El y ella fueron a cenar afuera. Fueron al restaurante L’Autre Pied, en Londres, donde pidieron tres platos; regaron todo con champagne Larmandier (124 libras) y Bollinger (285 libras).

El total de la cuenta hubiera sido de 572 libras (un poco más de 3500 pesos) pero la pareja no tenía intenciones de pagar. Con la excusa de salir un ratito a fumar un cigarrillo –los camareros los ayudaron a ponerse sus abrigos– la pareja se perdió en la noche.

“Parecían una pareja genuina, adorable. Lo que gastaron fue algo promedio para el restaurante. Nada estaba fuera de lugar”, explicó la gerente del restaurante, Leonora Popaj, al diario The Guardian. “En dos décadas nunca nos pasó algo así.”

Hay un par de detalles sospechosos, en retrospectiva: la reserva se registró con el apellido Lupin –¿una referencia a Arsenio Lupin, el ladrón caballero de las novelas de LeBlanc?– y además, viendo a la pareja en la filmación que dejó la cámara de seguridad, de golpe salta a la vista que ella no tiene cartera. Quizás un pequeño detalle, pero es algo que facilitó que escaparan rápidamente.

“Lo que más me molesta es la mentalidad de que el dinero que no pagaron no afecta al restaurante”, agrega Leonora. Y como para psicopatear un poco, agregó: “Se olvidan de que están perjudicando a los mozos, que no tienen grandes ingresos”. A tres mil y pico de pesos la comida, podría pagarles un poco mejor, entonces.