y kadaif de nuez, densos y almibarados. Ofrecen varios combos, entre $24 y $27. Y si bien todo es recomendable y rico, no hay dudas de que el plato obligado sigue siendo el shawarma. Un viaje sin escalas a Medio Oriente que se logra con apenas una mordida. Mejor plan, imposible.
Hola! Siniór queda en Honduras 5328. Horario de atención: todos los días de 12 a 7. Teléfono: 4834-6118.
Fotos: Pablo Mehanna
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