Contrario a lo que el porteño promedio pueda creer, Buenos Aires no detenta el monopolio de baches en calles. Aunque rankea alto... También en Canadá y Estados Unidos, petit cráteres atentan a diario contra el conductor urbano, provocando daños en transportes y peatones, o sencillamente un viaje poco placentero. Mal de muchos, consuelo de tontos. Para la pareja de fotógrafos canadienses Claudia Ficca y Davide Luciano hay que reírse de los problemas. Por eso, después de que su auto colisionara contra un agujerito sin fin y el chiste le costara 600 dólares en reparaciones, comenzaron a intervenirlos y sacar fotos.

Así nació Pothole, una serie de imágenes donde un bache puede ser: a) un lujoso baño de burbujas, b) un recipiente para fabricar vino patero, c) mar abierto, d) una heladerita momentánea, e) un sitio donde los pescados pican, d) un bol lleno de fideos o albóndigas, entre otros.

“Creamos nuestras propias restricciones. Nunca cerramos la calle ni fotografiamos en callejones. No tenemos permisos. Llenamos nuestro auto con utilería, nos encontramos con la modelo en la locación, preparamos todo y listo. En 15 minutos, terminamos”, agregaron.

Sin usar photoshop, la dupla ya usó baches de Nueva York, Los Angeles, Toronto y Montreal con sus escenas. Como la falsa Pamela Anderson a punto de rescatar, cual salvavidas Baywatch, a una persona que se ahoga en un pocito. O Alicia persiguiendo a un conejo a punto de caer. Habrá que invitarlos a Capital: hay para hacer canchas de golf para gigantes.