El Bundesbank de Alemania es el único lugar en Europa donde las monedas dañadas de uno y dos euros se pueden intercambiar por otras nuevas sin costo alguno. El banco las acepta en bolsas de hasta mil euros y, más que contarlas, directamente se pesan.

Estas monedas, al salir de circulación, eran destruidas y vendidas a China por el costo del metal. Las monedas de euro son parecidas a la moneda argentina de un peso: tienen un interior dorado y un anillo exterior plateado. A veces, más que destruirlas, estas monedas defectuosas de euro simplemente se separaban en estos dos componentes y se vendían así como rezago.

Cuenta el diario Spiegel que un grupo en China, con la simpleza que tienen las mejores ideas, se dedicó a obtener estas monedas desarmadas para juntarlas otra vez. Con la ayuda de empleados de Lufthansa, que pueden viajar sin restricción de equipaje, las monedas volvían a entrar en Europa para ser canjeadas otra vez en el Bundesbank.

Entre 2007 y 2010, estos genios criminales –que si van presos es simplemente porque no son banqueros– se alzaron con 6 millones de euros. Los descubrió un empleado de aduana, de ojo de águila, que vio a un asistente de vuelo luchando con su pesadísimo equipaje y quiso saber qué había adentro. Abrieron la valija y cayeron las monedas de euro al piso, en una cascada; así se derrumbaron los planes de estos muchachos, como monedas que se caen al piso. Pero quién les quita lo bailado y la gran anécdota para contar en la cárcel.