Domingo, 27 de enero de 2008 | Hoy
HISTORIETA
Por Martín Pérez
Aunque aún es recordado con justicia como el mejor dibujante de historietas del Río de la Plata, Alberto Breccia nunca fue un fanático del género. Su hijo Enrique recuerda que, durante su infancia, su padre no dejaba que entrasen revistas de historietas a su casa porque no las consideraba lectura apropiada para un chico. Por eso se puede aventurar que no resulta ninguna paradoja que, al hablar de una obra en la que brilla con luz propia su trabajo original, siempre se hayan subrayado las adaptaciones literarias de Don Alberto. Centro de esa admiración siempre fue su memorable trabajo —junto al guionista Norberto Buscaglia— sobre la obra de H.P. Lovecraft, largamente comentado y reeditado. Pero igualmente capital, aunque mucho menos difundido, es el que realizó sobre Informe sobre ciegos de Ernesto Sabato. Aunque finalmente se editó en 1993, un año después de su muerte, Breccia comenzó a planear llevar al papel el viaje hacia las profundidades de Fernando Vidal Olmos veinte años antes, también junto a Buscaglia. Al igual que con la obra de Lovecraft, su dibujo es ideal para ponerle imágenes a lo inimaginable. Reeditada dentro de la colección Enedé de Colihue, dirigida por Pablo de Santis, la reproducción de cada una de sus 60 planchas resulta impecable. El volumen se completa con las adaptaciones más conocidas pero no menos fundamentales que realizó Breccia con guión de Carlos Trillo para el mercado italiano durante los ‘70, y el rescate de un par de versiones de cuentos latinoamericanos publicados a fines de los ‘80 con textos de Juan Sasturain.
Informe sobre ciegos y otras historias
Alberto Breccia sobre la obra de Ernesto Sabato
Editorial Colihue
130 páginas
Una de las más recientes sorpresas del género es la aparición de Llegar a los 30, publicada por una editorial importante como si fuese una novedad literaria más. Su aparición marca un punto de inflexión dentro del durante tanto tiempo inmóvil páramo en que se transformó la historieta local de los años ‘90 en adelante. Con una revista Fierro recuperada, y los quioscos cada vez más llenos de comics, Llegar a los 30 es el primer paso ante esa última frontera que le queda por atravesar al género, que es salir del ghetto. Tanto en el mercado francoparlante como en el anglosajón, es algo que ya está sucediendo con la aparición de una generación de artistas que han llamado la atención de lectores y establishment. Alumno de Alberto Breccia, y por lo tanto integrante del grupo que editó la revista indie El Tripero, el trabajo de García justamente se aleja de la tradición local encarnada por el autor de Mort Cinder para inscribirse en la autobiografía, en la que descuellan varios autores todavía desconocidos en el mundo de habla hispana, desde la francesa Julie Doucet hasta el norteamericano Jeremy Brown. Con un trabajo a lápiz sencillo y a la vez barroco, García cuenta una personal crisis de los 30 por momentos demasiado atragantada de referencias estéticas, pero la honestidad sentimental de sus angustias laborales y entusiasmos amorosos (y sus consiguientes rupturas) es tan atípica y admirable, que su propia casa editora se sorprende que sea un varón el que desnude semejantes tribulaciones. Como una larga y cómplice canción en blanco y negro.
Llegar a los 30
Ezequiel García
Emecé
60 páginas
Cuando arrancó el site Historietas reales, además de contar su vida diaria en cuadritos, una de las intenciones declaradas de sus autores era la de experimentar la obligación de tener que escribir una tira semanal, algo que ellos —guionistas y dibujantes de la nueva generación— sentían que era difícil que llegasen a lograr vivir de manera profesional. A dos años de comenzado el experimento, dos de sus mejores representantes acaban de llegar al libro: Indecentemente cursi y El granjero de Jesús. Ambos editados en un atractivo formato apaisado que recuerda las más clásicas compilaciones de tiras diarias. Indecentemente... es obra de Carochinaski y, aunque por momentos su sensibilidad puede rozar el lugar común del “mundo femenino”, una honestidad border ilumina el devenir semanal de su autora. Prologado por Maitena y Lucas Nine, es una cruza bestial entre el encanto naïf de un Hello Kitty con la peor resaca. El granjero... está firmado por Angel Mosquito, y cuenta la cotidianidad de lo que queda de un joven rebelde viviendo una vida familiar y suburbana. Sus arrebatos heroicos demuestran que con los mismos honores siempre se puede ser patético, y también que la anécdota más prosaica puede transformarse en una aventura. Tanto Indecentemente... como El granjero... se consiguen en los quioscos, como ha venido sucediendo con otros títulos de Historietas reales (como El asco, Los resortes simbólicos y una fundamental compilación que reúne a todos los autores del site), editados siempre con cierta periodicidad por la editorial Domus.
Indecentemente cursi / El granjero de Jesús
Carochinaski / Angel Mosquito
Editorial Domus
80 páginas
Como Walt Disney filmando Emanuelle. O si no Feos, sucios y malos. Feos, sucios y Emanuelle con Mickey y Anteojito, por qué no. Una locura. Eso es lo que cualquier lector sorprendido en su buena fe puede llegar a pensar abriendo de casualidad las páginas del brilloso volumen que compila lo mejor de El Sr. y la Sra. Rispo. Y eso es lo que se debe pensar de su autor, Diego Parés. Que está totalmente loco. Pero con una locura que no deja de parir dibujitos. Y también otras cosas, ya que es el director de Filmatrón, la última película de Farsa, esa productora exitosa tanto haciendo videoclips como películas gore y clase B. Pero antes de siquiera soñar con estar detrás de cámaras, Parés supo ser uno de los protagonistas de esa década vacía de la historieta argentina, la de los ‘90. Sin revistas periódicas, quienes surgieron entonces hicieron lo que pudieron: los más profesionales dibujaron para afuera, los más delirantes en revistas under locales. La más under de todas fue una publicación minúscula llamada, ejem, Maldita Garcha. Allí publicó Parés algunas de sus historietas, entre ellas esta desquiciada Familia Rispo, en realidad carne de SexHumor y publicaciones de ese tipo. Como Blondie pasado por Crumb, la historieta de Parés es de un delirio liberador, tanto de la cintura para arriba como para abajo. Se aconseja leer imaginándola como un veloz dibujo animado para adultos, a punto de ser prohibido como se lo merece. Y no se puede menos que admirar (¡no somos dignos!) el toque del falso sello de la casa de compra-venta en la tapa del volumen.
El Sr. y la Sra. Rispo
Diego Parés
Nobuko
98 páginas
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