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No es un capítulo de House, ni un especial de ER; menos que menos un cuento de los Hermanos Grimm. El caso de Megan Stewart, una niña de 13 años, de Wishaw, Lanarkshire, Escocia, es real: si cepilla su colorado pelo, la prepúber corre riesgo de muerte. Es que, según informa el Daily Mail, la chica sufre de “Síndrome de cepillado del cabello”, una rara enfermedad que –frente a la acumulación de electricidad estática– provoca que sus órganos vitales colapsen. El cerebro se apaga, el enfermo deja de respirar... Todo por pasarse el peine, tocar un globo, vestir ropa brillante.

Así, una sencilla rutina diaria o un cumpleaños para niños son, para Megan, tamañas odiseas. Por eso, los médicos del Hospital Yorkhill, en Glasgow (que sólo habían oído hablar de un antecedente), le recomiendan que evite cualquier tipo de estática para inhabilitar una reacción potencialmente mortal. ¿Qué hacer a la hora del peinado? Humedecerse las mechas y listo.

El primer ataque de la escocesita ocurrió en 2008. Mamá Stewart preparaba a su niñata para ir al colegio y, después de varios alisados, la criatura cayó al suelo inconsciente, los labios azules. Lo primero que la mujer de 41 años creyó es que se trataba de un ataque epiléptico, pero estudios posteriores demostraron que, en realidad, la aquejaba el extrañísimo mal. ¿Qué pudo generarlo? Los doctores ensayan una respuesta: el síndrome podría ser consecuencia de complicaciones al nacer.

Su madre tuvo un embarazo difícil: cuando todavía no había entrado en su sexto mes se le diagnosticó preeclampsia y tuvo que realizarse una cesárea de emergencia para salvar a su bebé. La nena nació con poco más de un kilo y cabía en una mano. Pasó 18 meses en el hospital y, salvo una condición asmática de por vida, salió ilesa. Ahora, sin embargo, enfrenta a su nuevo gran enemigo: el cepillo. Con todo, su madre se muestra confiada: “Megan desafía todos los pronósticos. Es un pequeño milagro”.