Lo sepa o no, un profesor británico se ha vuelto la viva ejemplificación de “El Método”, aquella técnica tan impulsada por el actor, director y maestro de teatro Lee Strassberg. Finalmente, la distinción entre persona y personaje pasa días de niebla en la vida de Will Brooker, doctor de la Universidad de Kingston, Gran Bretaña, que ha decidido vivir un año íntegro emulando ser David Bowie. O, más bien: vistiéndose como él en sus diferentes etapas artístico-musicales, comiendo sus platos favoritos de tal o cual época, leyendo sus intereses literarios, visitando los sitios donde el ídolo pasó algunas temporadas, entre otras cuestiones. Eso sí: aunque ya ha adoptado típicos modelitos (con menos estilo y gracia, de más está aclarar) y la infame dieta de leche y pimientos rojos que el Duque Blanco consumió en los ‘70, reconoce que no será capaz de adoptar todos los aspectos de su estilo de vida. “Su mansión en Beckenham ya ha sido demolida, por ejemplo; y hay pocas chances de que Mick Jagger acepte tener un romance conmigo”, ofreció el ¿coherente? docente en un comunicado oficial. Al parecer, tampoco planea consumir las mismas dosis de cocaína (“es demasiado caro, y poco saludable”), conformándose con bajarse latita tras latita de bebida energética, intentando arañar una símil sensación.

Con todo, antes de decretarlo “fan demencial” o “candidato a nosocomios mentales”, vale atender a la explicación: Brooker, un especialista en Estudios Culturales, está trabajando en un libro sobre el músico intitulado Forever Stardust, y está convencido que “pasar por sus distintas fases visuales y vitales” lo ayudará a entender mejor su trabajo “desde un punto de vista original, conservando una perspectiva crítica y objetiva al mismo tiempo”. En otras palabras (también suyas): “una suerte de personalidad dividida”. Esquizofrenia aparte, en algo ha dado en la tecla: “Hay gente peor a la que imitar. Aunque esto sea un poco extraño, al menos él es un gran artista y una persona interesante”.