Una consultoría estima que en el 2015, en China, 350 millones de personas se mudarán a las ciudades; más de 220 ciudades tendrán una población de más de un millón de personas. Es un crecimiento sin precedentes; en comparación, Europa apenas tiene 35 ciudades con esa cantidad de personas.

Al mismo tiempo, la prosperidad económica de China va en aumento y esto significa que toda esa gente nueva en las ciudades va y se compra un auto. Dado el riesgo de que el tráfico se convierta en un único e irrompible embotellamiento, las mentes orientales se pusieron a trabajar.

“Se me ocurrió la idea mientras investigaba para hacer mejores lugares de estacionamiento para autos y bicicletas —explica el señor Song al diario The New York Times—. Vi los embotellamientos y se me ocurrió que los colectivos podían ir por el aire.”

El novedoso diseño es un colectivo de seis metros de ancho, que parece ir sobre zancos por encima del tránsito: está tan lejos del suelo que los autos pueden pasarle por debajo. Este vehículo tendría que tener un recorrido fijo, por calles especiales que le permitan el paso. La ventaja es que no requiere vías elevadas —como el monorriel— ni costosas excavaciones.

En vez de ponerles GPS a los colectivos porteños, ¿por qué no hacerlos a la manera china? Sería novedoso, divertido, y habría más lugar como para tirarse debajo y evitar ser atropellado.