Entre las muchas teorías conspirativas que circulan online, una en particular habla de famosos que podrían –o no– tener varios cientos de años, siendo acaso vampiros. Otra, claro, es que tengan escondida una máquina del tiempo en los sótanos de sus lustrosas mansiones, utilizadas para depositarse en el siglo presente y hacer millones actuando. Se dijo de Nicolas Cage cuando se encontró una imagen de un hombre de tiempos de la Guerra de Secesión estadounidense, presunto doble (¿o él mismo?) de 1800s. Se dijo de John Travolta, tras el hallazgo de un canadiense, en Ontario, de una foto de mediados del siglo XIX. Incluso Jay Z ha caído en la volteada, amén de cargar un parecido inexplicable con un hombre capturado en Harlem en 1933. También Maggie Gyllenhaal, calco de la periodista Rose Wilder Lane, fallecida en 1968. El último ejemplar en integrar esta lista de posibles hombres y mujeres inmortales es the one and only Matthew McConaughey. Sucede que, desde los pasados días, un muchacho sureño, en Estados Unidos, compartió vía Reddit un retrato en sepia de su tatarabuelo, que luce exactamente igual que el actor de Dallas Buyers Club (2013). Y desde entonces, las similitudes han dejado a Internet patidifusa, fantasiosamente sospechando que podrían ser la misma persona. “Mucho antes de que el intérprete rompecorazones recibiese dinero por manejar un Lincoln, su doble del siglo XIX, el doctor Andrew Sanders, vivía en la época de Lincoln”, juguetea el New York Post, explicando que el doppelgänger fue un médico de Alabama que disfrutaba fumar su pipa, acicalar el bigote y escuchar el canto de las aves. “Es difícil de creer en tiempos de Photoshop, pero juro que no alteramos la fotografía; es completamente original”, esgrime el tataranieto, aprovechando los 15 minutos de fama que lo han depositado en decenas y decenas de medios. McConaughey, por su parte, nada ha declarado. Evidentemente.