La revolución no será televisada pero en una de ésas, por unos cuantos mangos, te embalan a sus ideólogos y te los mandan a tu casa para que los pongas de adorno en la mesita ratona del living. Ese parece ser el “concepto” detrás del lanzamiento del set de cuatro figuras de poliuretano (cien por ciento) y 9 centímetros de altura que ponen a tres ideólogos o líderes del comunismo y un escritor a la par de los muñequitos para coleccionistas de La guerra de las galaxias y El señor de los anillos. En efecto, los cuatro fantásticos no son otros que Mao Tse Tung, Karl Marx, Vladimir Ilyich Lenin y Henry David Thoreau; lo que no queda del todo claro es qué hace el último –el poeta y escritor Thoreau– en el equipo, ni por qué están todos vestidos de montañeses –con camperas, bolsas de dormir enrolladas sobre sus espaldas, botas para escalar y todo– a punto de emprender la conquista de alguna cumbre, ni por qué llevan vestimenta gris, ni qué hace ahí, cortándose solo, Thoreau. ¿Hay alguna inteligentísima metáfora de algo encerrada aquí? ¿Se trata sencillamente de otro cachivache para el consumo de nerds? ¿O será una manera solapada de alzar al autor de Walden y Caminar, pionero, promotor y epígono de la vida en la naturaleza, al estatuto de padre de la revolución verde? Hechos enteramente en Japón y comercializados por la empresa Mountain Research, en la mayoría de los sites que los ofrecen en venta, el set está agotado a pesar de su precio nada amable de 145 libras (975 pesos argentinos aproximadamente), con lo que surge una nueva y más angustiante pregunta: ¿a qué jugarán por las noches, cuando nadie los ve, todos los grandulones que ya adquirieron el juego de las superestrellas de la revolución?