VALE DECIR
Tashirojima es una isla que está a 15 kilómetros de la costa japonesa. Alguna vez fue hogar de criadores de gusanos de seda y eso trajo los primeros gatos; los ratones son predadores naturales del gusano de seda y había que protegerlos.
Los pescadores trabaron amistad con los gatos, que al poco tiempo ya estaban por todas partes, y los observaban cuidadosamente para vaticinar el clima y la presencia de peces en el mar.
Con el tiempo la población humana fue en descenso y la de los gatos siguió su curso. Hoy en día la isla es una versión del Parque Botánico de Buenos Aires: más de la mitad de la población humana está por encima de los 75 años; la población felina los supera en número y los perros tienen la entrada absolutamente prohibida.
Los foros de gatitos en Internet se volvieron locos de preocupación tras el terremoto y el tsunami: Tashirojima está muy cerca del epicentro y muchos la suponían totalmente sumergida.
Sin embargo, Alá cuida a los que cuidan a los gatos: según Discovery News, no hubo víctimas en la isla. El único problema que tuvieron fue quedar aislados porque los escombros en el mar impedían la llegada de los barcos. Las autoridades japonesas de rescate, para no arruinar el último talismán que les queda, prontamente enviaron un helicóptero con suministros: si Japón no se termina de hundir en el mar es sólo porque eso despertaría a los gatos de su siesta.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux