VALE DECIR
WD40 no es un químico que uno asocie a la lucha contra el consumo de drogas. Tal vez pueda pensarse en algún defoliante, pero no en WD40. Sin embargo, la policía británica decidió darle un nuevo uso al aceite que destraba tuercas y elimina el chillido de las bisagras. Según trascendió esta semana, la policía de cachiporra y bombín anduvo por los bares locales de las localidades de Avon y Somerset pidiendo a los dueños que rociaran los bordes de los inodoros con el renombrado artículo de limpieza doméstica con el propósito de combatir el consumo de cocaína. La explicación: el spray crea una película invisible que absorbe los polvos blancos en el momento en que el usuario lo despliega sobre la losa de lavatorios e inodoros, convirtiendo la cocaína en una sustancia viscosa y difícil de aspirar. La idea no surgió de los cuarteles de la ley, sino de un informe de la BBC, donde se narraba la experiencia del dueño de un pub en Swindon que había descubierto –vaya uno a saber cómo– que cada vez que rociaba los waters y lavabos de sus toilettes, muchos de los que entraban al baño salían con las narices sangrando. Por lo pronto, la policía adoptó el método y decidió testearlo. Habrá que ver si el ejemplo inglés cunde y en un futuro cercano se cumple cual profecía la letra de uno de los temas más famosos del Londres de los ‘80: “Cada vez que respires/ te estaré vigilando”. Una canción de, justamente, The Police.
Que se doble, pero que no se rompa: el último alarido de la moda en fitness y yoga para la comunidad gay norteamericana (aunque no exclusivamente) es obra de un tal Aaron Star, de 32 años, y combina cosas tales como el “power yoga”, tantra, partner yoga (yoga en pareja) y contact yoga, pero se llama, más sencilla y elocuentemente, Hot Nude Yoga, o, para decirlo en criollo, Yoga Desnudo y Caliente. “Realmente creo que el nude yoga es el futuro, y pronto se lo ofrecerá en muchísimos lugares”, vaticina Star, quien por si las moscas aclara que sus sesiones “no son orgías”, y que si bien algunas poses implican contacto físico, no está permitido “besar ni tocar las áreas genitales”. Por ahora sólo se consigue en Nueva York y en algunas otras ciudades de los Estados Unidos, pero al que le interese participar en, por ejemplo, el retiro espiritual que se anuncia para el próximo mes de mayo, sólo tiene que averiguar los requisitos en el site www.hotnudeyoga.com y desembolsar luego los 330 o 400 dólares correspondientes, según se haya decidido por la carpa al fresco, o los “domos geodésicos para doce personas, camas incluidas”. Antes de la primera clase de cada alumno, Aaron (que también editó el instructivo video Mejor sexo a través del yoga para hombres gay) le envía al postulante una serie de consejos muy prácticos para enfrentar la desnudez propia en medio de la desnudez colectiva y para evitarse algunos riesgos del contacto físico entre contorsionistas, tales como no ponerse agua de colonia ni, por favor, almorzar legumbres en días lectivos.
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