Suele decirse que la mayor parte de los miedos tiene su pata en la irracionalidad. El caso de la galesa Ney Decino no sólo refuerza la idea; prácticamente la funda. Ocurre que el miedo de esta mujer de 20 años, madre de una beba de nueve meses, es... tirar de la cadena. Tal como suena: la muchacha les tiene pánico a los inodoros y no puede estar presente cuando hacen su descarga. Para colmo de males, la fobia no es una novedad en su vida; lidia con ella desde los cuatro años.

Colmo de la ridiculez, el mal de Decino comenzó cuando vio una película para niños, Mirá quién habla, donde un personaje secundario, Mr Toilet Man, hablaba con el protagonista. Tal susto le generó el inodoro parlanchín que, desde aquel entonces, el miedo se volvió un problema que controla su vida. “El sonido del agua me da escalofríos. Es horrible”, aseguró la residente de Church Village. Y agregó: “Estoy segura de que me tragará. Juro que tengo miedo de que el inodoro me trague y me lleve”.

¿Cuál es la dimensión de su problema? Pues, Ney sólo busca empleos cerca de su casa para poder acceder a su propio baño en caso de necesitarlo. Una vez allí, alguien más (padres, pareja, amigos) tienen que tirar de la cadena por ella. Tampoco puede soportar estar en la habitación mientras la cisterna se llena nuevamente porque el ruido dispara su paranoia. ¿Si usa baños públicos? Sólo en caso de extrema emergencia. Y arriesgando la vida.