En la era de las remakes, la tevé continúa cortando tajada del tortazo revival, confirmando adaptaciones a serie de títulos cinematográficos –más y menos– de antaño, en un ecléctico repertorio que incluye cintas tan disímiles como Let the Right One In, Los Infiltrados, El Exorcista, Diario de una pasión, Arma Mortal, The Rocky Horror Picture Show (como, nobleza obliga, tv movie)… ¿La última incorporación a la ola? Otra sorpresa: The Lost Boys (1987), de Joel Schumacher, film ¿de culto? que eternizase al entonces blondo Kiefer Sutherland como chupasangre ochentero, debiendo lidiar con nombres –de época– del tipo Jason Patric, Corey Haim, Corey Feldman… Y aunque muchos nostálgicos han celebrado la inesperada idea, otros coinciden en qué mejores películas podrían rescatarse del baúl de los recuerdos. Posiblemente, el historiador cinematográfico y novelista madrileño Carlos Aguilar esté entre ellos; después de todo, en su útil y abarcativa Guía del Cine, estas fueron las palabras que dedicó al mentado largometraje: “Horrible producción que intenta actualizar el vampirismo fundiéndolo con el concepto de pandillas callejeras (…) Film lamentable que conviene evitar. 93 minutos”.

Al menos, la iniciativa –que estará “ligeramente” inspirada en The Lost Boys y se emitirá por canal CW– está en las buenísimas manos de Rob Thomas, creador de Veronica Mars e iZombie, ducho en las referencias pop, los diálogos ocurrentes, las tramas desenvueltas. Quien menos incurrirá en la historia original que en su propia imaginería, prometiendo 7 temporadas que transcurrirán en 7 décadas, comenzando ya no en los 80s sino en el Verano del Amor hippie, del ‘67, con los vampíricos niños perdidos avanzando año a año sin –naturalmente– envejecer. Lo cual, por supuesto, ha suscitado lógica intriga: Si las ataduras con la peli son tan ligeras, ¿qué necesidad de llamar a la tira del mismo modo? La respuesta de la web Consequence Of Sound lo dice todo: “Hollywood es, en sí mismo, un vampiro que trata de succionar la sangre de cada franquicia lo más que puede. Y a juzgar por las reglas de la mitología, esto podría continuar… eternamente”.