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Domingo, 11 de mayo de 2003

VALE DECIR

Vale decir

Lex Luthor en el Registro Civil
Son suecos: seguramente escuchan o escuchaban ABBA, siguen los mundiales de fútbol, llevan la bandera de Boca como insignia patria (¿o era al revés?) y, también, leen historietas de Superman. Así que podría pasar acá, en el registro civil, un día cualquiera. Una pareja sueca, como cualquier otra, tuvo un bebé, como cualquier otro y (como todas las demás) pensó que el suyo era un bebé especial. Así que decidieron honrarlo de entrada y estimular su ego bautizándolo como al último hijo de Kriptón. A lo que las autoridades de Gotemburgo con competencia en el asunto les respondieron, sin vueltas, que se busquen otro nombre. Sara Lindenger y Johan Leisten, los impetuosos padres, ambos de 28 años de edad, supusieron que no habría problema en ponerle Staalman (Superman en sueco) al nene, pero se impusieron los superpoderes oficiales, con el argumento de que podría resultar poco feliz para el desarrollo del niño. Lindenger se limitó a decir: “Sólo queríamos usarlo como uno de sus segundos nombres. Hubiera sido mucho peor que le pusiéramos El Fantasma o Tarzán.”

Flema británica
Trenes rigurosamente vigilados: ésa parece ser la nueva política de ScotRail, la compañía ferroviaria británica que acaba de disponer el uso de las más modernas técnicas de análisis de ADN para rastrear a la gente que saliva desde las ventanillas y los andenes, dejando una mácula innoble sobre el noble y resistente material de sus rieles, que han hecho histórico a este sistema de transporte en todo el mundo, o algo así. En realidad los tiene más perturbados el profuso salivado sobre el personal de la empresa, una práctica que se viene expandiendo en los últimos tiempos. ScotRail ha provisto a sus empleados de un kit de “recuperación de saliva” para la eventualidad de que sufran nuevos ataques a base de escupitajos. El equipo consiste, básicamente, de un par de guantes, una bolsa para preservar la evidencia y dos hisopos. La policía de Strathclyde y la policía de British Transport se encuentran actualmente abocadas sin descanso a la tarea de analizar muestras criminales y contrastarlas con la base de datos genéticos nacional. Una investigación realizada paralelamente reveló que un tercio de los ataques contra el personal de la compañía ferroviaria involucra las armas químicas que produce naturalmente el sistema digestivo humano. Peter Cotton, director de ScotRail, ya hizo sus declaraciones públicas al respecto. Que la empresa “no tolerará asaltos de ninguna naturaleza contra nuestro personal y estamos trabajando junto a la policía para atrapar a aquellos miembros del público que abusan de nuestros empleados”, dijo Cotton de un tirón y sin tragar saliva.

La guerra de los combos
Papas fritas de la libertad, las pindongas. O algo así proponen los emprendedores dueños de un pub búlgaro que acaban de agregar varios nuevos menúes de candente actualidad a su servicio. Por un lado, el cóctel Shock & Terror; la ensalada Ataque Yanqui por otro. Entre los otros platos del día que ofrece el City Club (sito en la ciudad de Veliko Tamovo) se incluyen las Saddam’s Drama Salads, las papas fritas Bush Impaciente y el pollo a la parrilla sugerentemente bautizado Choque Arábigo. “Los viernes incluso tenemos un premio especial para las personas que más gasten en nuestro local”, aporta con entusiasmo y orgullo Petar Stefonov, autor de la original iniciativa gastronómica: “Una máscara antigás. Por supuesto, viene acompañada de los mejores deseos”.

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